Recreación del portaviones Fujián frente a las costas de Taiwán

Recreación del portaviones "Fujián" frente a las costas de Taiwán Imagen generada por IA

Observatorio de la Defensa

Washington avisa en un informe al Congreso que Pekín podría "ganar" una guerra por Taiwán antes de 2027

El informe alerta del ritmo sostenido del desarrollo militar chino y su orientación hacia una competencia directa con EEUU.

Más información: China desafía la supremacía naval de EEUU: El portaaviones 'Fujian' inaugura la era de la catapulta electromagnética

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El Departamento de Guerra de Estados Unidos ha publicado el "Informe al Congreso sobre los Desarrollos Militares y de Seguridad Relacionados con la República Popular China 2025", donde analiza las ambiciones militares de Pekín y advierte sobre el creciente riesgo estratégico que supone para la seguridad de EEUU y Taiwán.

De acuerdo con el texto, el Ejército Popular de Liberación (EPL) avanza de manera constante hacia su meta de estar preparado para “luchar y ganar” una guerra por Taiwán antes de 2027.

El objetivo es alcanzar una “victoria estratégica decisiva” sobre la isla, incluso en un eventual escenario de intervención militar de EEUU.

Para apoyar este argumento, el informe describe el salto cualitativo en las capacidades del EPL, que abarca desde portaaviones y misiles hipersónicos hasta armas antisatélite y ofensivas cibernéticas de largo alcance.

El informe del Pentágono subraya que el contexto político y militar refuerza esta previsión. Como ejemplo, cita el acto del 5 de noviembre, cuando China incorporó oficialmente a su flota su tercer portaaviones, el Fujian (CV-18), durante una ceremonia en la base naval de Sanya presidida por Xi Jinping.

Se trata del primer portaaviones de diseño completamente nacional, equipado con catapultas electromagnéticas que permiten lanzar aeronaves más pesadas y con mayor frecuencia.

Todo un avance tecnológico frente a los sistemas de despegue por rampa (ski-jump) utilizados en los portaaviones Liaoning y Shandong.

Taiwán, el punto de fricción central

El Pentágono señala que China está perfeccionando múltiples vías para forzar la unificación con Taiwán, desde un desembarco anfibio masivo, hasta ataques combinados de saturación o un bloqueo naval destinado a aislar a la isla.

El informe resalta un cambio significativo en el discurso oficial chino. Desde 2024, en múltiples declaraciones públicas el término “unificación pacífica” ha dejado de mencionarse con la frecuencia habitual, lo que para Washington indica una orientación más coercitiva.

El documento recoge que “las repetidas omisiones de ‘unificación pacífica’ en 2024 y 2025, combinadas con operaciones militares sustanciales alrededor de Taiwán, refuerzan la percepción de que Pekín explora opciones coercitivas si la diplomacia no avanza.

En repetidas ocasiones, China ha advertido a Estados Unidos de que Taiwán es su "línea roja inviolable".

Mientras tanto,Taiwán también se prepara. Desde Taipéi han decidido impulsar su programa de adquisiciones de armamento, con la industria de Estados Unidos como único beneficiario, lo que refuerza su rol de socio preferente.

El sistema de defensa antiaérea Patriot de Taiwán está desplegado en un parque durante los ejercicios anuales Han Kuang en Taipéi, Taiwán, el 11 de julio de 2025.

El sistema de defensa antiaérea Patriot de Taiwán está desplegado en un parque durante los ejercicios anuales Han Kuang en Taipéi, Taiwán, el 11 de julio de 2025. Ann Wang Reuters

La administración Trump ha anunciado la aprobación de venta de 11.000 millones de dólares (9.390 millones de euros) en material militar a Taiwán, la mayor adquisición de la historia del país asiático y la segunda bajo este mandato presidencial.

El conjunto de armas propuestas cubre un total de ocho artículos, en los que se incluyen sistemas lanzacohetes HIMARS, obuses, misiles antitanque Javelin, drones con munición merodeadora de Altius, software y piezas para otros equipos, según ha explicado el Ministerio de Defensa taiwanés.

Una carrera estratégica en aceleración

El informe concluye que China busca consolidar un Ejército “de clase mundial” para 2049, un rediseño estratégico que desafía la arquitectura de seguridad marítima estadounidense en el Indo-Pacífico.

Washington, por su parte, aspira a reforzar su presencia regional para disuadir un conflicto abierto, aunque reconoce que el margen estratégico se estrecha.

La pregunta ya no es si China puede desafiar el equilibrio militar en Asia, sino cuándo y cómo lo hará.

Un gran poderío militar

A lo largo de sus 100 páginas, el informe del Departamento de Guerra de EEUU, que viene publicándose desde hace 25 años, revela ahora el ritmo sostenido del desarrollo militar chino y su orientación hacia una competencia directa con Washington.

En el preámbulo del documento se destaca que “el presidente Trump busca una paz estable, un comercio justo y relaciones respetuosas con China, y el Departamento de Guerra garantizará que pueda alcanzar esos objetivos desde una posición de fuerza militar”.

Añade además que el propósito es "forjar y mantener un equilibrio de poder que nos permita disfrutar de una paz justa en el Indo-Pacífico, en la que el comercio fluya de manera abierta y equitativa, todos podamos prosperar y se respeten los intereses de todas las naciones”.

Pese a ello, el documento advierte que China mide sus capacidades frente a su “enemigo fuerte” —Estados Unidos— y que su estrategia contempla una movilización nacional total para sostener un conflicto prolongado. Según Washington, el arsenal chino se expande en múltiples frentes, con especial preocupación en el ámbito nuclear.

El informe alerta, que China acelera la expansión de su arsenal nuclear, con previsiones de superar las 1.000 ojivas para 2030.

En 2024, Pekín probó por primera vez desde 1980 un misil balístico intercontinental (ICBM) lanzado al Pacífico, confirmando su capacidad de ataque de largo alcance y marcando un hito en su modernización militar.

El Ejército Popular de Liberación (EPL) amplía también su poder ofensivo con misiles balísticos, de crucero y modelos hipersónicos capaces de alcanzar bases estadounidenses en Guam y Japón, reforzando su capacidad de disuasión frente a Washington.

En el ámbito marítimo, China proyecta contar con hasta nueve portaaviones para 2035, además de destructores Tipo 055, submarinos nucleares y buques anfibios, con el objetivo de consolidar su presencia en el Índico y el Pacífico occidental.

Su avance tecnológico se extiende al espacio: ya supera las 500 plataformas de inteligencia y observación (ISR), con constelaciones en órbita baja que permiten seguir casi en tiempo real los movimientos de flotas rivales.

Paralelamente, desarrolla armas antisatélite (ASAT) —desde láseres hasta sistemas de interferencia electromagnética— capaces de cegar o neutralizar satélites enemigos.

En el terreno cibernético, Washington alerta sobre el caso Volt Typhoon, una infiltración china en infraestructuras críticas estadounidenses (comunicaciones, energía o transporte) que podría facilitar sabotajes digitales en caso de conflicto.

El EPL también refuerza sus herramientas de guerra electrónica para bloquear o suplantar señales de radar y comunicaciones militares.

La modernización china se apoya en una estrecha integración entre los sectores civil y militar, impulsando avances en inteligencia artificial, biotecnología y misiles hipersónicos, pilares de su estrategia para desafiar la primacía tecnológica y militar de Estados Unidos.

Igualmente, el informe sostiene que Pekín acelera el desarrollo de inteligencia artificial aplicada a sistemas de armas, biotecnología y misiles hipersónicos, mientras su presupuesto de defensa casi se ha duplicado desde la llegada de Xi Jinping al poder.