Noruega reabre el debate ético de su fondo soberano y valora invertir en defensa

Noruega reabre el debate ético de su fondo soberano y valora invertir en defensa

Observatorio de la Defensa

Noruega abre el debate ético del mayor fondo de inversión del mundo y estudia levantar el veto a las empresas de defensa

La decisión representa un giro en su política inversora, aunque todavía habrá que esperar hasta junio de 2027, cuando se vote la decisión definitiva.

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Preocupada por la guerra en Ucrania y ante las declaraciones contradictorias del presidente estadounidense Donald Trump sobre la defensa de Europa, Noruega contempla permitir que su fondo soberano, valorado en 1,81 billones de euros y considerado el mayor del mundo, invierta en grandes empresas de defensa a partir de 2027, tras más de dos décadas de exclusión por motivos éticos.

El Parlamento noruego aprobó el pasado 4 de noviembre la revisión de las directrices éticas que regulan las inversiones del Fondo de Pensiones del Gobierno Mundial (Government Pension Fund Global - GPFG), fundado en 1990.

La decisión representa un giro en su política inversora, aunque todavía habrá que esperar hasta junio de 2027, cuando está previsto que se vote la decisión definitiva.

De ser así, se abriría la puerta a que el fondo apueste por gigantes del sector de defensa como Lockheed Martin, Boeing, Airbus, BAE Systems, Safran, Thales, Northrop Grumman o General Dynamics, hasta ahora vetadas por motivos éticos debido a su vinculación con la producción de armamento o sistemas nucleares, según Reuters.

Durante años, las inversiones en defensa fueron rechazadas por los fondos guiados por criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza). Sin embargo, el panorama geopolítico ha cambiado.

La guerra en Ucrania, la creciente tensión con Rusia y el aumento del gasto militar en Europa —alentado por Estados Unidos— han impulsado una revalorización del papel de la industria militar.

“El nuevo contexto de seguridad mundial ha hecho que las acciones de defensa sean una inversión potencialmente lucrativa”, reconocen fuentes del Parlamento. “La libertad es más importante que el ESG”, afirmó a Reuters Knut Kjaer, primer director ejecutivo del fondo entre 1998 y 2007".

Europa tiene que defenderse de la agresión rusa. ¿Por qué no deberíamos invertir en armas?”. Kjaer subrayó además la contradicción actual: Noruega compra armamento a muchas de las empresas en las que prohíbe invertir su propio fondo soberano.

Una revisión con alcance global

El Ministerio de Finanzas ha nombrado una comisión de expertos que revisará las normas éticas y presentará sus conclusiones en octubre de 2026. El Parlamento votará las recomendaciones en junio de 2027.

Cualquier cambio podría tener un efecto dominó entre otros inversores institucionales, como ya ocurrió en 2016, cuando el fondo decidió excluir a las empresas que obtenían más del 30% de sus ingresos del carbón.

El propio Gobierno noruego reconoce el dilema. “Por un lado, consideramos éticamente aceptable transferir grandes sumas a estas compañías como pago, mientras que consideramos poco ético recibir cantidades mucho menores como beneficios de las mismas”, señaló el ministro de Finanzas Jens Stoltenberg, ex secretario general de la OTAN, durante un debate parlamentario el 24 de octubre.

En el mandato de la comisión, el ministerio admite que la situación de seguridad internacional y el papel de las armas nucleares en la estrategia de disuasión de la OTAN obligan a replantearse las políticas de inversión.

Amplio respaldo político al cambio

El Gobierno laborista minoritario contaría con el apoyo de varios partidos para modificar las reglas. “Podemos no estar de acuerdo con las armas nucleares, pero forman parte de la estrategia de la OTAN y nosotros somos miembros de la Alianza. Es difícil ver la lógica de no poder invertir”, sostuvo Hans Andreas Limi, líder parlamentario del Partido del Progreso.

Los conservadores también respaldan la revisión. Su futura líder, Ine Eriksen Soereide, ya propuso una medida similar a comienzos de año.

No obstante, la iniciativa genera rechazo entre los sectores más progresistas del Parlamento, que advierten de que un fondo destinado a garantizar el bienestar de las generaciones futuras no debería financiar la industria de las armas de destrucción masiva.

Pausa en las desinversiones éticas

Precisamente, este debate llega en un momento en que Noruega ha pausado temporalmente las desinversiones por motivos éticos, ante el riesgo de que estas decisiones generen tensiones diplomáticas o pérdidas financieras.

Ola Mestad, expresidente del Consejo de Ética del fondo, considera que las normas deben adaptarse a los nuevos tiempos. “Estamos en un período prebélico o interbélico, y debemos revisar las exclusiones de armas bajo otro prisma”, apuntó.

Actualmente, más de la mitad del fondo, que invierte en el exterior los ingresos procedentes del gas y el petróleo de Noruega, —unos 1 billón de dólares— está invertido en Estados Unidos, entre acciones, bonos e inmuebles.

Washington ha expresado su malestar por algunas decisiones recientes, como la desinversión en Caterpillar por el uso de sus productos por parte de las autoridades israelíes en Gaza y Cisjordania ocupada.