Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea.

Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea. Reuters

Mundo CUENTA ATRÁS PARA EL 'BREXIT'

Juncker advierte a Boris Johnson: "Si hay 'brexit' duro, en Irlanda habrá una frontera dura"

El presidente de la Comisión Europea ha criticado a los diputados británicos porque "han olvidado la historia" en referencia al Acuerdo del Viernes Santo.

23 septiembre, 2019 02:22

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El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha afirmado en una entrevista emitida este domingo por la cadena británica Sky News que está convencido de que Reino Unido finalmente saldrá de la UE y ha advertido de nuevo de que, si hay brexit sin acuerdo, en Irlanda habrá una frontera "dura".

"Estoy convencido de que habrá brexit", ha declarado Juncker en la entrevista, grabada la semana pasada, antes de recibir las nuevas propuestas del primer ministro británico, Boris Johnson, para modificar el acuerdo previo alcanzado entre Bruselas y su antecesora, Theresa May.

En cuanto a la posibilidad de la instauración de una frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda en caso de que no haya una salida pactada, Juncker ha respondido que "sí". "Debemos asegurarnos la defensa del interés de la Unión Europea y del mercado internacional", ha argumentado.

En ese sentido, ha criticado a los diputados británicos que "han olvidado la historia" en referencia al Acuerdo del Viernes Santo que puso fin a décadas de violencia en Irlanda del Norte. Si hay una frontera dura, "la historia volverá de inmediato". "La situación en Irlanda ha mejorado. No deberíamos jugar con esto", ha remachado.

Sin embargo, ha subrayado que la UE no será la responsable si vuelve la violencia. "La UE no será en modo alguno responsable de ninguna de las consecuencias del brexit. Ha sido una decisión británica. Una decisión soberana que respetamos; pero que no intenten cargar a la UE con la responsabilidad. La UE no está marchándose de Reino Unido; Reino Unido se está marchando de la UE", ha argumentado. 

Reino Unido y la UE han fijado el 31 de octubre como fecha de salida de Reino Unido del bloque, pero Londres quiere un nuevo acuerdo distinto del pactado por May que le permita controlar su frontera con Irlanda. Johnson ha advertido de que si no hay un nuevo acuerdo con Bruselas habrá igualmente brexit en la fecha prevista.

La UE y el Reino Unido lejos del acuerdo

Aunque lo deseable para ambas partes sería un brexit acordado, las posturas siguen alejadas tras la reunión que mantuvieron este viernes en Bruselas el negociador de la UE, Michel Barnier, y su nuevo interlocutor en el Gobierno de Johnson, Stephen Barclay

En ese encuentro, Barclay presentó una nueva propuesta que trataría de eliminar del Acuerdo de Retirada el capítulo dedicado a la salvaguarda irlandesa, lo que permitiría su ratificación en el Parlamento británico y la salida ordenada de Reino Unido. La UE no tardó ni 24 horas en desmontar esta idea. 

"Es esencial que haya una solución plenamente viable y legalmente operativa incluida en el Tratado de Retirada. Seguimos dispuestos y abiertos a examinar cualquier propuesta alternativa que cumpla todos los objetivos de la salvaguarda irlandesa", subrayó la Comisión en el breve comunicado. En Bruselas desconfían de los planes de Boris Johnson y quieren garantías de que nunca habrá una frontera física en Irlanda.

Veredicto sobre el cierre del Parlamento

Por otro lado, Johnson tienes otros frentes abiertos, en este caso con la justicia. Esta semana la Corte Suprema del Reino Unido emitirá su veredicto sobre la legitimidad de la suspensión del Parlamento decretada por el primer ministro.

Johnson decretó el cierre del Parlamento desde el 10 de septiembre pasado hasta el 14 de octubre para evitar que los diputados interfirieran con sus planes de sacar al Reino Unido de la Unión Europea el 31 de octubre, con o sin acuerdo.

El Reino Unido debió salir de la alianza europea el 31 de marzo pasado, después que el 52 por ciento de los británicos votó a favor del brexit en el referendo de junio de 2016. La negativa del Parlamento británico a respaldar el pacto firmado por la entonces primera ministra Theresa May obligó a posponer la salida, primero para abril pasado, y luego para octubre próximo.