
Astrid Gil-Casares en el pódcast 'En Marcha con Nuria March'
La escritora Astrid Gil-Casares: "Escribo muy egoístamente porque hacerlo me estructura la vida"
La autora desvela en 'En Marcha con Nuria March' sus emociones y miedos más profundos.
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Siendo una mujer polifacética, la economista de formación, banquera de inversión y escritora, Astrid Gil-Casares es la invitada de esta semana del vídeo pódcast. Junto a Nuria March, cuenta cómo ha sido su recorrido vital hasta transformar el dolor por la pérdida de su madre en liberación con la publicación de su tercer libro No digas nada, una obra profunda, dedicada a las mujeres, al deseo, la pasión, el dolor y a los miedos.
Astrid Gil-Casares dio el salto a la vida pública por su matrimonio con el empresario Rafael del Pino, pero hoy, junto a Nuria March, desgrana su vida, la cual no ha estado exenta de luces y sombras. Este episodio comienza con la capacidad de reinvención de Astrid, que tras una vida exitosa en el sector de la banca de inversión, decidió sumergirse en el mundo del cine, siendo la autora del guion de la comedia ¿Qué te juegas?.
Tras este primer salto a la gran pantalla, se han sucedido tres novelas, todas ellas, inspiradas en su entorno y en la figura de las mujeres, destacando en esta ocasión, la última de ellas, titulada No digas nada. La escritora cuenta a la empresaria qué le ha inspirado para volver a escribir y confiesa: "Cuando murió mi madre, no era consciente de que me iba a doler tanto. Cuando salí de ese dolor, quise escribir sobre cómo me había sentido".
Gil-Casares recuerda su sufrimiento y añade: "No era como querer morir, pero tenía la sensación de no querer vivir y quise hacer una contraposición entre ese sentimiento de apatía y el deseo sexual". Además, reconoce que parte de aquello que está plasmado en este tercer libro, tiene mucho de ella misma: "En el libro hay escenas que son casi verdad y otras inventadas, pero no hay ninguna que sea completamente real".
Figura materna
Tal y como cuenta Astrid a Nuria, la relación con su madre fue compleja y con muchas contrariedades, pero tras su muerte, la echa en falta todos los días. En este momento, ambas comentan lo paradójico de la situación.
Nuria March, al hablar sobre las figuras maternas, también reflexiona sobre la buena relación que mantenía con la suya y afirma: "Me hicieron una entrevista hace poco en el programa Plano General de TVE2 y me eché a llorar". Además, Gil-Casares es madre y confiesa: "Mis hijos no han leído el libro y no porque no les deje, creo que eventualmente lo leerán por la curiosidad de saber quién es su madre".
Lejos de la vida ajena
Nuestra invitada de esta semana es una mujer que "va por libre", independiente y como se describe a ella misma, solitaria, pero con un círculo de amistades que forma parte de su núcleo más importante vital. Además, comenta cómo de terapéutica es para ella la literatura y añade: "Escribo muy egoístamente porque me estructura la vida". En el contexto de no pensar únicamente en lo que evoca al lector, sino en cómo influye el hecho de no tener un trabajo con horarios fijos, siendo la literatura aquello que le organiza su vida.
Además, Gil-Casares es una lectora empedernida y muy curiosa, hecho que se ve reflejado en su último libro, en el que menciona a uno de los invitados de este vídeo pódcast, Eduardo Straugh, una persona que, según Astrid: "De los primos Straugh me impresionó la generosidad que tuvieron de ofrecerse voluntarios, no a comer los cuerpos humanos, sino la generosidad de cortar los cuerpos y que nunca se quejasen".
Tinta con historia
Nuria March resalta cómo el cuerpo de Astrid es un lienzo que cuenta historias a través de sus tatuajes, a lo que Gil-Casares confiesa: "Mi primer tatuaje me lo hice en un momento de mi vida en el que tuve miedo, divorciarme me dio miedo, enfrentarme al poder me dio miedo". La tinta y esos tatuajes "tan guerreros" le han servido para hacer frente a sus temores y para llenarse de fuerza. "Tuve miedo y mi forma de hacer frente a ello fue tatuarme como escudo", concluye.
A pesar de estos miedos que la acompañan, también coexisten con el amor y los celos, a lo que la invitada afirma: "Soy muy insegura y posesiva, un horror como novia, pero no como amiga". Ambas comentan la forma en la que gestionan estas situaciones y la conversación finaliza con un alegato acerca de la importancia de construir la felicidad y el amor a partir de uno mismo.
Esta semana, el relato de Astrid Gil-Casares conforma un ideario sobre cómo una mujer polifacética es capaz de afrontar sus temores y encontrar la sanación a través de la literatura, mediante una proceso de reinvención en el que ahonda en el dolor, la pasión, la pérdida y la libertad.