Un lanzamisiles HIMARS lanzando un proyectil

Un lanzamisiles HIMARS lanzando un proyectil US Army Omicrono

Observatorio de la Defensa

El misil hipersónico con el que EEUU desafía a Rusia y China: vuela a más 6.000 km/h y será compatible con los HIMARS

El Ejército estadounidense ha firmado un contrato con la tecnológica Castelion para desarrollar estos proyectiles "a un coste significativamente reducido".

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Gran parte del armamento cedido o vendido a Ucrania desde EEUU se ha identificado como crucial para resistir al avance de la Rusia de Putin. Los tanques Abrams y los cazas F-16 acapararon los titulares, pero uno de los elementos más decisivos ha sido sin duda el lanzamisiles HIMARS, utilizado para atacar posiciones estratégicas y objetivos rusos, desde infraestructuras como puentes hasta depósitos de municiones o puestos de mando.

En este contexto, el Ejército estadounidense estudia cómo ampliar el arsenal de municiones compatibles tanto con el HIMARS como con el resto de lanzadores terrestres. Hace solo unos meses se anunciaban las pruebas para integrar el denominado Precision Strike Missile (conocido por su abreviatura PrSM), que superará los 500 km de alcance. Ahora se suma el misil de ataque hipersónico Blackbeard GL en fase de Desarrollo de Ingeniería y Fabricación (EMD, por sus siglas en inglés).

En este caso, lo que se busca es producir misiles hipersónicos de medio alcance a un coste reducido, y para ello el US Army ha firmado un acuerdo con Castelion Corporation. Esta startup tecnológica fundada en 2022 por exingenieros de SpaceX, Blue Origin y del propio Departamento de Defensa (DoD), apuesta por un enfoque similar al de compañías como Anduril: ofrecer nuevas capacidades a una fracción del coste de los programas actuales, permitiendo su producción y despliegue en masa.

El nuevo presupuesto del DoD para el año fiscal 2026 recoge el principal objetivo de este nuevo desarrollo: "atacar utilizando misiles hipersónicos de precisión (basados en buscadores) contra objetivos móviles sensibles al tiempo y objetivos reforzados a un coste por misil mucho menor que el que existe actualmente en el inventario del Ejército". 

Según el contrato, Blackbeard GL no pretende sustituir a las armas hipersónicas de largo alcance (LRHW) que supera los 2.700 kilómetros de alcance, sino proporcionar aproximadamente el 80% de la capacidad de la última versión del PrSM "a un coste significativamente reducido". La verdadera finalidad es potenciar la disuasión frente a los avances en el terreno hipersónico de países como Rusia, China o Irán.

Así es el Blackbeard GL

Para superar las capacidades de sus adversarios, el Pentágono ha apostado fuerte por este misil de crucero lanzado desde tierra (la designación "GL" corresponde a Ground-Launched) que utiliza un motor de respiración aérea, como un scramjet, para alcanzar y mantener velocidades superiores a Mach 5 (equivalente a algo más de 6.000 km/h).

A diferencia de los vehículos de planeo hipersónico, que son lanzados a gran altitud por un cohete y luego planean hacia su objetivo, un misil de respiración aérea utiliza el oxígeno de la atmósfera para la combustión de su motor durante el vuelo, lo que le permite tener una trayectoria más plana y mayor maniobrabilidad.

Una de las pruebas de los misiles de Castelion

Una de las pruebas de los misiles de Castelion Castelion Corporation Omicrono

En todo caso, el gran desafío de los vehículos y proyectiles hipersónicos es la gestión de las temperaturas extremas generadas por la fricción del aire a velocidades superiores a Mach 5. La mayoría de los diseños actuales dependen de materiales caros y difíciles de producir, mientras Castelion ha optado por un enfoque diferente.

Según Bryon Hargis, cofundador y CEO de Castelion, el fuselaje del Blackbeard GL está construido con materiales convencionales, eliminando la necesidad de una cadena de suministro compleja. La clave reside en su sistema de gestión térmica y en el diseño de su motor, que ya ha sido probado con éxito.

Este enfoque ha permitido a la empresa fijar un objetivo de coste extraordinariamente bajo. Hargis, en declaraciones recogidas por The War Zone, habló de un coste "inferior a 250.000 dólares por misil en producción", una cifra muy por debajo de los millones de dólares que cuestan otros misiles hipersónicos.

El diseño del Blackbeard es modular, lo que le permite ser adaptado para diferentes ojivas y perfiles de misión. Además, está siendo diseñado específicamente para ser compatible con los sistemas de lanzamiento del Ejército estadounidense, como el mencionado HIMARS. La integración del misil en esta plataforma proporcionaría una capacidad de ataque hipersónico muy rápida y flexible.

Retos pendientes

A pesar de los avances, todavía queda un largo camino por delante. Castelion ha llevado a cabo varias pruebas exitosas de su motor hipersónico, pero el siguiente paso es el más importante: un vuelo de prueba integrado del misil completo. Este hito demostrará la viabilidad del diseño, incluyendo la aerodinámica, el sistema de guiado y control y la gestión térmica en condiciones de vuelo reales.

La integración con los sistemas de mando y control del US Army es otro de los grandes desafíos. El misil no solo debe ser compatible físicamente con lanzadores como el HIMARS, sino que también debe poder recibir y procesar datos del objetivo a través de la red de combate del Ejército, una tarea compleja que requiere una rigurosa fase de pruebas.

Según las previsiones del contrato, el calendario de desarrollo incluye una demostración de vuelo con aletas fijas utilizando un sustituto lanzado desde el aire a principios de 2026, la fabricación de cápsulas de lanzamiento terrestres y una prueba de fuego real del sistema completo en 2027, con una entrada en servicio prevista para 2028.

Si Castelion logra superar estos obstáculos, el Blackbeard GL podría proporcionar al Ejército de EEUU una capacidad que hasta ahora parecía lejana: un arsenal masivo de misiles hipersónicos asequibles, capaces de mantener a raya a cualquier adversario en un escenario geopolítico cada vez más impredecible.