Los londinenses escogen a su nuevo alcalde.

Los londinenses escogen a su nuevo alcalde. Toby Melville Reuters

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El caótico recuento de votos demorará días los resultados finales de las elecciones británicas

En algunos casos, no se comenzará a contabilizar hasta llegado el fin de semana. El alcalde de Londres se conocerá en la tarde del viernes.

6 mayo, 2016 01:21
Londres

La jornada de este 5 de mayo se ha bautizado como el “Superjueves" británico porque se han concentrado distintas elecciones. Se eligen los regidores de 124 municipios ingleses, los alcaldes de cuatro ciudades, entre ellas Londres, con su asamblea de 25 regidores, las regionales de Escocia, Gales e Irlanda del Norte, e incluso las elecciones de la Policía y de dos diputados de Westminster.

El recuento de votos, como es característico en el Reino Unido, será lento y laborioso. Algunos recuentos empiezan a la noche, otros en la mañana del viernes y otros el sábado. Los resultados se irán publicando, municipio a municipio y distrito a distrito.

Se espera que el viernes por la mañana se conozcan los resultados de las escocesas, en las que los nacionalistas buscan renovar la mayoría, y dos tercios de las municipales inglesas, suficientes para empezar a intuir la suerte de Corbyn, que se juega mucho en sus primeras elecciones del Partido Laborista. También el resultado de parte de los resultados en Gales, el resto empezarán a contarlos mañana. El nombre del nuevo alcalde de Londres no se sabrá hasta mañana a última hora de la tarde.

Los colegios electorales abrieron de las 7 de la mañana a las diez de la noche y durante todo el día hubo una afluencia pausada de votantes. El movimiento se aceleró a partir de las cinco de la tarde, cuando la gente acababa de trabajar, pero no hubo un ambiente especialmente electoral en Londres.

“Votaré a Sadiq Khan porque es asiático, no tanto por la religión porque yo no soy creyente”, explicó una mujer británica de origen indio que estaba a las puertas del colegio electoral de Bethnal Green, barrio del este de Londres que pertenece a Tower Hamlets, donde hay una proporción de musulmanes del 40 por ciento. “Me encantaría que una persona asiática fuera el nuevo alcalde”.

Otro que pensaba votar a Khan era Mohammed, francés de origen argelino, musulmán, aunque para él ni la religión ni el origen eran importantes. “Soy un votante laborista y por eso les apoyo, lo más importante para mí son sus políticas”, explica, y destaca que “la ideología de Goldsmith es la típica ideología conservadora que sólo favorece a los ricos y a la clase alta, pero Londres es una ciudad de gente trabajadora y por eso creo que es importante votar al partido laborista”. Sadiq Khan saca una ventaja de 20 puntos Goldsmith en las encuestas que, de confirmarse, los pronósticos, se convertiría en el primer alcalde musulmán de Londres.

En Londres es donde se ha librado la batalla más dura de todas las elecciones. David Cameron volvió a relacionar Khan con el extremismo islámico y dijo que mostraba una “pauta de comportamiento” al aparecer con figuras como Shajeel Shahid, miembro de Al Muhajiroun, considerado un grupo terrorista y prohibido en el Reino Unido. Corbyn criticó a Zac Goldsmith, el candidato tory por Londres, por “difamar sistemáticamente” su rival, mientras Khan trataba de distanciarse de Corbyn y desvincularse de las acusaciones de antisemitismo que pesan sobre el Partido Laborista, que el miércoles tuvo que suspender a otros dos regidores por haber hecho comentarios considerados discriminatorios con los judíos.

La campaña de Goldsmith ha estado orquestada por el estratega político australiano Lynton Crosby, conocido como el ‘mago de Oz’ y ‘maestro de las artes oscuras’, y por utilizar tácticas de dog-whistle, que consiste en enviar mensajes codificados, y poner en marcha campañas negativas para desacreditar a los contrincantes. Fue el ideólogo de las últimas campañas de David Cameron en las generales de 2010 y 2015 y de Boris Johnson a la alcaldía de Londres. Hace tiempo, Johnson comparó las tácticas de Crosby con alguien que lanza un gato muerto en una mesa en medio de una cena: “los comensales gritan que hay gato muerto en la mesa y se olvidan de lo que estaban hablando”.