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Consejos para padres y madres: Cómo canalizar la ira de los niños

20 enero, 2015 16:46

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Cuando se habla de agresividad la solemos relacionar con un comportamiento de adultos, nunca se nos ocurre pensar en niños, pero lo cierto es que la ira es una emoción más, y los niños también la manifiestan. En la mayoría de casos los niños no saben canalizarla, aún no han aprendido a autocontrolar sus emociones y expresan la ira de maneras diversas, en muchos casos pegando y gritando, los padres y madres suelen responder a estos comportamientos con verbalizaciones tales como “no pegues” o con castigos, pero si estamos ante una emoción que no se sabe canalizar lo suyo sería enseñar cómo ha de hacerlo, el castigo no le va a ayudar del todo. La ira es una emoción que es necesario encauzar de manera adecuada, expresándola a través del lenguaje u otras formas de conducta, pero evitando manifestarla a través de la destrucción hacia los otros o hacia las cosas. Daremos hoy algunos consejos para que madres y padres puedan ayudar a sus pequeños a controlar la ira. 

Cómo ayudar a los niños a canalizar la ira

1.  Observa mucho a tu hijo: Intenta descubrir que esta pasando, de donde proviene tal comportamiento, qué es lo que ultimamente no va bien y como podemos ayudarle, lo cierto es que nadie conoce a los hijos más que los padres y las madres, observad qué hace, por qué lo hace y cómo lo hace. Os será de gran ayuda, tanto para ayudarles vosotros mismos como si acabáis acudiendo a un profesional de la psicología infantil.

2.Enséñales conductas adecuadas a través de cuentos: estos últimos son nuestros grandes aliados a la hora de querer trasmitir algo a los niños, es importante que ellos empiecen a diferenciar las conductas correctas de las incorrectas, y muchas veces los cuentos nos pueden ayudar, los niños relacionan aquello que es correcto y que se ha hecho bien en el cuento y tienden a imitarlo y repetirlo, también podemos jugar con sus personajes favoritos y sus amigos invisibles.

3. Insistir en que lo exprese a través del lenguaje: Tenemos que insistir en que utilicen el vocabulario, el simple hecho de que nos pueda trasmitir un “estoy enfadado” significa que ya empieza a reconocer las emociones que siente y este es el primer paso para ayudarle a gestionarlas. 

4. Refuerza comportamientos contrarios a la agresividad: Cuanto más reforzamos comportamientos positivos y por lo tanto contrarios a los agresivos, más se repetirán, por lo que los comportamientos agresivos empezarán a reducirse, el niño empieza a ver todas las ventajas que obtiene controlando sus emociones negativas.

5. Aprender a pedir perdón: Sobre todo es importante que aprendan el significado de rectificar, es importante que el niño reconozca su falta y se responsabilice por ella.

6. Entrenar al niño en resolución de problemas: Si no enseñamos al niño a resolver sus problemas no podemos pretender que lo aprendan por ellos mismos, es importante que estemos constantemente poniendo ejemplos “si en el patio un amigo te empuja cómo resuelves la situación” y ayudarle a reflexionar acerca de lo que debería hacer en tal situación. Muchas veces los niños actúan de manera agresiva porque no conocen otra forma de hacerlo.

7. Dar ejemplo: Si la madre o padre no saben controlar su ira el niño crecerá en un entorno donde la única forma de resolver problemas es mediante el grito, el insulto y la agresividad en general, por lo que le será más común utilizar esta agresividad también en el cole o en cualquier actividad ajena al hogar.

8. No etiquetar: Si le etiquetamos como “eres malo porque pegas” el niño asumirá esa frase de forma literal y él mismo se obligará a comportarse como “lo que es” y en este caso “un niño malo”. Las etiquetas son negativas y no sirven absolutamente para nada, mucho cuidado porque a menudo se etiqueta sin ser conscientes de que lo estamos haciendo.

9. Fomentar una buena autoestima: Cuanto más regañas a tu hijo por lo mal que se comporta más dañamos su autoestima, por lo contrario si el niño tiene una buena autoestima se comportará de forma agradable y será cooperador, responsable y asertivo. Para cuidar la autoestima de tu hijo, por sobre todas las cosas tienes que aceptarle, elogiar todas las cosas buena que hace y dice, además de proporcionarle responsabilidades acordes a su edad esto le proporcionará seguridad, y por qué no, mimarle mucho.

Es conveniente aclarar que  la ira es al igual que otras emociones denominadas positivas muy importante, ya que hace que la persona crezca a nivel interior y exterior. Es una emoción que nos hace permanecer en estado de alerta ante una amenaza y la que nos permite, por qué no salir corriendo. Así, cuando no conseguimos nuestros objetivos y nos enfadamos con nosotros mismos, esta emoción nos da fuerza para luchar más intensamente por lo que queremos y nos ayuda a superarnos. Por eso es importante que no la ignoremos en los niños ni intentemos que la repriman, y sí ayudarles a aprender a manejarla y canalizarla.