
Marimer Pérez, ginecóloga, habla de la perimenopausia.
Marimer Pérez, ginecóloga: "La perimenopausia es peor que la menopausia, sobre todo emocionalmente"
Muchas mujeres viven esta etapa de su vida como un verdadero terremoto emocional que hace tambalear los cimientos de su propia identidad.
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Un tic en el ojo que no se va. Una tristeza que no entiendes. Te cae mal todo el mundo. Discutes más de lo habitual. Estás agotada, pero no logras dormir bien. Son síntomas tan normales en la vida de una mujer que, en un alto porcentaje de ocasiones, muchas no le dan la importancia que la situación requiere. Podrías estar atravesando la perimenopausia, una etapa que para muchas mujeres resulta aún más dura que la propia menopausia. Y lo peor es que se habla muy poco de ello.
La ginecóloga y obstetra Marimer Pérez, conocida por su labor divulgativa y el carácter cercano que muestra en sus intervenciones y que permite que sus seguidores lo entiendan a la perfección, habla de esta etapa, natural pero complicada para una mujer, en una reciente charla publicada en redes sociales.
"Casi te diría que en la perimenopausia lo pasas peor que cuando te dejan los estrógenos por completo. Y emocionalmente, sobre todo. Que poco se habla de ello". En su intervención en el pódcast Madres y Musas, la especialista pone palabras a un proceso que afecta a millones de mujeres y que, sin embargo, sigue siendo invisible.
'No me reconozco'
Lo primero que muchas mujeres sienten es una desconexión profunda con su propia identidad. "La frase que primero dices en este proceso es 'no me reconozco'. Yo soy un vaso a punto de rebosar y cualquier cosa que me comentan me hace rebosar", explica la doctora Pérez.
Esta sensación de estar "desbordada" es muy común durante esta fase de transición biológica, que suele comenzar entre los 40 y los 45 años, aunque en algunas mujeres puede presentarse antes.
Este proceso, conocido también como premenopausia, es el período previo a la menopausia en el que los niveles hormonales, especialmente los estrógenos, empiezan a fluctuar de forma impredecible. Esto da lugar a una serie de síntomas físicos, sexuales y, sobre todo, emocionales que muchas veces se interpretan erróneamente como una crisis personal, una depresión o incluso una "locura".
No, no estás loca, es perimenopausia. Son muchas mujeres las que se preguntan si están locas, depresivas, si se han vuelto asexual, por qué te cae mal todo el mundo… Pero esta desconexión emocional no es casualidad. Está directamente relacionada con los cambios hormonales que alteran el estado de ánimo, la concentración, el sueño y la libido.
Entre los síntomas más frecuentes durante la perimenopausia destacan:
- Cambios bruscos de humor e irritabilidad.
- Fatiga constante.
- Insomnio o despertares nocturnos.
- Disminución del deseo sexual.
- Pérdida de memoria o dificultad para concentrarse.
- Aumento de la ansiedad o episodios de tristeza inexplicable.
Según diversos estudios, estos síntomas no solo son comunes, sino que afectan de forma significativa la calidad de vida y la salud mental de las mujeres. Sin embargo, muchas siguen sin tener un diagnóstico claro porque no saben que lo que les ocurre tiene un nombre y una explicación biológica.
¿Por qué no se habla de la perimenopausia?
Una de las grandes luchas que denuncia la doctora Pérez es el silencio que rodea esta etapa. "Es muy importante explicar este proceso y saber qué pasa", insiste. Parte del problema está en la falta de información accesible, incluso entre profesionales de la salud, y en los tabúes sociales que siguen rodeando al cuerpo femenino una vez pasada la edad fértil.
Durante siglos, la feminidad ha estado culturalmente asociada a la juventud, la belleza y la capacidad reproductiva. Cuando una mujer entra en la perimenopausia, es frecuente que experimente también un shock identitario, no solo físico, sino social y emocional. Esto genera un sentimiento de pérdida que, sumado a los cambios hormonales, puede agravar el malestar.
Otro de los temas que más preocupa a las mujeres en esta etapa es la pérdida del deseo sexual. Y aquí Marimer Pérez lanza una reflexión necesaria: "Está claro que el deseo no va a venir mientras haces una tortilla. Hay que erotizar a la mente". Con esto, la especialista invita a repensar la sexualidad desde un enfoque más emocional, más mental y menos mecánico.
No se trata de que todas las mujeres tengan que seguir deseando igual que a los 20, sino de comprender que el cuerpo cambia y que, con él, también debe cambiar la forma en que entendemos el placer, la intimidad y la conexión emocional.