El cardenal George Pell, en el juzgado de Melbourne.

El cardenal George Pell, en el juzgado de Melbourne.

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El Vaticano destituye al cardenal Pell tras ser declarado culpable de pederastia

George Pell ha sido retirado del ministerio de finanzas del Vaticano y se le ha prohibido el contacto con menores hasta la resolución de las apelaciones.

26 febrero, 2019 12:12

El cardenal australiano George Pell, responsable en excedencia de las finanzas del Vaticano, es el mayor dignatario de la Iglesia católica declarado culpable de pederastia tras un juicio en Australia.

Un tribunal australiano hizo público hoy un veredicto de culpabilidad por cinco cargos de abuso sexual contra menores, incluida una penetración, cometidos entre 1996 y 1997 en Melbourne cuando Pell era arzobispo de esta ciudad en el sureste australiano.

La decisión fue tomada por unanimidad el jurado el 11 de diciembre pero este no pudo divulgarse oficialmente por razones legales.

Pell, quese encuentra en libertad condicional, se enfrenta a una posible condena de unos 10 años de cárcel, aunque sus abogados ya han apelado el veredicto.

El cardenal, de 77 años, fue hasta el año pasado uno de los más cercanos consejeros del Papa Francisco, que se ha comprometido a responder con tolerancia cero ante los abusos sexuales contra menores.

El propio Papa ha sido quien le ha cesado de la actividad eclesiástica, destituyéndole del ministerio de finanzas del Vaticano y prohibiéndole el contacto con menores hasta que se resuelvan las apelaciones a su condena.

El Vaticano ha dicho que la condena de Pell es "dolorosa". Ha añadido que tiene todo el respeto hacia la justicia australiana, y que esperan el resultado de las apelaciones. "Pell tiene el derecho de defenderse hasta el último nivel" del proceso judicial.

Pell podría ser arrestado el miércoles

"Para garantizar el curso de la Justicia, el Papa ha confirmado las medidas cautelares ya dispuestas al cardenal Pell desde que regresó a Australia, o sea que en espera de que se confirmen definitivamente los hechos, a Pell se le prohíbe de manera cautelar el ejercicio público del ministerio sacerdotal y como norma el contacto en cualquier modo y forma con menores de edad", leyó el portavoz del Vaticano, Alessandro Gisotti.

En el comunicado oficial, el Vaticano dice unirse al "respeto para las autoridades judiciales australianas" declarado hoy por el presidente de la Conferencia de Obispos de Australia sobre la condena al prefecto de la Secretaría Económica, "número 3" en la jerarquía vaticana y que fue apartado "por motivos de edad" en diciembre del Consejo de Cardenales (el llamado C9) que ayuda al Papa.

"En nombre de este respeto, ahora esperamos el resultado del proceso de apelación, recordando que el cardenal Pell ha reiterado su inocencia y tiene el derecho de defenderse hasta el último grado. Esperando el juicio final, -continúa la declaración- nos unimos a los obispos australianos para orar por todas las víctimas de abusos, reafirmando nuestro compromiso de hacer todo lo posible para que la Iglesia sea un hogar seguro para todos, especialmente para los niños y más vulnerables", se lee en la nota. 

Según la sentencia, emitida en diciembre, pero que se dio a conocer hoy, violó a un niño de 13 años de un coro en la década de 1990 y abusó sexualmente de otro de la misma edad en el prestigioso colegio St Kevins.

Pell se encuentra en libertad condicional pero podría ser puesto bajo arresto mañana y ahora la Justicia australiana tendrá que determinar la pena que se espera se anuncie en la primera mitad de marzo.

Fue nombrado cardenal por Juan Pablo II

En la década de 1970 y 1980 ejerció como sacerdote y educador en distintas parroquias y centros católicos australianos, incluido en su natal Ballarat.

El australiano fue designado obispo auxiliar de Melbourne en 1987, arzobispo en esta misma ciudad en 1996 y arzobispo de Sídney en 2001.

Dos años más tarde, fue nombrado cardenal por el Papa Juan Pablo II, lo que le permitió votar en los cónclaves para elegir al sumo pontífice y, por tanto, fue uno de los Papables en la votación en la que fue proclamado el actual Papa Francisco en 2013.

Pell fue elegido al año siguiente prefecto de la Secretaría de Economía de la Santa Sede, un nuevo puesto creado por el pontífice para atajar los escándalos en torno a las finanzas del Vaticano.

No obstante, al que era considerado "número 3" de la curia romana, tras el Papa y el secretario de Estado, le ha perseguido la sospecha por los casos de pederastia en el seno de la Iglesia católica en Australia, varios cometidos en Ballarat.

En 2002, cuando era arzobispo de Sidney, un hombre aseguró haber sido abusado sexualmente por él en 1961, cuando tenía 12 años y Pell estaba formándose para ser sacerdote.

En marzo de 2016, Pell reconoció que en la década de 1980 existía "un mundo de crímenes y encubrimientos" en la Iglesia católica para proteger a la institución, pero negó tajantemente haber abusado sexualmente de ningún menor.

Así lo declaró como testigo en la comisión especial que investigó la pederastia en las instituciones australianas y que concluyó en un informe que un 7% de todos los sacerdotes abusaron en Australia de menores a su cargo entre 1960 y 2015.

Esta misma comisión reveló que en los años 1970 había en Ballarat una red de sacerdotes pederastas.

La Policía australiana presentó cargos el 29 junio de 2017 por pederastia en el tribunal contra el cardenal, que ese mismo día pidió la excedencia en el Vaticano para demostrar su "inocencia".

De momento, ha sido declarado culpable en un primer juicio, mientras que un segundo, por supuestos abusos cometidos en las década de 1970 en Ballarat, fue sobreseído por falta de pruebas.

Pell es un conservador que en el pasado mostró su oposición a la ordenación de mujeres, al divorcio y al aborto, y que al menos en una ocasión rechazó dar la comunión a homosexuales durante una misa.

El cardenal fue el primer dirigente católico en abordar los abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia australiana, con la puesta en marcha en 1996 de un programa de compensaciones económicas, aunque recibió críticas por no dar suficiente apoyo a las víctimas.