El candidato a la alcaldía de la ciudad de Nueva York, Zohran Mamdani, en el metro. Reuters
El 'outsider' musulmán Zohran Mamdani apunta a alcalde de Nueva York con un Partido Demócrata cada vez más 'rojo'
Con el eslogan "hacer Nueva York asequible" y una batería de medidas sociales, Mamdani se ha impuesto a la vieja guardia de un partido que busca su nuevo encaje en el tablero político.
Más información: Los demócratas comienzan a ponerse las pilas con la popularidad de Trump a la baja
A sus 33 años y con propuestas que van desde controlar los alquileres hasta la gratuidad del transporte y la apertura supermercados públicos, Zohran Mamdani se convirtió el martes en el futuro candidato del Partido Demócrata a la alcaldía de Nueva York.
Su rotunda victoria en las primarias evidencia la desconexión de las bases de la formación con la vieja guardia, que había cerrado filas en torno al derrotado exgobernador Andrew Cuomo, y marca el rumbo de un partido que busca un nuevo liderazgo tras su contundente derrota en las pasadas elecciones presidenciales.
"Es un reflejo del hambre que hay en todo Nueva York, tanto en los barrios que se consideran progresistas como los que no, por un tipo diferente de política, por una nueva generación de líderes y por una democracia donde los neoyorquinos puedan ver sus preocupaciones y luchas reflejadas", analizaba el propio Mamdani en una entrevista con el New York Times horas después de confirmar su triunfo con el 43% de los votos.
Completamente desconocido hace unos meses, el joven político lleva semanas recibiendo atención en todo el país gracias a una campaña que se ha centrado en señalar el alto coste de vida de la ciudad más poblada de Estados Unidos.
Ni grande, ni poderosa, ni influyente. Su eslogan, "hacer Nueva York asequible", ha convencido a la mayoría de votantes de Manhattan, Brooklyn y Queens y ha situado a un líder del ala socialista de los demócratas en la primera línea para gobernar el centro financiero del planeta.
"Lo que hemos visto anoche es un mandato popular de los neoyorquinos para liderar una ciudad que realmente puedan pagar", subrayó Mamdani, cuya página web en español reconoce con simpleza que "Nueva York es demasiado cara" y promete que reducirá "los costos y hará la vida más fácil".
Los "altos precios" impulsaron a Trump
Lo curioso es que el asunto de los altos precios fue exactamente el mismo argumento que los analistas políticos y los grandes periódicos estadounidenses esgrimieron hace unos meses para explicar el regreso al poder de Trump, quien en una ciudad de marcada tendencia progresista como Nueva York mejoró su resultado de 2020 en siete puntos y avanzó el 20% en algunas zonas hispanas de Queens y el Bronx.
Si el republicano culpó en su campaña del pasado año a la inmigración y las políticas de Joe Biden del inasumible coste de vida, Mamdani señala a las grandes corporaciones, a los fondos de inversión y a la "corrupción e incompetencia" de los políticos tradicionales.
El joven demócrata también comparte con Trump una capacidad innata para entender y conectar con el electorado. Mientras la mayoría del Partido Demócrata seguía analizando el mapa electoral tras la derrota de Kamala Harris, una semana después de los comicios, Mamdani salió las calles de Queens -una de las áreas más diversas de todo EEUU- para preguntar a la gente, micrófono en mano, por qué "tantos neoyorquinos de clase trabajadora habían votado por Donald Trump".
Why did so many working class New Yorkers vote for Donald Trump last week — and even more not vote at all?
— Zohran Kwame Mamdani (@ZohranKMamdani) November 15, 2024
I went to Hillside Ave in Queens and Fordham Rd in the Bronx to find out. pic.twitter.com/1dXmnP01A4
Las respuestas, recogidas en un video que publicó en Twitter e inició su tendencia viral, explican ahora también su triunfo, aunque seis meses después y con un discurso totalmente diferente al de Trump.
Los precios en Nueva York se han disparado desde la pandemia. Según el Índice del Coste de Vida (COLI) del Consejo para la Investigación Económica y Comunitaria (C2ER), vivir en la Gran Manzana es un 70% más caro que el promedio de Estados Unidos.
El alquiler de un estudio en Manhattan supera, de media, los 3.500 dólares al mes y en zonas tradicionalmente más asequibles, como Brooklyn y Queens, las rentas están escalando estrepitosamente. Un café puede llegar a los 8 dólares y el abono de transporte público cuesta 136 dólares mensuales.
Incluso el diario económico Wall Street Journal, tradicionalmente escorado a la derecha y alérgico a las propuestas de otras voces socialdemócratas como Bernie Sanders y Alexandria Ocasio Cortez, reconocía este miércoles que la "crisis de la vivienda de Nueva York es tan mala que un socialista está a punto de convertirse en alcalde".
Jóvenes urbanitas de clase media
No es un problema ajeno a otros lugares. La popularidad de Mamdani en Nueva York replica los modelos que auparon a la alcaldía a Ada Colau en Barcelona, a Manuela Carmena en Madrid y a las candidatas del Movimiento Cinco Estrellas, Chiara Appendino y Virginia Raggi, en Turín y Roma.
Al igual que ellas, Mamdani ha prometido hacer más fácil la vida en una gran metrópoli mediante el aumento del gasto público, la subida de impuestos a las rentas más altas y otras medidas rotundas sobre el papel, como el control de los alquileres, que en la práctica muestran una aplicación y resultados más complejos.
También ha hecho un excelente uso de las redes sociales y del poder de la imagen (su logo de inspiración retro está presente por todo Nueva York) para movilizar al electorado joven y urbanita.
Ha triunfado con más del 60% de los votos en Astoria y Bedford-Stuyvesant y más del 50% en Willismburg, Flatbush y Crown Heights. Todos ellos barrios de tradición humilde que en la última década han vivido un acelerado proceso de gentrificación para acoger a los jóvenes de clase media que no podían pagar los alquileres de Manhattan.
Son las zonas de moda de Nueva York y así lo demuestra el hecho de que Mamdani haya triunfado entre los habitantes de clase alta y media, así como entre los de formación universitaria.
Partido dividido
Las clases bajas y los afroamericanos, en cambio, han preferido a Andrew Cuomo. El político, de 67 años, representa a la perfección al establishment, a la "vieja guardia" que ya desapareció del Partido Republicano con el dominio Trump y que agoniza también entre los demócratas.
Fue secretario de Vivienda durante la presidencia de Bill Clinton y gobernador de Nueva York desde 2011 hasta 2021, cuando dimitió por una serie de acusaciones sexuales que llevaron a que Joe Biden exigiera su renuncia. Cuatro años después, y con la tendencia “postwoke”, Cuomo esperaba que el electorado olvidara ese capítulo de su carrera.
El exgobernador aceptó el martes noche la derrota frente al progresista Mamdani, pero abrió la posibilidad de concurrir como independiente a las elecciones a la alcaldía, abriendo así la división en un Partido Demócrata en el que compiten al mismo tiempo dos facciones: la socialdemócrata y la centrista-liberal; y dos generaciones: los "boomers" y los "millenials".
Muestra del rechazo que Mamdani genera en el partido es que 24 horas después de su clara victoria, los demócratas de Nueva York con más peso en Washington le han felicitado, pero no le han respaldado: el senador Chuck Schumer; el líder demócrata de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries y la gobernadora Kathy Hochul.
Por su parte, el alcalde saliente, Eric Adams, va a competir contra él también como independiente. Pues decidió abandonar las filas demócratas después de protagonizar un escándalo de corrupción y de acercarse al “trumpismo” en los últimos meses.
Tampoco Wall Street, "horrorizado" de acuerdo con el influyente medio Axios, va prestarle apoyo.
A favor de Mamdani juega el hecho de que su perfil representa el mosaico cultural que es Nueva York mejor que ningún otro aspirante: es de ascendencia india pero nació en Uganda y se mudó a Nueva York con su familia a los 7 años.
Estudió en un instituto del Bronx y tras hacer pinitos en la música se inició en la política local en 2015, apoyando las campañas de concejales progresistas y participando en movilizaciones de todo tipo, desde activismo contra los desahucios hasta protestas por el conflicto en Oriente Medio.
En su contra, sin embargo, juega todo eso. Hay un abismo social y cultural que separa a Nueva York, Los Ángeles, San Francisco y otras grandes ciudades del resto de Estados Unidos. Y el Partido Demócrata debe ganar en ambos universos para seguir siendo relevante.