En España se construyeron en 2021 31.337 edificios residenciales y 108.318 viviendas, según las últimas estadísticas de construcción del Ministerio de Fomento. Tal vez estas cifras serían distintas si cambiase el sistema para construirlas. No hay que apuntar muy lejos para comprobar cómo serán las casas del futuro: en Santander ya se fabrica una casa te permite medir tu salud a control por voz, entre otras prestaciones. A unos 5.000 kilómetros de distancia de allí se puede encontrar una vivienda que sorprenderá a quien pase —por despistado que esté— por delante de ella.

Se trata de un hogar que no puede encajar más con el concepto de reciclaje, en su sentido más literal. Dejando ya a un lado la incógnita, un hombre en Nigeria ha construido su propia casa con 11 contenedores marítimos de carga. Dicho así, habrá quien se imagine un interior sucio y desalmado. Pero nada más lejos de la realidad. Este nigeriano ha sido capaz de convertir el interior de los contenedores en una auténtica casa de lujo. En realidad, no es un sistema novedoso, pues en Europa ya se utilizan este tipo de contenedores de mercancías para convertirlos en viviendas, pero sí su disposición.

En estos casos, los contenedores suelen estar aislados con distintos revestimientos y pintados de manera uniforme, por lo que es difícil averiguar que se trata de un contenedor de mercancías reconvertido. En cambio, la vivienda de Nigeria resulta muy llamativa porque el exterior no se ha modificado en absoluto.

Cómo se ha construido

De los miles de contenedores marítimos de carga que se desechan cada año en el mundo, este hombre aprovechó 11 de ellos, a cada cual más colorido, para construirse una vivienda de lo más original.

Decidió distribuirlos en forma de L: cuatro contenedores en la planta baja, dos pilas de tres apilados encima y un último contenedor en el segundo piso, a modo de buhardilla.

El interior de la vivienda. MBM Omicrono

Uno de los 11 contenedores se ha convertido en una espaciosa cocina donde los muebles oscuros contrastan con las encimeras de madera clara y —claro está— con el colorido exterior de la vivienda.

Para el salón sí que se han utilizado dos contenedores. Una de ellos se ha transformado en una sala de estar con sofá, televisor y algunos sillones. El otro se ha diseñado como un amplio dormitorio en tonos pastel. Por su parte, todas las puertas originales se han conservado. Estas se han reconvertido —nunca mejor dicho, tratándose de esta casa— en contraventanas para los enormes ventanales.

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