Blanca García-Orea, nutricionista.

Blanca García-Orea, nutricionista.

Salud y Bienestar

Blanca García-Orea, nutricionista, tajante sobre las cerezas en España: "No es sano comer más de cuatro"

Antes de servirte un bol enorme de cerezas "porque son sanas", recuerda el consejo de esta nutricionista y evita las molestias que esta deliciosa fruta provoca.

Más información: Alerta de los nutricionistas ante el consumo de cerezas: "Se prohibirán, pero nos las estamos comiendo"

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Pocas frutas nos llevan tan directamente a pensar en verano y tiempo de "relax". Las cerezas, dulces, refrescantes y apetecibles como pocas, con un intenso color y un sabor irresistible, las convierten en un picoteo saludable para muchos, o al menos, eso creemos.

Pero ¿sabías que comer demasiadas puede arruinar tu digestión? La nutricionista Blanca García-Orea, una de las voces más influyentes en el mundo de la alimentación saludable en España, ha lanzado una advertencia que ha sorprendido a miles de seguidores: "Comer media caja de cerezas al día, algo muy común en verano, puede ser la clave para el malestar digestivo".

Aunque nadie pone en duda que las cerezas tienen propiedades beneficiosas, son ricas en antioxidantes, ayudan al tránsito intestinal y tienen efecto antiinflamatorio, su consumo excesivo puede pasarte factura.

Lo peor es que muchas personas no son conscientes de ello hasta que aparecen los síntomas: hinchazón, gases, retortijones, diarrea y una sensación incómoda de "barriga pesada" que no se va ni con infusiones.

La moderación es la clave para disfrutar sin consecuencias de esta deliciosa fruta. Escucha a tu cuerpo, ajústate a tus niveles de tolerancia y no te dejes llevar por la idea de que, porque algo es natural, puedes comerlo sin control.

El problema está en dos componentes

Tal y como explica Blanca García-Orea, las cerezas contienen dos tipos de carbohidratos fermentables que pueden dar problemas digestivos incluso en personas sanas: la fructosa y el sorbitol.

Estos compuestos no se absorben completamente en el intestino delgado y, cuando llegan al colon, las bacterias intestinales los fermentan rápidamente. Esto conlleva la producción de gases, distensión abdominal y molestias varias.

"Una sola cereza puede tener hasta 0,5 gramos de fructosa", explica la nutricionista. Esto significa que con apenas cuatro o cinco cerezas, algunas personas ya podrían empezar a notar efectos secundarios. Y eso sin llegar ni de lejos a las cantidades que muchos consumen sin pensarlo en verano: media caja de una sentada o un bol entero como postre.

¿Debemos dejar de comer cerezas?

Para nada. Blanca lo deja muy claro y afirma que no se trata de demonizar esta fruta. Al contrario, las cerezas pueden ser un complemento excelente en una alimentación equilibrada, siempre que se consuman con moderación. La clave está en escuchar al cuerpo y respetar los límites de cada uno.

Para quienes tienen un sistema digestivo más sensible, la nutricionista recomienda no superar las cuatro cerezas al día. En cambio, una persona sin intolerancias ni molestias puede tomar entre 10 y 15 cerezas (alrededor de 150 gramos), lo que equivaldría a una taza.

Esta sería la cantidad ideal para disfrutar de sus beneficios sin sufrir efectos secundarios. "Un abuso prolongado también puede llevar a desarrollar intolerancia a la fructosa o al sorbitol", advierte Blanca García-Orea.

Otras frutas con el mismo efecto

Otra de las claves que destaca la experta es que el sorbitol y la fructosa no solo están presentes en las cerezas. De hecho, hay muchas otras frutas con hueso que pueden generar exactamente las mismas molestias si se consumen en exceso: manzana, pera, ciruelas, melocotón, albaricoque, mango, dátiles...

Incluso productos que parecen totalmente inocentes, como los chicles sin azúcar, algunas golosinas light, zumos industriales, galletas bajas en calorías o incluso la pasta de dientes, pueden contener sorbitol como edulcorante.

Por eso, si tienes tendencia a la hinchazón o la digestión pesada, puede que el problema no esté en lo que comes a la hora de la comida, sino en ese picoteo dulce o saludable que tomas sin pensar a media mañana o por la tarde.

¿Cómo evitar la hinchazón que causan las frutas?

La buena noticia es que no hace falta dejar de disfrutar de las cerezas ni de otras frutas potencialmente "conflictivas". Solo hay que aplicar una regla sencilla: moderar el consumo y prestar atención a cómo reacciona tu cuerpo.

Si notas que con apenas unas pocas cerezas ya empiezas a sentirte hinchada, lo mejor es reducir la cantidad o combinarlas con otras frutas menos fermentables. También puedes tomarlas después de una comida completa y no con el estómago vacío, para ralentizar su absorción y minimizar su impacto digestivo.

Y, por supuesto, si tienes digestiones delicadas, lo ideal es evitar mezclar varias frutas ricas en sorbitol o fructosa en una misma ingesta. Por ejemplo: mejor cerezas o melocotón, pero no ambas juntas.

A pesar de todo, las cerezas siguen siendo una de las frutas más saludables del verano. Son fuente de vitamina C, polifenoles antioxidantes, melatonina natural (que mejora la calidad del sueño) y fibra soluble, ideal para el tránsito intestinal. Eso sí, su riqueza nutricional no las convierte en una fruta "sin límites".