
Mujer angustiada en la cama.
Qué es la 'nictofobia': el trastorno psicológico que sufrieron miles de personas durante el apagón de España
Lejos de ser solo un problema de niños, como muchos piensan, esta situación extraordinaria ha servido para dar voz a todas aquellas personas que lo sufren.
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El apagón total que sufrió España el pasado 28 de abril no tiene precedentes. Colapsos en las carreteras, personas atrapadas en trenes, comercios y grandes almacenes cerrados, y caos, mucho caos generalizado sumado a los miedos propios de cada persona.
Uno de los más comunes desde que nacemos, pero que no exime a los adultos de sufrirlo, es el miedo irracional a la oscuridad, conocido como nictofobia. Una fobia que ayer mismo resurgió con fuerza en millones de personas en España tras el histórico apagón eléctrico que afectó al país, Portugal y sur de Francia. Lo que para algunos fue solo una molestia, para otros significó horas de auténtico pánico.
El fallo eléctrico se produjo a las 12:30 horas aproximadamente. Sin embargo, el verdadero temor para miles de personas comenzó cuando el sol se empezaba a poner y el restablecimiento eléctrico no era completo aún. Quien sufre este trastorno psicológico vivió una auténtica pesadilla que, aunque para muchos puede ser superflua, para otros supuso un auténtico drama.
¿Qué es la nictofobia?
La falta de luz total en España sumió a una parte de la población en un estado de ansiedad, miedo extremo e incluso ataques de pánico que, quien sufre. Lo que estaba en juego no era solo una cuestión de iluminación, sino un trastorno psicológico que permanecía latente.
La nictofobia es el miedo irracional e intenso a la oscuridad. Se considera una fobia específica, dentro de los trastornos de ansiedad, y aunque es común en niños, muchos adultos también la sufren en silencio. De hecho, según expertos en salud mental, se estima que entre un 5% y un 10% de la población experimenta este miedo de forma significativa, aunque muchos lo esconden por vergüenza.
Quien padece esta fobia coincide en los mismos síntomas: dificultad al respirar, temblores en las extremidades, temor a que algo va a pasar ante la falta de luz, taquicardias, sudoración excesiva, pensamientos catastróficos, hipervigilancia y una necesidad desesperada de controlar el entorno.
¿Por qué da tanto miedo la oscuridad?
Desde un punto de vista evolutivo, la oscuridad siempre ha sido sinónimo de peligro. Durante la prehistoria, el ser humano era más vulnerable durante la noche, cuando no podía ver a los depredadores. Aunque ya no vivimos en cuevas, ese instinto primitivo sigue presente y se manifiesta con fuerza en determinadas personas.
Pero la nictofobia no surge solo de lo biológico. También puede estar causada por:
- Experiencias traumáticas en la infancia, como quedarse solo a oscuras.
- Ansiedad generalizada que encuentra en la oscuridad un detonante perfecto.
- Personalidades sensibles o controladoras, que no toleran la incertidumbre que provoca no ver.
- Factores culturales, como haber crecido con historias de miedo, supersticiones o películas de terror.
- Enfermedades mentales, como demencia o trastornos postraumáticos.
Un miedo no solo de niños
Aunque la mayoría de la gente asocia el miedo a la oscuridad con la infancia, lo cierto es que muchos adultos también lo sufren, pero lo ocultan. El apagón eléctrico en España obligó a enfrentarse de golpe a ese temor enterrado.
Al caer la noche y sin electricidad para encender luces, la televisión o cargar el móvil, las personas más vulnerables quedaron expuestas a una oscuridad que no podían evitar ni controlar. “Pensé que me iba a desmayar. Me metí bajo las sábanas como cuando era niña”, confesaba una mujer de 36 años en una plataforma digital.
No es un caso aislado. Psicólogos consultados afirman haber recibido múltiples consultas esta mañana relacionadas con crisis de ansiedad y ataques de pánico ocurridos durante el apagón.
Síntomas de la nictofobia
No es lo mismo sufrir nictofobia que cierta incomodidad a la oscuridad, que es algo totalmente frecuente. Sentir cierta incomodidad en la oscuridad es normal. Lo que diferencia a la nictofobia es que el miedo es desproporcionado, irracional y paralizante. No se trata solo de estar incómodo, sino de sentir que algo terrible va a ocurrir, sin poder razonar ni calmarse.
Se evita cualquier exposición, incluso a costa de modificar la rutina: dormir con la luz encendida, no salir de noche, evitar espacios cerrados o sin ventanas… El apagón dejó sin escapatoria. Ni lámparas, ni farolas, ni pantallas. La oscuridad fue absoluta en muchas zonas del país hasta que se fue restableciendo la red eléctrica y, para muchas personas, insoportable.
Los afectados por nictofobia pueden experimentar:
- Síntomas físicos: taquicardia, dificultad para respirar, sudoración, temblores.
- Síntomas emocionales: angustia, pensamientos de que algo malo va a pasar, sensación de pérdida de control.
- Conductas evitativas: negarse a ir a sitios oscuros, buscar luz de forma obsesiva, depender de otros para no estar solos por la noche.
Muchos de estos síntomas se agravaron durante la noche del 28 de abril, y algunos ciudadanos incluso llamaron a emergencias por ataques de ansiedad severos.
¿Cuándo es necesario pedir ayuda?
Si el miedo a la oscuridad afecta tu vida diaria, impide dormir o genera un malestar desproporcionado, es fundamental acudir a un profesional. Según los expertos, las terapias más efectivas son:
- Terapia cognitivo-conductual: trabaja los pensamientos irracionales y enseña a enfrentarse a la oscuridad de forma gradual.
- Terapia de exposición: basada en exponerse poco a poco al estímulo temido para reducir la ansiedad.
- Técnicas de relajación y mindfulness, útiles para controlar la activación fisiológica.
- En casos de trauma, puede ser útil la terapia EMDR (desensibilización y preprocesamiento por movimientos oculares).
Aunque el apagón fue inesperado y angustiante, también ha servido para dar visibilidad a una fobia que muchos ocultan. La nictofobia existe, afecta a millones de personas y no es cosa de niños. Hablar de ello, compartir la experiencia y, sobre todo, buscar ayuda profesional puede ser el primer paso para dejar de vivir con miedo, incluso en la oscuridad.