Retrato de la experta.

Retrato de la experta. Cedida

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La experta en gestión de crisis Isabel Bazaga: "La polarización política dificulta que se actúe bien frente a una catástrofe"

Es pionera en España en el estudio del abordaje de la seguridad y las emergencias. Esto incluye incendios, danas, epidemias, violencia…

Más información: Las mujeres que reconstruyen la memoria de Valencia tras la tragedia de la dana: "Hay que coger la vida como viene"

María Marañón
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Isabel Bazaga (Róterdam, 1965) asegura que nuestros cuerpos y fuerzas de seguridad y de intervención en emergencias están entre los mejores de Europa. Lleva 25 años dirigiendo el Máster de Gestión de Seguridad, Crisis y Emergencias de la URJC.

Ha participado como docente invitada en el INAP (España), en las escuelas de formación de la Policía Nacional y la Guardia Civil, así como en numerosas universidades extranjeras.

De la mano de la Fundación Ortega, organizó el primer curso superior sobre la gestión de la seguridad en crisis y emergencias, a mediados de los 90, cuando la Administración del Estado estaba en pleno proceso de modernización.

Este verano, Isabel Bazaga fue testigo de cómo el humo y las altas temperaturas dificultaban las labores de extinción en el Bierzo. Allí creció hasta que se trasladó a Madrid para doctorarse en Ciencias Políticas.

Nació en los Países Bajos porque a su padre, que era un trabajador muy cualificado de la minería, le habían aconsejado ausentarse un tiempo de España. El último pozo de la comarca se cerró en 2018.

La investigadora reclama una cultura de seguridad y de emergencias y que se hagan evaluaciones de la gestión con criterios científicos y no ideológicos.

Advierte de que la polarización política y la falta de cooperación proactiva entre las distintas administraciones del Estado dificultan la gestión de crisis y emergencias. Una buena comunicación por parte de estas, que trate al ciudadano como adulto, evitaría mucha frustración y noticias falsas.

¿Las manifestaciones violentas que boicotearon la última etapa de la Vuelta Ciclista son parte de una crisis, un problema de seguridad, el último incendio del verano?

Eso pertenece a un ámbito diferente, el de la organización de eventos. Por lo tanto, no se trata tanto de una crisis como, probablemente, de un desajuste del análisis de riesgos. Parece, sin tener toda la información, que no se supo gestionar con claridad el riesgo o el reto que podrían representar esas protestas.

Los incendios sí están contemplados, tanto en la Agenda Nacional de Riesgos y Amenazas (ANRA) como en la UE, porque se correlacionan cada vez más con el tipo de catástrofe asociada al impacto medioambiental. Vamos a no poner la etiqueta del cambio climático, que puede ser comprometida.

“Volverá a suceder, nadie reconoce una mala gestión”, se lamentaba un vecino de una localidad afectada otra vez por los incendios en la Sierra de la Culebra, Abejera de Tábara. ¿Por qué la percepción ciudadana de la gestión de los incendios es negativa?

Yo tengo la hipótesis de que hay cierto miedo por parte de las distintas instituciones a compartir una información continuada de malas noticias. Sin embargo, al ciudadano le gustaría saber la verdad, lo que pasa y cómo se va a intervenir.

Ese déficit de comunicación en la crisis, en contextos donde además hay una vocación interesada de menear el avispero por muchos actores, tanto institucionales como no institucionales, fomenta la desinformación, incluso la leyenda urbana.

Por otra parte, siempre queremos que nuestra casa sea la primera en ser atendida, pero hay prioridades en una intervención que no nos cuentan. Si lo hicieran, bajaríamos un poquito el diapasón.

¿La gestión ha sido correcta?

Los incendios del mes de agosto en España, más que una emergencia han sido una catástrofe. Me consta que ha habido un despliegue sin precedentes de recursos. Yo estaba en la zona del Bierzo. Los aviones no podían volar por la cantidad de humo que había. Cuando tiraban agua, se evaporaba antes de llegar a causa de las altísimas temperaturas…

Si, además, se presentan 15 fuegos a la vez, la mitad de nivel 2, es imposible que se pueda intervenir de forma ultraeficaz, lo cual no quiere decir ineficaz. Los mecanismos de intervención tienen que contemplar primero dónde hay riesgos para la vida. Por eso necesitamos autoridad y mensajes claros que nos orienten. No hay nada que más nervioso te ponga que te digan “tranquilo, no pasa nada".

Retrato de Isabel Bazaga.

Retrato de Isabel Bazaga. Cedida

¿Cómo mejorar esta gestión?

Por una parte, hay que trabajar la cultura de seguridad y de emergencia, para saber cómo debemos comportarnos. A unos les tocará apagar fuegos, a otros esperar sentados o desalojados en pabellones…

En España existen grandes superficies boscosas. También, debemos establecer planes de gestión y trabajar con los distintos actores para mejorar la capacidad de prevención y de respuesta, teniendo en cuenta el impacto del cambio climático.

El CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas), a través de su iniciativa Ciencia para las Políticas Públicas, ha elaborado un informe sobre el reto de los incendios. Aplicar una cultura de evaluación de políticas públicas, independiente, sustentada en la evidencia científica, nos permitirá estar mejor preparados ante una nueva emergencia. Sin olvidar que en estas circunstancias siempre hay una variable de incertidumbre.

Si las normas y protocolos para las emergencias existen, ¿en qué nivel de implantación estamos?

En términos generales, somos un país que ha traspuesto la normativa europea de forma clara. Nuestros cuerpos y fuerzas de seguridad y de intervención en emergencias están en las primeras posiciones en el ranking de capacidad de la Unión Europea.

Los problemas vienen muchas veces generados por la gestión de esos recursos en el momento en el que se produce la catástrofe. Además, empeoran en contextos de polarización política alta.

¿La politización de las crisis para conseguir réditos partidistas se está convirtiendo en un problema grave para la ciudadanía?

Nuestra incapacidad para llegar a acuerdos sociales y políticos en ciertos temas es un problema para la democracia. La impresión que recibe el ciudadano es de cierta carencia de asunción de responsabilidades. Eso no es bueno, y menos para gestionar una emergencia.

Si tú estás viendo como las autoridades que tienen que intervenir están jugando un poco al ping-pong con la responsabilidad, evidentemente tu posicionamiento va a ser de duda, de falta de cohesión. Es en ese espacio donde crecen todas las teorías de la conspiración, las desinformaciones e incluso los comportamientos de riesgo.

De la dana de Valencia se ha criticado la lentitud en el despliegue de ayuda y una cierta descoordinación.

Yo quiero poner en valor el trabajo de los técnicos de las distintas administraciones y de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y del sistema de protección civil, porque hacen toda una labor de análisis estratégico muy importante. A veces parece que los políticos no leen los informes. Eso es un problema.

En las redes sociales salía la noticia de que los bomberos franceses habían llegado antes que los españoles…

Es la percepción que se genera ante la ciudadanía cuando las autoridades no son capaces de comunicar las cosas con veracidad. Además, no habían pasado ni cuatro horas de que se produjera la catástrofe y ya había granjas de trols en la India, en países de los Urales, en el norte de África, generando mensajes desestabilizadores contra el modo de funcionar de la democracia en España.

Pero, también, nos falta cultura de protección y de responsabilidad. Hay que explicar al ciudadano por qué se llega o no se llega. Y por qué, si se llega, quizás no se llegue a su casa. Y que, a lo mejor, le va a tocar limpiar su casa, porque no lo va a hacer una autoridad. Pero todavía nuestra cultura política hace que, cuando nos pasa algo, miremos a las autoridades.

La experta lleva 25 años dirigiendo el Máster de Gestión de Seguridad, Crisis y Emergencias de la URCJ.

La experta lleva 25 años dirigiendo el Máster de Gestión de Seguridad, Crisis y Emergencias de la URCJ. Cedida

¿Pero hubo un retraso en la llegada de ayudas?

Mi opinión, con los conocimientos que tengo, es que no. Tampoco puede intervenir cualquiera que lleve una pala. Hay un sistema de coordinación de recursos. Otra cosa sería lo que se dedujera de una evaluación técnica. La dana fue una catástrofe de enorme magnitud.

¿Se ha hecho esa evaluación técnica de la gestión?

No, porque en España hay muy poca cultura de evaluación de políticas públicas. Entre otras cosas, porque somos una sociedad bastante cainita. Muchas veces no evaluamos para aprender y mejorar, sino para cortar cabezas.

Deberíamos cambiar esa mentalidad. Una evaluación técnica tanto de la dana como de la gestión de los incendios señalaría los puntos negros, y eso mejoraría la respuesta. Además, que haya puntos negros no quiere decir que se haya hecho mal.

Los meteorólogos alertan de que este otoño volverán las lluvias torrenciales. ¿Estamos aprendiendo algo de los errores o no?

No, volvemos a lo mismo, porque no se ha hecho una evaluación.

¿Y de la gestión del COVID tampoco se ha hecho una evaluación?

Con el COVID se han hecho muchísimas. Hay estudios europeos muy sistemáticos y rigurosos a propósito de lo que se hizo en España y en otros países de la UE. Que las autoridades los estudien e implementen es otra cuestión.

Según esos estudios, en España habría que mejorar la coordinación interadministrativa y trabajar la comunicación de la emergencia, incidiendo en las dificultades que representa muchas veces el Estado compuesto para la gestión de este tipo de amenazas.

Volvemos a lo mismo. Desde el momento inicial hubo un exceso de politización. La disonancia de mensajes generó muchísima incertidumbre en un contexto de alta vulnerabilidad. Por otra parte, la campaña de vacunación fue ejemplar.

Usted también ha investigado sobre la radicalización violenta de los jóvenes.

Se trata de un fenómeno en auge, que crece en todas las direcciones. Es un problema grave, porque va a condicionar el futuro de nuestras democracias. Da igual si el espectro de radicalización es religioso, de ultraderecha o ultraizquierda.

La experta ante al objetivo.

La experta ante al objetivo. Cedida

¿El asesino de Charlie Kirk es un lobo solitario?

Yo no defiendo para nada el concepto de lobo solitario. Desde hace muchos años entendemos que hay personas que actúan solas, pero lo hacen impulsadas por un contexto y una asunción de ideas radicales, incluso por metodologías que se comparten a través de distintos mecanismos, bien sea offline u online.

Siempre hay diversidad de factores que confluyen en un individuo. Algunos tienen que ver con su evolución y características personales. Otros, con su entorno de socialización política. Y hay elementos de corte más amplio, entre los que se incluye cierta percepción de que uno está llamado a resolver un problema.

En todo caso, deberíamos ser cuidadosos, cosa muy difícil en contextos de polarización política tan amplia. El verdadero problema no es tanto el espectro de la violencia, sino el asesinato de un hombre y nada en una democracia puede justificar el uso de la violencia política.