Vladímir Putin acudirá a la cumbre del G20 de Bali en noviembre, asegura el presidente de Indonesia

Vladímir Putin abandonará Moscú para acudir a la cumbre del G20 que tiene lugar en Bali en noviembre. Lo afirma el presidente de Indonesia, Joko Widodo, anfitrión: "Me ha dicho que vendrá". Hasta la fecha, el Kremlin había jugado con la ambigüedad, descartando por momentos no solo la asistencia de Putin, incluso la propia participación, negando su intervención por videoconferencia. 

Widodo ha confirmado la presencia también del presidente de China, Xi Jinping. Las relaciones Pekín-Moscú pasan por un buen momento, circunstancia que favorece a Putin, aislado internacionalmente y necesitado de recursos para ganar la guerra en Ucrania, y con la visita de Nancy Pelosi a Taiwán como 'pegamento' de estas dos potencias.

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Entrevistado por Bloomberg, Widodo ha querido rebajar la relevancia de que Putin viajara a Bali para poner el foco en los asuntos a tratar en la cumbre, como la cooperación para combatir los efectos de la pandemia de la Covid-19 o hacer frente a la inflación en pro de la prosperidad, inflación sin embargo inseparable de la invasión de Ucrania y el chantaje energético del propio Putin.

El predecente de Lavrov

Será difícil que el G20 destaque más por los asuntos tratados que por los protagonistas. Estarán las mayores economías del mundo, pero profundamente divididas. La brecha entre Occidente y Rusia y crecientemente China no es menor. Tanto es así que varios países europeos y Estados Unidos han llegado a solicitar la expulsión de Moscú del G20.

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La embajadora rusa en Yakarta, Lyudmila Vorobieva, consideró "desproporcionada" esta presión diplomática y se preguntó por qué no esta misma exigencia contra Israel por sus ataques a Gaza o contra Washington y la OTAN por el conflicto en Libia. Widodo apuesta por la integración y el diálogo, por no expulsar a nadie. En junio, viajó a Rusia y Ucrania, viéndose tanto con Putin como con Volodímir Zelenski, tratando de erigirse como mediador.

En julio, los ministros de Exteriores y de Finanzas del G20 se reunieron en Bali y Rusia estuvo, no sin expresar su disgusto. Serguéi Lavrov (Exteriores) se quejó de que sus homólogos boicotearon la cena de bienvenida y criticó la manera en que éstos "entienden la cortesía y las normas de etiqueta". La de Lavrov en julio fue una presencia incómoda, como lo sería la de Putin en noviembre, que obligaría al resto de líderes a medir bien su agenda y sus gestos.