Europa

La ONU denuncia que "se ha violado la integridad" de la central nuclear y se queda en Zaporiyia

Los expertos de la OIEA permanecerán en las instalaciones tras la primera visita para continuar con su misión de evitar una fuga radiactiva. 

2 septiembre, 2022 03:41

Su objetivo era, desde el principio, "evitar un desastre nuclear". Y después de la primera inspección, que duró apenas unas horas, los expertos de la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA) han concluido que "la integridad física" de la central nuclear ucraniana de Zaporiyia, en manos rusas y blanco de constantes bombardeos, "ha sido violada en varias ocasiones". 

Detrás de estas declaraciones se encuentra el director de la OIEA, Rafael Grossi, que el jueves, tras abandonar las instalaciones de la planta y dirigirse a un lugar seguro (a territorio ucraniano), alertó de que "no puede volver a suceder".

Al menos, si se quiere prevenir una catástrofe radioactiva cuyas proporciones serían equivalentes a las de Chernóbyl. Por eso, a pesar del riesgo que conlleva, los inspectores nucleares de la agencia dependiente de Naciones Unidas (ONU) se quedarán en el lugar por un tiempo no definido, mientras se negocia con Ucrania y Rusia la presencia de una misión permanente. 

Imágenes de la central nuclear de Zaporiyia tomadas durante la visita de la OIEA.

Imágenes de la central nuclear de Zaporiyia tomadas durante la visita de la OIEA. YURI KOCHETKOV Efe

"No nos vamos a ninguna parte. La OIEA está en la planta y no se mueve, se quedará allí", añadió Grossi, que aseguró que se establecería "una presencia continua". Por el momento no se han dado a conocer detalles sobre la estabilidad de los reactores. 

Sin embargo, durante su visita, los expertos de la agencia de la ONU recorrieron el recinto por completo y pudieron ver, entre otras cosas, restos de misiles clavados en el suelo. Una muestra de la actividad militar en la zona, que no ha cesado ni siquiera con la visita de los inspectores nucleares.

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Una imagen tomada durante la visita muestra al Director General de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) Rafael Mariano Grossi  junto a un misil que habría impactado en las inmediaciones de la planta.

Una imagen tomada durante la visita muestra al Director General de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) Rafael Mariano Grossi junto a un misil que habría impactado en las inmediaciones de la planta. Reuters

Llegar hasta las instalaciones no ha sido una misión sencilla. En principio, el equipo de 14 expertos esperaba llegar a la central nuclear de Zaporiyia, en la orilla oriental del río Dniéper, a primera hora del domingo.

Para ello, había que cruzar la línea del frente que separa el territorio controlado por Ucrania del controlado por Rusia. Un recorrido de 120 kilómetros repleto de obstáculos, como los recientes bombardeos en las zonas colindantes que obligaron a retrasar la misión de la OIEA varias horas.

Unos ataques que el mismo jueves obligaron a apagar uno de los dos reactores que aún funcionan en la central, según aseguró Energoatom, la empresa ucraniana que está al mando de las instalaciones desde que las tropas rusas tomaron el control en marzo. 

"Esta mañana la situación era bastante difícil pero... habiendo llegado hasta aquí, no iba a parar", señaló Grossi por la tarde. Ese "difícil" hace referencia al fuego cruzado, a las ametralladoras pesadas y a los morteros de artillería que tanto él como su equipo tuvieron que sortear "en dos o tres ocasiones". 

Sin desmilitarizar

La central nuclear de Zaporiyia es la mayor de Europa y sus instalaciones albergan seis de los 15 reactores con los que cuenta Ucrania. Antes de la guerra, estos aportaban el 20% de la electricidad del país, aunque la desconexión de alguno de ellos ha reducido esta capacidad y ha complicado la misión técnica de la OIEA.

Esta se ha producido tras semanas de ataques en las inmediaciones. Sin ir más lejos, el pasado jueves, Energoatom anunció que un incendio había dejado la planta "totalmente desconectada" durante horas por daños en las conexiones eléctricas. 

Y lo más probable es que esos ataques, de los que Ucrania y Rusia se culpan mutuamente, continúen. Sobre todo porque, Moscú se ha negado a desmilitarizar la zona, como le ha pedido en varias ocasiones Naciones Unidas.