
Un voluntario de las Fuerzas de Defensa Territorial de Polonia, en Lublin, durante un entrenamiento en noviembre de 2022. Javier Carbajal / El Español
Polonia dará formación militar a 100.000 voluntarios al año para crear un Ejército de medio millón de efectivos
El Gobierno de Donald Tusk también ha contemplado la posibilidad (aunque remota) de tener su propio arsenal nuclear para contrarrestar la amenaza de Rusia.
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Rusia representa para Europa una amenaza existencial. Pero para sus vecinos más próximos es también un peligro inminente. Por ello, el acercamiento del presidente estadounidense, Donald Trump, al Kremlin, su distanciamiento de las alianzas occidentales tradicionales y la presión sobre Ucrania mediante la retirada del apoyo militar y de inteligencia han provocado un cambio geopolítico que ha elevado el nivel de alerta en países como Polonia.
Como respuesta a la creciente inestabilidad en el continente, Polonia, el miembro de la OTAN con el mayor gasto en Defensa —cerca del 5% de su PIB—, ya está reforzando sus capacidades militares. El pasado viernes, durante un debate en el Sejm (la Cámara Baja del Parlamento), el primer ministro polaco, Donald Tusk, anunció un plan para entrenar militarmente a gran escala a todos los hombres adultos del país. Su objetivo es incrementar el número de efectivos del Ejército hasta alcanzar los 500.000 soldados, más del doble de los aproximadamente 200.000 actuales.
Este Ejército incluiría reservistas, además de militares profesionales y una fuerza de defensa territorial. "Intentaremos tener un modelo listo para finales de este año, de modo que cada hombre adulto en Polonia esté entrenado en caso de guerra y que esta reserva sea realmente comparable y adecuada a las amenazas potenciales", declaró Tusk durante su intervención.
Este martes, el mandatario ha dado más detalles sobre su propuesta, asegurando que, a partir de 2027, planea someter a entrenamiento militar a 100.000 voluntarios cada año. Entre ellos, ha destacado, estarán miembros de su propio gabinete y otros funcionarios que han acogido la iniciativa "con total comprensión".
El refuerzo militar de Polonia no es nuevo. El país, que históricamente conoce las ambiciones territoriales rusas, tiene presente la guerra de Ucrania desde la invasión rusa de parte del Donbás y Crimea en 2014. En 2016, el Gobierno de Ley y Justicia (PiS) impulsó la creación de una unidad de voluntarios y, en enero de 2017, con Antoni Macierewicz al frente del Ministerio de Defensa, nacieron las Fuerzas de Defensa Territorial. Actualmente, cualquier polaco de entre 18 y 60 años puede inscribirse en un programa de entrenamiento militar de un mes de duración, con una retribución de unos 1.500 euros.
Tras ese período inicial, quienes lo deseen pueden continuar en el Ejército por 11 meses adicionales bajo condiciones similares. Y si permanecen al menos tres años, pueden acceder a beneficios fiscales, prioridad en el ingreso a universidades y facilidades para adquirir viviendas estatales. Según datos oficiales, actualmente hay cerca de 40.000 miembros activos.
Para fomentar el alistamiento, Tusk ha señalado que se están evaluando incentivos adicionales, como la posibilidad de que los voluntarios obtengan una licencia de conducir profesional durante su formación. Asimismo, el Gobierno busca reincorporar a militares retirados, reservistas y veteranos de Irak y Afganistán como instructores en el programa. "Sus conocimientos y habilidades son invaluables en estos momentos", ha afirmado el primer ministro en declaraciones recogidas por Efe.
Más gasto y armas nucleares
Paralelamente, Varsovia ha anunciado una "aceleración significativa de las inversiones en defensa", con medidas que permitirán triplicar la velocidad de las inversiones en infraestructura militar y estratégica.
Sin embargo, la seguridad de Polonia, al igual que la del resto de Europa, sigue dependiendo en gran medida del paraguas de protección de Estados Unidos. Ante la posibilidad de un repliegue estadounidense, Tusk y los líderes de los países bálticos han comenzado a plantearse la opción —aunque remota— de contar con armas nucleares propias. La experiencia de Ucrania, invadida por Rusia tras deshacerse de su arsenal nuclear, ha reforzado estos temores.
"Está claro que estaríamos más seguros si tuviéramos nuestro propio arsenal nuclear, eso es indiscutible. No obstante, el camino para ello sería largo y requeriría consenso", ha señalado Tusk. En esta línea, Polonia y los países bálticos están analizando detenidamente la propuesta de Francia de incluir a Europa bajo su paraguas nuclear.