Ilustración del Hull 096 Omicrono
El megabarco eléctrico más grande del mundo: 130 metros y más de 5.000 baterías para transportar a 2.100 pasajeros
El Hull 096 usará los 40 MW/h de energía de sus baterías para descarbonizar sus trayectos entre Argentina y Uruguay en 2026.
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La carrera global por la descarbonización tiene en el transporte marítimo uno de sus grandes objetivos. El sector es responsable de alrededor de un 3% de las emisiones de gases de efecto invernadero, un porcentaje similar al de países como Japón.
Gracias a las mejoras en la densidad de potencia de las baterías, la llegada de nuevos motores y hélices más eficientes y la expansión de la infraestructura portuaria de carga, cada vez más compañías apuestan por los barcos eléctricos, no solo para trasladar mercancías, sino también para transportar pasajeros y vehículos.
Así, los ferris y transbordadores se han posicionado como los formatos más viables para esta transición, debido a la corta distancia de sus rutas y su alta frecuencia de rotación. En eso trabajan desde hace años los responsables del astillero australiano Incat Tasmania, donde ya están cargando las más de 5.000 baterías del Hull 096, el barco eléctrico más grande del mundo, con 130 metros de eslora.
La embarcación, con dos de sus cuatro salas de baterías ya cargadas, se está preparando para las pruebas de mar, previstas para finales de 2026. Cuando las supere, estará lista para empezar a operar como ferry, navegando por el estuario del Río de la Plata para transportar a un máximo de 2.100 pasajeros y 225 vehículos entre Argentina y Uruguay.
"Este buque representa un cambio radical para la industria mundial de transbordadores, ya que demuestra que los buques sostenibles a gran escala no solo son posibles, sino también prácticos y comercialmente viables", señaló en un reciente comunicado de prensa Stephen Casey, CEO de Incat.
Energía y propulsión
El Sistema de Almacenamiento de Energía (ESS, por sus siglas en inglés) del Hull 096, que operará para la compañía Buquebus bajo el nombre China Zorrilla, posee una capacidad superior a los 40 MWh, una cifra que, según Incat, es cuatro veces mayor que la de cualquier barco eléctrico existente.
El sistema consta de 5.016 celdas de iones de litio distribuidas en 12 bancos de baterías, con 418 módulos cada uno. Los bancos fueron suministrados por la empresa noruega Corvus Energy. Para reducir la masa, se eliminaron los bastidores de montaje y a pesar de eso, las cuatro salas de almacenamiento de energía tienen un peso de unas 250 toneladas.
El barco eléctrico Incat Hull 096
Para garantizar la seguridad, el sistema utiliza un enfoque redundante por capas, con refrigeración por aire, mediante ventiladores individuales para cada módulo. Lars Ole Valoen, director técnico de Corvus, destacó en declaraciones para IEEE Spectrum la importancia del aislamiento de cada célula: "En caso de que alguna célula se sobrecaliente, no se propaga a las células vecinas".
Esa inmensa capacidad energética es la encargada de poner en marcha el complejo sistema de propulsión, suministrado por la empresa finlandesa Wärtsilä, especializada en motores de grandes dimensiones. La energía del ESS alimenta ocho propulsores axiales impulsados por motores eléctricos de imanes permanentes.
La capacidad y los sistemas del barco han sido calculados para cruzar el estuario del Río de la Plata y cubrir el trayecto de 60 km entre Buenos Aires (Argentina) y Colonia del Sacramento (Uruguay) en unos 90 minutos.
Por eso, para que el barco pueda operar, se instalarán estaciones de carga de corriente continua en ambos puertos, donde la nave solo necesitará 40 minutos para recargar al completo su sistema de baterías y emprender la ruta inversa.
El casco del Hull 096 en el astillero de Tasmania Omicrono
El objetivo es que la mayor parte de la energía sea renovable, algo que en Uruguay tienen muy avanzado, con más del 92% de generación de energía limpia, mientras que en Argentina solo llega al 42% del total.
Mientras se completan los últimos detalles y se ultima el acondicionamiento de todos los sistemas del barco en el astillero de Hobart, el buque se está cargando con la red eléctrica de Tasmania, 100% renovable desde 2020, para que durante las pruebas de mar no se emita CO2 ni otros gases de efecto invernadero.
Retos de futuro
La adopción de buques eléctricos está creciendo a nivel mundial. Noruega es el gran referente, con casi 80 transbordadores ya operativos cargados gracias a la energía hidroeléctrica del país nórdico. Mientras, China usa baterías intercambiables en el río Yangtsé y Ámsterdam tiene previsto electrificar todo el transporte de sus canales navegables en los próximos meses.
Una de las claves de esta revolución es el uso de cascos de aluminio y estructuras ligeras como las del Hull 096 de Incat, lo que permite reducir de forma drástica la demanda de energía. Y es la misma estrategia de los diseñadores y fabricantes de Helios, que puede ser el barco que supere sus dimensiones y ambición.
Helios, el ferry eléctrico de Viking Line. Omicrono
Este barco eléctrico de la compañía finlandesa Viking Line de momento es solo un concepto, pero gracias a sus 195 metros de largo y su capacidad para transportar a 2.000 personas y 650 coches se coronará como la embarcación más grande de este tipo a nivel mundial.
Si todo sigue como está previsto y no surge ningún impedimento, a principios de 2030 Helios empezará a realizar el trayecto de unos 80 km entre las ciudades de Helsinki (Finlandia) y Tallin (Estonia) en tan solo dos horas.
Helios tendrá una capacidad de almacenamiento en baterías de aproximadamente 85-100 megavatios hora (MWh), lo que requiere una infraestructura portuaria con capacidad de carga de más de 30 MWh. Eso conllevará una transformación integral de los puertos involucrados y allanará el camino hacia la descarbonización del transporte marítimo en el Golfo de Finlandia.