
Mujer comiendo pescado.
Ni atún ni salmón: los nutricionistas alertan del único pescado bajo en mercurio que se debe tomar en España
Cuidar de nuestra salud comienza en el carrito de la compra, por lo que saber elegir las piezas de uno de los alimentos clave para la nutrición es de suma importancia.
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Es de lo más frecuente llegar a la pescadería y que los ojos se nos vayan a las piezas de pescado más grandes por el simple razonamiento de que nos parece de mejor calidad. Lo que no todos saben es que es una elección nada acertada, según los expertos en nutrición españoles.
Los pescados pequeños como las sardinas, boquerones o jureles no solo son más saludables, sino que son más seguros, más sostenibles y, por si fuera poco, también más baratos. ¿La razón? Su bajo contenido en mercurio en comparación con especies de mayor tamaño.
Esto se debe a la bioacumulación de mercurio producido durante la cadena alimentaria marina. Los peces pequeños, que están en la base de la cadena, ingieren el mercurio del agua y, a medida que los peces más grandes los comen, el mercurio se va acumulando en sus tejidos.
Este metal pesado, que se acumula especialmente en peces grandes como el atún rojo o el pez espada, puede causar graves problemas de salud, sobre todo en embarazadas y niños. Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), el mercurio atraviesa la placenta y puede afectar al desarrollo neurológico del feto.
No se trata de una exageración. Diversos estudios han demostrado que los grandes depredadores marinos acumulan este contaminante debido a su larga vida y posición en la cadena alimentaria. En cambio, los peces pequeños, con ciclos vitales más cortos y una dieta más sencilla, apenas presentan trazas de este metal.
Menor tamaño, más nutrientes
El pescado pequeño no solo es más seguro, también es más nutritivo. Las sardinas y boquerones, por ejemplo, son una bomba de omega-3, calcio, vitamina D y proteínas de alto valor biológico. Y todo esto sin necesidad de suplementos ni pastillas.
De hecho, una sola ración de estos pescados puede aportar hasta 5.000 mg de omega-3, en comparación con los 250 mg de una cápsula estándar. Además, al poder comerse con sus espinas, se convierte en una fuente natural de calcio ideal para todas las edades.
Con respecto al colesterol, también sales ganando: los pescados pequeños tienen menos grasas saturadas y colesterol que sus versiones XXL como el salmón.
La recomendación de elegir pescado pequeño no es una moda ni una tendencia gourmet. Tiene base científica. Un estudio publicado por investigadores de Cornell y la Wildlife Conservation Society concluyó que las especies pequeñas son más nutritivas, contienen menos mercurio y tienen un menor impacto ambiental.
Aunque el estudio se centró en el Amazonas, sus resultados se extrapolan perfectamente al consumo en España. La clave está en consumir pescado variado, pero priorizando siempre las especies de menor tamaño y menor riesgo.
Además, según la nutricionista Rocío Gala, el pescado azul pequeño “aporta una mayor carga nutricional y menor exposición a metales pesados”. Y es que no todo el pescado azul es igual: el tamaño sí importa, y mucho.
Otras ventajas del pescado pequeño
Otra gran ventaja que muchos desconocen es que los pescados pequeños son más sostenibles. La pesca de sardinas, caballas o jureles suele realizarse mediante el arte del cerco, una técnica mucho menos invasiva que la pesca de arrastre. Esto significa que el fondo marino se respeta y la biodiversidad se mantiene más intacta.
Además, no hablamos de peces "bebés". Estas especies ya son adultas a pesar de su tamaño, y su captura no interrumpe sus ciclos reproductivos, como sí ocurre con el atún rojo o el pez espada, cuya sobreexplotación amenaza sus poblaciones.
Por supuesto, el precio influye, y mucho. En tiempos en los que la cesta de la compra no deja de subir, el pescado pequeño también gana por goleada. Aunque han subido algo de precio, siguen siendo mucho más accesibles que los pescados grandes. Un kilo de sardinas en temporada nunca costará lo mismo que un kilo de rape o salmón.
Apuesta por boquerones, jureles o caballas. Además, se cocinan rápido, están deliciosos y son tremendamente versátiles. Puedes hacerlos al horno, fritos, en escabeche, en albóndigas y hasta con pasta o en ensalada.