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Tecnología

El invento malagueño para evitar la sequía en España: una desaladora flotante que utiliza energía solar

Estudiantes de Málaga han diseñado este sistema para destilar agua salada con energía solar para ofrecer agua potable y electricidad más baratas.

14 agosto, 2023 02:08

El calor asfixiante que está viviendo España este verano se suma a la sequía, incrementando la preocupación por la población y los cultivos que dependen del agua dulce. Se hacen cada vez más necesarios nuevos inventos, como este que acumula hasta 2.5000 litros de agua, o desaladoras que funcionen con placas solares. Enfocado en solucionar este problema, el último avance procede de un equipo de jóvenes malagueños, que han ideado una desaladora flotante para convertir el agua salada del mar en agua dulce o incluso generar hidrógeno verde.

ADSOL nace en 2019, cuando el estudiante de ingeniería Juanjo Vallejo siguió el consejo de un familiar dedicado a la agricultura, que le insistió en estudiar la desalinización de agua por energía solar como solución para la escasez de agua potable. Aproximadamente, dos tercios de la superficie del planeta están cubiertos de agua, pero sólo un 2,5 % de ese agua es dulce, y sólo un 0,3 % es apta para el consumo humano, según Acciona.

Ese es el origen de esta desaladora flotante, impulsada por Vallejo, pero creada en conjunto por cuatro estudiantes que han centrado sus carreras en este proyecto incipiente. ADSOL utiliza la energía solar para incrementar la temperatura del agua hasta el nivel óptimo para que el proceso de condensación sea eficiente y no implique consumo energético. Uno de los primeros usos que quieren es la utilización de agua purificada para generar hidrógeno verde.

Método innovador

Tradicionalmente se ha utilizado la ósmosis inversa para convertir el agua salada en agua dulce, aunque otras técnicas como la condensación también se han llevado a cabo, a pesar de su menor eficiencia. "Se trata de la forma de destilación más antigua que tenemos, pero no consigue llegar a los niveles de temperatura necesarios para producir agua a niveles competitivos", explica Ignacio Colombo, director de operaciones de ADSOL, a EL ESPAÑOL-Omicrono.

En los sistemas de desalinización del agua por condensación o destilación, el calor suele impactar en el agua acumulada dentro de un estanque o recipiente. Al subir la temperatura, el agua se evapora y ese vapor termina condensándose en la parte superior de la bóveda. Finalmente, se desliza como agua destilada hasta un drenaje o depósito.

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La desalinizadora ADSOL pretende incrementar la eficiencia de este método reduciendo los costes tanto de instalación como de producción. De ahí, que hayan decidido crearla como plataforma flotante, eliminando los inconvenientes a los que se enfrenta la técnica de desalación tradicional por el transporte del agua y la falta de espacio en tierra firme. 

Aseguran que su proyecto tiene un coste de infraestructura y operativo mucho más bajo que las plantas desalinizadoras distribuidas por el territorio español. ADSOL se puede colocar en la costa en solo seis meses, "mientras que una desaladora tradicional tardaría entre unos cinco y diez años desde que se elija el sitio y los permisos", añade. Además, se trata de un sistema modular que puede crecer sumando más módulos flotantes, según la necesidad, pero no implica una construcción fija que altere el entorno.

ADSOL Tech

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Este invento se puede instalar tanto en la costa como en altamar. Esta segunda opción es la primera que quieren abordar como aplicación comercial, iniciando las operaciones con la producción de hidrógeno verde. Este se genera al separar el oxígeno y el hidrógeno que componen el agua, la forma más limpia de producir este combustible que aspira a ser el impulsor del transporte del futuro con aviones, trenes y demás vehículos eléctricos, entre otros usos.

Por el contrario, su uso en la costa va a llevar más tiempo por la fuerte competencia que suponen las desaladoras tradicionales. "La ósmosis inversa, que es la tecnología que se utiliza actualmente para la desalación del 80% de los casos, está ya en su punto más maduro", explica Ignacio Colombo. "No podemos competir poniendo nuestro dispositivo en la costa contra una desaladora que esté ya en emplazada, en funcionamiento y que produzca miles de metros cúbicos de agua al día".

¿Cómo funciona?

La primera capa de este ingenioso diseño se forma con cubos flotantes modulares, fabricados con plástico HDP, como los que se usan habitualmente en los muelles. Estos sustentan en la superficie del mar la estructura circular, donde destacan los tubos o colectores solares por sistema Heat Pipe, un tubo con alta conductividad usado para transferir energía térmica. 

ADSOL, diseño de desaladora

ADSOL, diseño de desaladora ADSOL Omicrono

El tubo de boro silicato sellado al vacío guarda en su interior un cuerpo negro que sirve para recolectar toda la energía termosolar que incide en él. Este calor se transfiere al Heat Pipe, una varilla de cobre que transporta la energía que recibe y lleva todo ese calor a la punta. De esta forma, toda la energía solar que alcanza esta estructura cónica se acaba acumulando en el centro, donde confluyen todos los tubos. 

Es como dejar un cono de gran tamaño en el campo cuando llueve. El diseño permite acumular más agua en el centro, pero en este caso es el calor el que se concentra para conseguir que los niveles de temperatura sean los adecuados para hacer más eficiente y competitiva la destilación solar.

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Con un módulo de 9 metros cuadrados se consigue un metro cúbico de agua al día, pero se puede ampliar este resultado integrando más módulos en una plataforma flotante más extensa, como ocurre con las granjas de placas solares o los parques eólicos.

Primeros pasos

Detrás de esta idea hay un equipo muy joven, que está impulsando el proyecto en sus años de estudios universitarios y enfocando sus trabajos de fin de carrera en el proyecto. Más de cuatro años después de sus primeros pasos, han conseguido ganar varios reconocimientos nacionales como el certamen nacional del Climate Launchpad, que les llevará a competir a nivel europeo con otros países.

Empezaron con el Hackathon Flash Session, que se celebra en Málaga, donde consiguieron el segundo puesto y espacio para desarrollar el proyecto durante varios años. También han pasado por los programas de apoyo 'Yump' y 'Startup Programme' de la Universidad de Málaga.

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Actualmente están centrados en la creación de MVP (Producto Viable Mínimo, en español), pues aún no han tenido la oportunidad de desplegar un primer diseño en el mar. Para ello, aunque están recibiendo ofertas de inversión privada, quieren ir por la vía de la financiación pública no dilutiva y buscando instituciones interesadas en invertir en el proyecto.

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