
Pierpaolo Piccioli, Sarah Burton, Demna Gvasalia y Chemena Kamali son algunos protagonistas de este cambio. Getty Images
De Bottega Veneta a Gucci: lo que revelan los cambios en las direcciones creativas de las casas del mundo de la moda
El vals de los diseñadores al cargo de las colecciones se ha intensificado en los últimos meses, alimentado por intereses más o menos identificables.
Más información: Duran Lantink, nombrado nuevo director creativo de Jean Paul Gaultier
El sector de la moda es un escenario dinámico, cuyas transformaciones atestiguan su capacidad de adaptación al paso del tiempo. No obstante, la aceleración de su ritmo suele ser reveladora de una búsqueda de cambio más profunda.
Es precisamente lo que está demostrando el intenso vaivén en las direcciones creativas de las casas de moda más prestigiosas del mundo, detectado en los últimos meses. Los diseñadores más relevantes han dejado sus cargos, dando paso a perfiles más o menos esperados.
Entre secretos a voces y apuestas sorprendentes, estas elecciones parecen anunciar una nueva etapa en el sector.
¿Pero a qué se debe este cambio? ¿A qué tipo de perfiles se da prioridad? ¿Por qué los creadores masculinos son cada vez más elegidos? Exploramos la nueva realidad de la industria, que cambia las reglas del juego estilístico.
Cambios clave
El ritmo de los cambios ha sido vertiginoso en los últimos años. En 2023, Givenchy abrió la veda con la salida de Matthew Williams, dando paso a Sarah Burton, quien se convirtió entonces en la segunda mujer en ocupar este cargo en la historia de la maison.
En octubre de 2024, Hedi Slimane dejó el puesto de director, dando paso a Michael Rider en Phoebe Philo, tras una amplia trayectoria en Polo Ralph Lauren.
En diciembre de este mismo año, se confirmó la salida de Virginie Viard como directora creativa de Chanel, tras más de tres décadas en la casa. La diseñadora, mano derecha de Karl Lagerfeld, dejó la vacante en manos del innovador Matthieu Blazy, anteriormente en Bottega Veneta.
2024 también firmó la llegada de Sean McGirr a Alexander McQueen, de Chemena Kamali a Chloé y de Louise Trotter a la ya mencionada Bottega Veneta.
La sorpresa fue total en el caso de LOEWE. Jonathan Anderson, diseñador prodigio y creador de su propia firma, fue sustituido por Lázaro Hernández y Jack McCollough, ambos creadores de Proenza Schouler, en marzo de 2025.
Solo era cuestión de tiempo: Anderson se convirtió en el director creativo de la línea masculina de Dior antes de ser anunciado como el sucesor de Maria Grazia Chiuri en mayo de 2025, al cargo de la femenina y de la de alta costura.
Tras brindar una oportunidad al polémico John Galliano, Maison Margiela decidió finalmente contar con Glenn Martens para su dirección creativa en enero de 2025.
Apenas dos meses más tarde, Donatella Versace anunció su salida del cargo (aunque seguirá en un puesto de dirección) para dar paso al joven Dario Vitale, nueva esperanza de la casa creada por Gianni Versace.
En ese mismo momento, Pierpaolo Piccioli se despedía de Valentino, para abrir camino a Alessandro Michele, quien a su vez, había abandonado Gucci en noviembre de 2022. Estos fueron solo algunos de los cambios que vivió la industria en estos meses.
Factores de influencia
Aunque cada casa cuente con motivos propios para elegir a su nuevo director creativo, destacan factores en común que justifican este ritmo frenético global.
Para Daniele Gennaioli, coordinador del área de moda de la Universidad de Diseño, Innovación y Tecnología: "El público parece haberse habituado a estos relevos, con anuncios espectaculares de incorporaciones y despedidas sonadas, aunque a menudo se recurre a los mismos nombres, en una especie de carrusel".
"Este ritmo puede responder a la creencia extendida entre las casas de que buscar el 'fichaje perfecto' puede ser la solución" a los cambios que está viviendo.
Una visión compartida por Maripi Robles, directora de No Solo Una Idea y experta en comunicación de moda, quien destaca que "el sector del lujo está experimentando un cambio en el que sus ventas se están viendo afectadas y las marcas no pueden quedarse de brazos cruzados. Buscan nuevos enfoques y dar una visión más de conjunto con una estructura creativa unificada".
Los cambios en el liderazgo creativo suelen verse como una manera de realinear la estrategia, especialmente cuando busca transformar su identidad, adaptarse a nuevos valores culturales (como la sostenibilidad o la inclusión), o diferenciarse en un mercado saturado.
Laura Zambrini, catedrática de sociología de la moda en la Universidad de Buenos Aires, considera que está esencialmente relacionado con la necesidad de visibilización y renovación: "Bajo la presión de innovar sin pausa, en medio de la competencia feroz y el vértigo de las redes, el recambio permanente se vuelve parte del espectáculo. Así, cada nuevo nombramiento genera expectativa, atención mediática y renueva el capital simbólico de la firma".
Comparte su visión Isabel Ruiz, experta en moda y fundadora del proyecto Love Is In The Air, punto de referencia para novias e invitadas exclusivo que trabaja con firmas como Elie Saab. Afirma que estos cambios tienen que ver "con la alta presión comercial que viven las casas y los diseñadores, al tener que sacar constantemente colecciones".
La exigencia de los tiempos actuales apela a transformaciones más frecuentes, para responder a las necesidades de los clientes y del público, ansiosos por descubrir nuevas propuestas, sin perder su ADN.
Las casas, por ende, han de buscar nuevas perspectivas para mantener el interés, atraer a diferentes públicos y generar entusiasmo en los medios, precipitando salidas.
Los frecuentes cambios de directores creativos suelen, por lo tanto, estar motivados por una combinación de necesidades comerciales, la búsqueda constante de innovación, ajustes en las estrategias de marca, dinámicas internas y expectativas cambiantes de la industria.
Un perfil tipo
Los perfiles de los elegidos son diversos, aunque parecen responder a criterios comunes. Isabel Ruiz recalca que se eligen los "que necesariamente se identifiquen con el ADN y la identidad de la casa. Es fundamental que sepan comunicarse con su comunidad y que transmitan sus valores".
Un factor con el que coincide Daniele Gennaioli: "A la hora de designar a un nuevo director creativo, las marcas priorizan no solo la afinidad estética con su identidad".
"Por ejemplo, tanto Jonathan Anderson como el dúo Proenza Schouler se han destacado por un enfoque vanguardista en el uso del cuero, lo que de algún modo legitima su presencia en una firma como LOEWE, sino también la capacidad del diseñador para construir comunidad y conectar emocionalmente con su audiencia".
Destaca el caso Denma en Balenciaga en concreto: "Es paradigmático: logró reconfigurar la imagen de una casa que, hace una década, atravesaba una profunda crisis, creando una estética altamente reconocible. Tanto es así que muchos consumidores actuales apenas la asocian ya con su fundador, Cristóbal Balenciaga".
Para Laura Zambrini, los directores creativos se han convertido en protagonistas y guardianes de los valores de la casa, capaces de llegar a un mayor número y con un carisma innegable: "Hoy se espera que cada diseñador funcione como una suerte de 'estrella' que rinda económicamente, pero que además encarne una narrativa propia y reconocible".
"En general, se busca un perfil con sello de autor y estética reconocible, pero que a la vez sepa leer los códigos culturales del presente y traducirlos en sus diseños. Es decir, alguien capaz de interpretar la demanda contemporánea".
"A veces se valora el prestigio de haber pasado por otras maisons; en otras ocasiones, se apuesta por figuras jóvenes con una mirada vanguardista", afirma la experta.
Maripi Robles considera que su trayectoria desempeña un rol clave: "Eligen a profesionales ya testados que tienen hitos comprobados en otras marcas".
"Además valoran mucho que sepan adaptarse a la presión que supone ser el director de una marca internacional que tiene muchos ojos puestos en ella, no solo los clientes sino también los inversores y los mercados", confirma.
Por ello,"los nombres son casi los mismos que van rotando, rara vez eligen a alguien verdaderamente nuevo, por esa necesidad de que tenga experiencia y sepa amoldarse rápido al cambio. Las firmas tienen prisa para dar resultados, no pueden gastar demasiado tiempo en la adaptación del equipo", añade la experta.
¿Menos mujeres?
Estos cambios vuelven a poner bajo el foco la igualdad en puestos de influencia en el mundo de la moda. Si bien las mujeres fueron ganando peso en estos cargos en los últimos años, los nombramientos recientes parecen confirmar que la tendencia se está revirtiendo.
Según un estudio de Business of Fashion, solo 3 de las 10 marcas más virales de la Semana de la Moda de París están dirigidas por mujeres. De las 30 principales marcas de lujo incluidas en el Vogue Business Index en 2024, solo siete de los puestos de director creativo estaban ocupados por ellas.
Más allá de las diseñadoras dueñas de sus propias casas, como Victoria Beckham o Stella McCartney, el listado de directoras creativas de las ajenas se ha reducido drásticamente. Sarah Burton, Louise Trotter y Chemena Kamali fueron algunos de los fichajes femeninos residuales de los últimos tiempos.
Daniele Gennaioli reconoce que "los datos sorprenden, especialmente si tenemos en cuenta que la gran mayoría de estudiantes matriculados en grados de moda son mujeres (por experiencia directa, diría que en torno al 90 %)".
"Históricamente, ha existido una jerarquía entre la planificación y ejecución de la producción cultural que ha tendido a invisibilizar el papel de la mujer -para muestra, un botón: el ensayo pionero de Linda Nochlin, Why Have There Been No Great Women Artists?, que cuestiona las raíces de esta exclusión en la historia del arte-".
"En el caso de la moda, esa división se ha reproducido con fuerza: la dimensión intelectual, creativa y simbólica del trabajo ha estado tradicionalmente reservada a los hombres —el Modisto con mayúscula, el artista, como quiso ser percibido Charles Frederick Worth—, mientras que la ejecución y el trabajo cotidiano, más asociados a lo manual y repetitivo, han recaído en las mujeres".
"Lejos de ser un fenómeno del pasado, es evidente que este patrón, con nuevas formas, sigue presente en la actualidad", destaca el docente.
Una visión corroborada por Laura Zambrini: "La paradoja es evidente. Aunque la moda ha sido históricamente un campo feminizado (en términos de consumidoras y trabajadoras), los puestos de poder siguen concentrados en manos masculinas".
"Con la cuarta ola feminista, pareció abrirse un momento de inflexión. En ese sentido, la visibilidad que ganó Maria Grazia Chiuri en Dior fue significativa", añade la experta.
¿Se mantendrá la tendencia en el tiempo? A mediados de este 2025, parece difícil saberlo, aunque los últimos nombramientos confirman que se abre un nuevo capítulo en la industria.
Sea como sea, Isabel Ruiz recuerda que las casas "tienen que tener un ADN y una identidad aparte del diseñador, nunca depender de un creativo para crear una historia y comunicarla y conseguir que el consumidor se identifique y quiera ser parte de esa comunidad". Queda por ver cómo conseguirán aplicarlo a largo plazo.