Equipo de sanitarios que realizando una intervención quirúrgica junto con un robot médico

Equipo de sanitarios que realizando una intervención quirúrgica junto con un robot médico iStock

Salud y Bienestar

Atrapamiento del nervio pudendo: una patología que afecta más a ellas y se combate a través de robots

Esta tecnología, implantada en España desde 2017, resuelve los problemas derivados de una patología tan limitante como difícil de diagnosticar.

28 junio, 2023 02:01

Nuestro país continúa abanderando importantes avances en materia de ciencia y medicina, y sus profesionales vuelcan sus esfuerzos en desarrollar técnicas y procedimientos que acaben con las patologías más limitantes en la calidad de vida de sus pacientes.

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Es el caso, por ejemplo, del atrapamiento del nervio pudendo más coloquialmente conocido como el síndrome del ciclista−, una afección que, a pesar de provocar un dolor intenso y afectar al día a día de sus pacientes, también suele ser confundida con otras patologías y su tratamiento requiere tecnologías complejas, pero cada vez más efectivas, como la cirugía robótica

Desde magasIN hablamos con el doctor David Carracedo, responsable de la Unidad de Urología Funcional-Femenina de ROC Clinic, para comprender mejor cómo afecta esta patología a nuestra salud y en qué consiste esta innovadora solución que desde hace seis años viene implantándose con éxito en los hospitales españoles.

Atrapamiento del nervio: ¿por qué se produce?

El atrapamiento del nervio pudendo se produce, como su nombre indica, en este nervio que recorre desde el interior de la pelvis menor, pasando por todas las ramas que se encargan de realizar las funciones del nervio. 

Sus funciones, además de "recoger la sensibilidad del canal anal, la vagina o la uretra" incluye otras como la actuación sobre los nervios de los esfínteres, "responsables de la continencia urinaria y fecal", explica el experto.

Precisamente su anatomía compleja es lo que hace que este nervio sea susceptible de sufrir atrapamientos. Cuando esto ocurre, es porque, previamente, en algún momento de su recorrido, el nervio se ha comprimido, alterando su funcionamiento normal y provocando un cuadro de dolor en quienes lo padecen. 

Esta patología, a pesar de ser una gran desconocida para muchos, puede llegar a ser muy invalidante y "con frecuencia aparece asociada a síntomas urológicos, digestivos o incluso en la esfera sexual". 

A menudo se confunde con la neuralgia, aunque debemos hacer una distinción entre ambos términos, y es que, si bien el atrapamiento en el nervio pudendo conduce a una neuralgia del mismo, no en todos los casos estos dolores se deben a la compresión. 

Fue descrito inicialmente en 1987 como el síndrome del ciclista, porque el factor en común de los primeros diagnósticos es que pertenecían a pacientes que practicaban ciclismo de forma profesional o intensiva. Hoy, está comprobado que el síndrome, aunque puede afectar tanto a hombres como mujeres, es tres veces más frecuente en ellas

Sus síntomas y diagnóstico

"La sintomatología fundamental del síndrome de atrapamiento del nervio pudendo es el dolor crónico localizado en la zona genital. Los pacientes describen esta sensación como un dolor quemante que empeora al estar sentados y mejora al tumbarse o caminar, pero no les despierta por la noche", explica el especialista.

Persona con molestias en la zona pélvica al sentarse.

Persona con molestias en la zona pélvica al sentarse. iStock

A pesar de ser una patología relativamente frecuente, su diagnóstico constituye un importante reto para los médicos, precisamente por la importancia de realizar una correcta historia clínica y una exploración física en detalle.

Lo primero que se observa es si el paciente tiene síntomas compatibles con este síndrome y si la exploración física también lo corrobora. Aunque el diagnóstico es fundamentalmente clínico, "también nos apoyamos en herramientas que nos permitan apoyarlo", afirma el experto, como el estudio neurofisiológico.

"Todos estos procesos son complejos y en muchas ocasiones se retrasa el diagnóstico, por lo que es fundamental que la valoración de estos pacientes sea realizada por médicos especializados en dolor pélvico". 

La cirugía robótica, un tratamiento pionero

A la hora de tratar esta patología, los especialistas alivian el dolor de sus pacientes de manera escalonada, primero con técnicas menos intensas, como la fisioterapia, y después con otras que lo son más, como la infiltración de anestesia y corticoides.

En el momento en que ninguno de estos métodos funciona es cuando entra en juego la cirugía robótica. Esta técnica, en pocas palabras, busca liberar el nervio de las zonas que lo comprimen revertir todos los síntomas que tanto están limitando la vida del paciente. 

Una vez en quirófano, el equipo utiliza asistencia robótica para tener mejor visión e ir creando, minuciosamente, pequeñas incisiones a través de las que localizarán y liberarán el nervio de todo su recorrido hasta que este sale al exterior de la pelvis.

Para ello, explica a magasIN, además de apoyarse en los robots con el objetivo de "tener una mejor visión", también utilizan técnicas de neuronavegación para asegurarse de que este nervio no ha sufrido daños durante la cirugía, y detectar posibles mejoras desde el primer momento.

Un proceso que, además de ser beneficioso para los pacientes, también resulta muy cómodo antes y después de la operación.

Lo único que se les pide es "ayunar ocho horas antes", y, como post-operatorio, una vez se les da de alta a las 24 horas, lo recomendable no realizar grandes esfuerzos en las cuatro a seis primeras semanas tras la cirugía. "Después de esto, podrán llevar a cabo su vida de forma normal y sin limitaciones". 

Además de esto, otro de los aspectos más celebrados por los profesionales en lo que a esta fórmula se refiere está en la tasa de éxito, en torno al 70% de los casos.

"La cirugía robótica aporta grandes ventajas sobre la cirugía laparoscópica: visión en tres dimensiones, visión ampliada para trabajar en espacios pequeños, mayor precisión en el movimiento de los instrumentos quirúrgicos, suprime el temblor de las manos del cirujano, menor riesgo de sangrado y transfusión, menor dolor postoperatorio y menor estancia hospitalaria. Todas son especialmente importantes cuando trabajamos en espacios pequeños como la pelvis y con estructuras de pequeño tamaño como el nervio pudendo", concluye el especialista de ROC Clinic. 

Esta técnica pionera, mínimamente invasiva y, sobre todo, exitosa, se implantó en nuestro país en el año 2017. Desde entonces no ha dejado de desarrollarse, y especialistas como David Carracedo confían en que "seguirá experimentando grandes cambios y novedades a lo largo de los próximos años para beneficio de los pacientes".

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