Vista general del UAV Kub-2-E.

Vista general del UAV Kub-2-E.

Observatorio de la Defensa

Kalashnikov entrega a Rusia un nuevo lote de drones kamikaze modernizados KUB-2 para el frente en Ucrania

Con esta nueva adquisición, Moscú busca consolidar su ventaja en la producción de drones de ataque baratos y escalables.

Más información: Kalashnikov entrega a Rusia una gran partida de fusiles AK-12K muy valorados por sus combatientes en Ucrania

Publicada

El consorcio ruso Kalashnikov, uno de los mayores fabricantes de armamento del mundo, anunció este lunes la entrega de un nuevo lote de drones kamikaze modernizados KUB-2 en el marco del contrato estatal de Defensa para 2025.

El anuncio, realizado a través de su canal oficial de Telegram, confirma que Moscú continúa ampliando su arsenal de municiones merodeadoras —armas que vuelan, detectan y atacan objetivos explotando sobre ellos—, un tipo de tecnología que ha adquirido un papel decisivo en la guerra de Ucrania.

En un conflicto en el que los drones se han convertido en ojos, brazos y munición, lo que Kalashnikov pone hoy sobre la mesa no es sólo un nuevo modelo, sino un indicador del rumbo de la guerra moderna: elementos de ataque baratos, pero muy efectivos.

Los KUB-2 son una evolución modernizada del modelo KUB, utilizado ya por las Fuerzas Armadas rusas desde las primeras fases del conflicto, pero con mejoras en precisión, autonomía y resistencia a la guerra electrónica.

Según la compañía, el dron se fabrica en varias configuraciones y puede portar una ojiva de hasta 3 kg de carga útil total, lo que amplía significativamente su espectro de objetivos en el campo de batalla.

El KUB-2 de clase ligera está diseñado para “aniquilar fuerzas vivas del enemigo —incluido personal individual— y vehículos de combate no blindados”.

Por su parte, el KUB-2 de clase media puede emplearse contra “tropas enemigas, bases de helicópteros, lanzaderas de drones y vehículos no blindados o con blindaje ligero”, según precisa el grupo Kalashnikov.

Un dron para la guerra moderna

Conocida por el icónico rifle AK47, Kalashnikov subraya que los nuevos KUB-2 destacan por su alta maniobrabilidad y sus sistemas ópticos y electrónicos mejorados, que permiten ataques contra objetivos en movimiento con precisión, tanto de modo manual como automatizado, gracias al ordenador de a bordo con elementos de inteligencia artificial”.

Kalashnikov asegura además que estas capacidades hacen al dron más resistente frente a sistemas de interferencia radioelectrónica, uno de los grandes desafíos en el frente ucraniano, donde ambos bandos intentan bloquear o desviar los drones enemigos.

Según la empresa, el nuevo modelo ha superado pruebas en combate y que su eficacia aumenta cuando opera en red con los drones de reconocimiento SKAT 350M, también de producción rusa.

Este tipo de coordinación —detección, fijación de objetivo y ataque— refleja la tendencia actual en el conflicto hacia sistemas autónomos y en enjambre, donde los drones scouts localizan al enemigo y las municiones merodeadoras ejecutan el golpe final.

Ambición exportadora

Kalashnikov informó en 2024 de un incremento de producción de estos sistemas hasta diez veces respecto al inicio de la guerra, además de las primeras entregas a países extranjeros a través de Rosoboronexport, la agencia estatal rusa de exportación de armamento.

En agosto, la corporación ya había entregado un lote previo de KUB a las unidades desplegadas en Ucrania.

La apuesta rusa por estos modelos se inscribe en un contexto de guerra dominada por el uso masivo de drones, que han transformado el combate terrestre, la artillería y la logística.

Tanto Kiev como Moscú emplean municiones merodeadoras para atacar blindados, posiciones defensivas, depósitos de munición y vehículos de mando con costes relativamente bajos en comparación con misiles guiados más tradicionales.

Se trata de un arma muy precisa y efectiva, muy difícil de combatir con los sistemas tradicionales de defensa aérea.

Guerra de desgaste tecnológico

Con la entrega de los KUB-2, Rusia busca consolidar su ventaja en la producción de drones de ataque baratos y escalables, en un momento en que Ucrania intenta compensarla con apoyo tecnológico occidental y fabricación propia.

El resultado es un escenario de desgaste industrial y militar en el que la innovación pesa tanto como el número de unidades disponibles.

En este tablero, cada actualización tecnológica —mejoras en IA, mayor autonomía, coordinación con drones espía o resistencia a la guerra electrónica— puede traducirse en una ventaja táctica inmediata en el frente.