F-111 Bonifaz en las instalaciones de Navantia en Ferrol (A Coruña)
Navantia completa el ensamblado de la primera fragata F-110 de la Armada: será botada después del verano
El desarrollo de las nuevas embarcaciones de la fuerza naval española avanza a mayor velocidad de lo previsto en un principio.
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Navantia ultima los preparativos para la botadura de la primera F-110, la nueva familia de fragatas de la Armada. El astillero público ha completado el ensamblaje de la F-111 Bonifaz antes incluso de lo previsto en el cronograma de construcción, según ha destacado la propia empresa a través de sus redes sociales.
"El bloque final se ha ensamblado con éxito en la grada", han asegurado desde Navantia. "El equipo se enorgullece de adelantarse a lo previsto en el desarrollo del programa". Se espera que este buque entre en servicio activo con la Armada de cara a 2028.
La intención del fabricante es realizar la botadura de la Bonifaz una vez finalizado el verano, en las primeras semanas de septiembre. Sin embargo, la fecha aún no está cerrada.
A finales de abril, el proyecto alcanzó un doble hito en su desarrollo: la puesta en grada de la quilla de la F-112 Roger de Lauria y el corte de la primera chapa de la F-113 Menéndez de Avilés. De esta manera, el astillero ya trabaja sobre tres de las cinco fragatas que componen la nueva clase de navíos.
De acuerdo a los cálculos de Navantia, a lo largo de los 12 años que durará el programa, se generará anualmente una media de 3.000 empleos directos y 6.000 indirectos e inducidos.
En este sentido, el pico de empleo comenzará en 2026, cuando coincidirán tres buques en fase intensiva de producción. La construcción de todas las unidades se está llevando a cabo en las instalaciones que la compañía posee en Ferrol (A Coruña).
Las nuevas fragatas sustituirán a las F-80, que ya están en el final de su vida útil. Las F-110 están concebidas para ser escoltas oceánicos multimisión con capacidades de guerra antisubmarina.
Su dotación será de 150 personas, 65 menos que las F-80 como consecuencia de la alta automatización de sus sistemas, un requisito que había solicitado la Armada durante la concepción del proyecto.
Los buques tendrán una eslora de 145 metros, una manga de 18,6 metros, un desplazamiento de 6.000 toneladas y una planta propulsora híbrida, más eficiente y silenciosa.
En cuanto a su armamento, dispondrán de un cañón principal en la proa de 127 milímetros, desarrollado por la empresa italiana Leonardo, y estaciones remotas de 12,7 y 30 milímetros de la familia Sentinel, de EM&E Group.
Asimismo, contarán con un sistema de lanzamiento vertical de 16 celdas para misiles Harpoon y ESSM, desarrollados por las estadounidenses Boeing y Raytheon, respectivamente. Esta última también suministrará torpedos MK54.
Además, dispondrán de cubierta de vuelo, hangar para helicópteros, un espacio multimisión para portar drones, pequeñas embarcaciones y contenedores de material. Las fragatas incorporarán un mástil integrado con diferentes soluciones de sensores y antenas.
Las F-110 estarán equipadas con el sistema de combate Scomba, desarrollado por Navantia Sistemas. El mismo incorpora el sistema antiaéreo Aegis de origen estadounidense, con capacidad de detectar y seguir más de 90 blancos a 500 kilómetros de distancia.