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En la cara de Eduard Fernández caben muchos hombres, muchas historias, muchos destinos.

Hay millones de rostros en su rostro, hay millones de vidas posibles.

Es de una humanidad conmovedora, insoportable. Casi guapo, casi malo. Con su ternura rabiosa de fondo. Con el alma un poco arrugada, como el papel de plata de los bocatas de los niños.

Te cae muy bien, te cae mejor que tu padre, o al menos le entiendes más: también le deseas como a un amante esencial o le lees en las costuras su leyenda de hombre vivido, quién sabe si político o conductor de autobús o revolucionario o narco, quién sabe si Millán Astray, como en aquella de Amenábar, o Carrillo, como ahora en Anatomía de un instante.

Esta miniserie de cuatro capítulos perfectos que se estrena el 20-N en Movistar Plus va sobre los tres traidores del 23-F (traidores para los suyos, claro, a saber: Santiago Carrillo, Adolfo Suárez y Gutiérrez Mellado).

Ah, tres estoicos que se quedaron en su escaño cuando Tejero metía tiros al cielo del Congreso y gritaba “se sienten, coño”. Había que tenerlos colocados. Encima la rueda Alberto Rodríguez, que es un genio, y hace de nuestra historia reciente un thriller fresquísimo. Qué graciosos somos, qué trágicos y complejos. Qué especiales, en todo caso.

Eduard Fernández le arranca a Carrillo un Carrillo mejor, quizá, del que hubo.

Lo trabajó primero desde el físico: “Desde la boca, que era una línea sin labios, y me puse algodones a Gad lado para sacar un poco la mandíbula”, cuenta. “Las gafas, el maquillaje, el pelo hacia atrás… me dijeron que me rapara, pero si me rapaba iba a arrastrar la imagen demasiado tiempo. Luego fui viendo su retranca, su manera de hablar, cómo fumaba, desde dónde abordaba las cosas”, sonríe Eduard.

Y se cose a él hasta en sus incomodidades de hombre del momento, como cuando se ponía la peluca para entrar clandestinamente a España y decía, mirándose al espejo “qué horror, parezco un marica”. ¡Eso le da verdad…! “Hoy no podría decirse, hoy sería muy desfasado y absurdo, pero entonces sí, y estamos relatando el entonces”.

Carrillo, al menos en la serie, era carisma puro. Ese hombre que fuma en calma durante el intento de golpe de Estado, tan pausadamente… con un temple aterrador… ¿Cómo lo definirías?

Creo que Carrillo era un tipo con mucha más guasa de la que parece. Un hombre con mucha retranca, con una cosa muy asturiana. Muy inteligente, muy vivo, muy listo. Esa calma y esa lentitud que tiene pueden dar la impresión de que es más pausado, más antiguo… pero no: era un tipo muy veloz mentalmente. El otro día me lo decía Pablo Iglesias, que le hizo una entrevista a Carrillo ya muy mayor. Entró pensando: “Este hombre está muy mayor”. Pero se sentó, empezó a hablar y hablaba como los ángeles. Su cabeza funcionaba maravillosamente bien.

"Carrillo tenía más guasa de la que parece: tenía mucha retranca, era muy inteligente y veloz"

¿Carrillo fracasó? ¿Por qué el comunismo ya no funciona en España, por qué tiene tan poco calado, cuándo dejó de ser sexy?

Entre medias estaba Felipe González, que era mucho más “sexy”. Parece que Carrillo, de alguna manera, se autoinmoló —o inmoló un poco también al Partido Comunista— en pos de un bien mayor, que era la democracia en España.

Hay una secuencia en la serie, la conversación de Carrillo con Suárez, que resume todo: cómo dos personas realmente opuestas —Suárez, que en su juventud hacía el saludo fascista, y Carrillo, que representaba el comunismo— llegaron a ponerse de acuerdo.

Oh, realmente impacta el ángulo tan marcado del saludo fascista de Suárez, que no te lo veías venir tan claramente.

Sí, yo creo que la gente joven no es muy consciente de hasta qué punto Suárez venía de ahí. Pero al final me da la sensación de que en ese encuentro entre dos hombres opuestos, la humanidad juega un papel fundamental: aquí tenemos a dos personas que se miran a los ojos, en privado, en silencio.

Ambos tenían padres que habían hecho cosas opuestas a lo que representaban sus hijos. Padres de ideologías muy diferentes, ¿no? Ese es el resumen de esa España que terminó matándose entre hermanos en la Guerra Civil y durante los cuarenta años de franquismo… y también el resumen del hartazgo, del “basta ya”. De todo se cansa uno, hasta de matarse. Era: o lo solucionaban ellos, o aquello no tenía solución.

El actor interpreta a Carrillo en Anatomía de un instante y nos habla de lo que fue meterse en la piel de un hombre histórico.

El actor interpreta a Carrillo en Anatomía de un instante y nos habla de lo que fue meterse en la piel de un hombre histórico. Nieves Díaz.

Todo empieza a relajarse en el momento en el que Carrillo y Suárez se fuman un cigarro juntos. Cuando uno comparte un vicio… de repente se mira de otra manera. ¡Casi hay amistad!

(Ríe) El cigarro aporta algo, sí. Se encuentran verdaderamente. Y a pesar de estar en entornos solitarios… comparten una intimidad, mezclan soledades, un poco.

De su amigo Teodulfo Lagunero, Carrillo decía que era “el único comunista divertido”. ¡También era el único comunista verdaderamente rico…! ¿Estás de acuerdo con esa mirada? ¿La izquierda ha pecado de ponerse demasiado seria?

Creo que graves y serios se ponen todos cuando suben al estrado, excepto los más inteligentes, que tienen un poco más de humor. Se necesita inteligencia para tener algo de humor en el estrado… en fin, Lagunero era muy divertido, nos lo pasamos muy bien rodando con Pedro Casablanc, que está genial, y nos tirábamos juntos por el tobogán de una casa…

Una extraña pareja maravillosa.

Sí. Y creo que la serie tiene algo bonito y algo difícil, y es que muestra a los políticos no siendo sólo políticos. Los ves en bañador o teniendo una conversación íntima… como cuando la mujer de Carrillo le dice que se ha muerto Franco. Es bonito ver la vida real.

"Ya no es problemático ser de izquierdas: ahora lo difícil es ser consecuente con tu ideología en el día a día"

Ya no es peligroso, pero ¿crees que en España sigue siendo problemático ser de izquierdas?

Entonces lo fue, claro, ahora no. Lo difícil hoy es ser consecuente con tu ideología en el día a día. Y cuidado: lo que empieza a ponerse de moda ya no es ser de derechas o de izquierdas, sino ser antidemócrata. ¡No creer en la democracia…! Los datos asustan. Parece que un 25% de los jóvenes, y muy jóvenes, está en contra de la democracia. No sé qué se piensan que es una dictadura como para estar a favor de ella. Me parece una barbaridad. Y además vivimos en la época en que el bulo y la mentira triunfan.

Pero, ¿qué se ha hecho mal para que los chavales no confíen en la democracia? ¿Qué falta de calidad hay en nuestros políticos actuales para que esto haya llegado a ser así? ¿Será el no parecerse tanto a aquellos grandes políticos, personalísimos, de la Transición…?

No lo sé, porque está pasando en todo el mundo. Hay sinergias sociales: después de mucho tiempo de una cosa, la gente quiere la contraria. Rubia, morena; morena, rubia. Y ahora van contra la democracia, que es el marco que nos junta a todos. Es la forma que hemos encontrado para entendernos. Y menos mal. Me parece una barbaridad que triunfen la sinrazón, los bulos, las mentiras.

Eduard Fernández cree que los chavales están desinformados: no saben qué es ser facha.

Eduard Fernández cree que los chavales están desinformados: no saben qué es ser facha. Nieves Díaz.

Tú eres un hombre algo insumiso. ¿Has tenido que pagar alguna vez un precio por decir lo que piensas? ¿Has sentido que hubieras tenido más suerte si hubieras sido de otra forma?

Nunca me lo he planteado. No tengo esa sensación. Yo opino lo que opino; intento decirlo con corrección y donde toca. Eso es la democracia, ¿no? Poder decir cada uno lo que piensa, lo que opina, con corrección, sea lo que sea.

¿Cómo educamos a los chavales para que no les mole llamarse a sí mismos “fachas”? Parece que ahora se lo ponen como una medalla…

Informándoles, informándonos. Sabiendo qué es ser “facha”. Creo que si supieran qué están defendiendo… se asustarían. No hay fachas en democracia, sólo en dictadura. La democracia no es más que los habitantes de un país decidiendo qué políticas se llevan a cabo. Quitarnos eso… ¿quién querría quitarnos eso? ¿Por qué querrías quitarte el derecho a decidir quién te representa? “Mira, yo no puedo ir al Parlamento, ve tú por mí, que piensas parecido a mí”. Eso es la democracia. ¿A quién va a parecerle mal? Hay que explicarlo mejor.

¿Qué crees que diría Carrillo si viese la izquierda actual?

No lo sé. Supongo que le parecería poco clara. Y le parecería que defiende poco los intereses del trabajador. No sé qué posición tendría hoy, pero me parecía alguien muy consecuente con sus ideas. Aunque fuese, como dicen algunos, un gran traidor. Esos héroes traidores…

Charlamos con Eduard en una sala del Palace sobre el 23-F y sus heridas.

Charlamos con Eduard en una sala del Palace sobre el 23-F y sus heridas. Nieves Díaz.

Igual que Adolfo Suárez, que también fue acusado de traidor por los suyos.

Claro: nadie puede criticar tanto a Carrillo como los suyos. Le acusaron de traicionarles con la bandera, con el rey…Y él lo hizo todo de forma muy consciente. Sabía lo que pensaban los suyos y aun así lo hizo por la democracia. Llevaba 30 años en el exilio…

Ah, en la serie niega Paracuellos.

Él lo niega. Lo dice claro: “Yo no di esa orden”...

Y dice: “Di otras”. Tampoco es un santito.

No, no. Hace ver que pueden pillarle en otros muchos errores, pero en ese no. Y decía que no era su responsabilidad porque era fuera de Madrid. A partir de ahí, que cada uno piense lo que quiera. La serie no impide que cada uno tenga su versión. Mira el papel del rey… hay quien cree una cosa y quien cree otra. Los datos que tenemos indican lo que indican.

Eduard Fernández en el Palace.

Eduard Fernández en el Palace. Nieves Díaz.

Eduard Fernández repasa los amores de su vida.

Eduard Fernández repasa los amores de su vida. Nieves Díaz.

Alberto Rodríguez es muy meticuloso con lo que se conoce de manera objetiva. El resto, que se lo imagine cada cual. Y como algunos papeles se pierden… ¡claro! ¡No se puede asegurar nada! Si se pierde un papel, imagínate, ¿qué hacemos con ese papel perdido…?

¿A quién le interesa que no se encuentre?

(Sonríe) En fin, cuando se pierde algo es porque alguien no quiere que se sepa la verdad.

¿Cómo era la relación de Carrillo con las mujeres de su vida? En la serie vemos a su secretaria y a su esposa.

Con su secretaria tenía una relación estrecha. No sé hasta dónde… pero sí había una relación especial. Ella lo miraba como a un ídolo. Algunos dicen que estaba un poco enamorada; otros, que no tanto. No hay datos, pero parece que había una admiración extrema. Y él, supongo, se sentiría halagado. Con su mujer tenía una relación muy buena, muy estrecha, muy de matrimonio de toda la vida, con mucha complicidad.

"Yolanda Díaz me inspira: es difícil llegar a la política y mantenerse. La critican mucho y yo le mantengo una cierta lealtad"

Oye, ¿qué revolución nos queda pendiente?

La revolución de la verdad y de la paz. La gente opina muy alto, demasiado alto. Todo el mundo tiene una opinión, pero estaría bien ser más sosegados, estar más a gusto con uno mismo, no tener que demostrar constantemente quién es cada uno. Los filósofos dicen que esa es la pregunta más difícil: saber quién es uno. Dura toda la vida.

¿Crees que los hombres de izquierdas aún no han reconocido su machismo?

Creo que mucha gente no lo ha reconocido. Y otra sí. En una sociedad machista, uno tiene que aceptar que lo es, inevitablemente. Si te dicen que lo que hiciste hace diez años era machista, pues sí, tendrán razón, y por eso lo revisamos. El machismo está en hombres y mujeres. Hay que revisarlo con calma: cambiar las cosas cuesta tiempo.

Te hago un pequeño test sobre mujeres que te han inspirado. Por ejemplo: tu madre.

Mi madre me ha inspirado muchísimo. Con mi madre hablaba mucho de política. Después de las elecciones siempre nos llamábamos: “¿Has visto que ha bajado tal? ¿Y que ha subido cual? ¿Cómo puede ser que pierda este?”. Era una señora progresista, muy del PSOE. Y muy cristiana, pero en el sentido más progresista: en el sentido de ayudar a los demás, de tener cierta moral…

Eduard Fernández habla de su madre, de su pareja y su hija.

Eduard Fernández habla de su madre, de su pareja y su hija. Nieves Díaz.

¿Te pareces a ella?

En todo esto, sí. He heredado esa parte. De mi padre heredé el sentido de la belleza y del humor.

Tu pareja.

Mi pareja conserva un misterio que no consigo desvelar, y eso me tiene atrapado.

Tu hija.

Es un amor. Es la relación más bella y difícil, porque va cambiando con el tiempo. Yo siempre le digo a Greta que poder asistir a su crecimiento personal es un privilegio.

Actriz o directora.

El otro día me acordaba de Mar Coll, que fue de las primeras con las que estuve. Cuando me dieron el Premio Nacional, ahí estuvo. Es maravillosa. La conocí muy joven y ha evolucionado muy bien. Me gusta mucho como directora.

"El machismo está en hombres y en mujeres, hay que revisarlo con calma: cambiar las cosas importantes cuesta tiempo"

Cantante.

María del Mar Bonet. La escuchaba mucho de joven. Cantaba como los ángeles.

Mito erótico.

¡Claudia Cardinale!

¿Y a la española?

Ana Belén.

¿Una política o activista que te inspire?

Yolanda Díaz.

¿Por qué?

Porque es difícil llegar a la política. Y mantenerse. La critican mucho. Antes de llegar, la adoraba todo el mundo; una vez llegó, la critican todos. A mí me inspira, y lo digo por mantener una cierta lealtad.