SIX es un espectáculo que tiene origen en Inglaterra y narra la historia de las seis mujeres de Enrique VIII, conocidas por su relación con el monarca. A través de este musical, se recuperan las voces, historias e identidades de las esposas, más allá del patriarcado del siglo XVI que las silenció.
El espectáculo no trata los hechos históricos con rigor, sino que hace uso de la sátira e ironía sugiriendo una crítica a la sociedad de la época, pero, ¿quieres conocer la verdadera historia de estas seis reinas?
En este artículo te contamos la dura realidad que experimentaron las consortes del padre del anglicanismo, quienes, atrapadas entre los caprichos del poder y los vaivenes religiosos de la época, enfrentaron sus destinos de la mejor manera que la sociedad les permitía.
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1 de 6 Catalina de Aragón
La primera mujer de Enrique VIII nació en el seno del Reino de España, fruto del matrimonio de los Reyes Católicos, y, desde su llegada al mundo, su porvenir fue trazado por la tradición monárquica: la princesa contraería matrimonio con Arturo Tudor; sin embargo, el destino le tendría preparada una sorpresa mayor.
La joven recibió una gran formación, y, a los 15 años, la hija de los Reyes Católicos viajó hasta Inglaterra para casarse con el príncipe de los Tudor. Dos años después de la boda, Arturo y Catalina enfermaron y el heredero al trono acabó falleciendo. Ante esto, el rey inglés decidió que Catalina desposase a su segundo hijo varón: Enrique.
En 1509, se unieron en matrimonio y depués de seis embarazos, solo sobrevivió María. El rey se enamoró de Ana Bolena y el hecho de que Catalina no pudiese engendrar un varón llevó al soberano a crear la Iglesia anglicana, para poder divorciarse de Catalina de Aragón y así consumar su amor con Ana Bolena.
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2 de 6 Ana Bolena
Enrique VIII se divorció de Catalina de Aragón para casarse con una de sus damas de compañía, de quien se decía que estaba “perdidamente enamorado”. Su etapa como reina fue breve — de ahí el apodo “Ana de los Mil Días” —, ya que fue incriminada de adulterio y el propio Enrique ordenó su ejecución.
El 19 de mayo de 1536, la reina y los hombres señalados como sus supuestos amantes fueron ejecutados en la Torre de Londres. Sin embargo, hoy se sabe que dichas acusaciones fueron fabricadas por Thomas Cromwell, debido a la incapacidad de Ana para darle a Enrique un heredero varón sano, situación similar a la de su predecesora, Catalina de Aragón.
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3 de 6 Juana Seymour
La historia entre Enrique VIII y Juana de Seymour comenzó unas semanas antes de la ejecución de Ana Bolena. El monarca se casó con la joven noble catorce días antes del fallecimiento de su segunda mujer.
Con esta tercera reina llegó el tan ansiado varón: Eduardo. Su nacimiento causó gran entusiasmo en todo el reino anglosajón y fue motivo de celebraciones entre la nobleza durante varios días. Sin embargo, los festejos duraron poco. Unos días después de dar a luz al herdedero al trono, la reina enfermó y acabó falleciendo.
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4 de 6 Ana de Cléveris
Dos años después de la muerte de Juana Seymour, la Corona inglesa buscaba estrechar lazos con los países protestantes para debilitar el poder del catolicismo. Con ese objetivo, se pactó el matrimonio entre Enrique VIII y Ana de Cléveris, hija mayor de uno de los duques más importantes de Alemania.
Sin embargo, cuando Ana llegó a Inglaterra, su aspecto físico no fue del agrado del rey. A pesar de ello, se llevaron a cabo todos los trámites para formalizar el casamiento. Tras solo cuatro meses de convivencia, la relación no mostró señales de mejora y Enrique VIII y Ana de Cléveris decidieron divorciarse de mutuo acuerdo.
Tras esto, se otorgó a la exesposa del rey dos mansiones, un castillo y una asignación anual de 4.000 libras, una suma más que suficiente para que Ana pudiera disfrutar de una vida acomodada hasta su muerte.
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5 de 6 Catalina Howard
La quinta de sus esposas fue Catalina de Howard, una adolescente de gran belleza que llamó la atención del rey.
Se casaron y su destino fue parecido al de su prima Ana Bolena: fue juzgada por haber mantenido relaciones sexuales con un miembro de la corte, habiendo cartas que probaban esos hechos. Catalina fue decapitada en la Torre de Londres al igual que una de sus antecesoras, y sus restos fueron enterrados en la Capilla de San Pedro.
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6 de 6 Catalina Parr
Catalina Parr fue la sexta y última esposa de Enrique VIII. Hija del influyente noble Thomas Parr, esta ya había enviudado en dos ocasiones antes de casarse con el rey. Este último matrimonio sería, paradójicamente, el más exitoso de todos los que tuvo el monarca.
La madurez de Catalina contribuyó a la estabilidad del matrimonio. Esta era una mujer muy culta, y asumió la educación de los tres hijos del rey. La salud de Enrique fue deteriorándose. Y, finalmente, el 28 de enero de 1547, el monarca inglés falleció a causa de una grave úlcera.
Tras enviudar, Catalina se casó con Thomas Seymour, hermano de Juana Seymour. Poco tiempo después quedó embarazada, pero lamentablemente, tras dar a luz, Catalina Parr falleció, convirtiéndose así en la única esposa de Enrique VIII que nunca se separó de él.
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