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El diseñador Ernesto Naranjo: "El consumidor aprecia muchísimo que el producto salga de España"

El diseñador andaluz trabaja en su propia firma de moda desde el año 2014 con una base familiar muy importante que guía el proceso creativo de todas sus colecciones.

14 abril, 2022 03:04

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'Family first' es el concepto fundamental con el que lleva diseñando Ernesto Naranjo desde que comenzó a trabajar en su propia firma hace ocho años. Establecido en su pueblo natal sevillano, el municipio de Pilas, este proyecto nace bajo la idea de recuperar toda la artesanía tradicional del sur de España con la suma del trabajo innovador y creativo aprendido durante los años que el diseñador trabajó para casas de alta costura como Maison Margiela

Desde el año 2014, todas sus colecciones son un perfecto ejemplo de la mezcla entre tradición y modernidad. La producción de todas ellas está realizada con costureras y artesanos especializados para propulsar el talento español y una manera de fabricar más lenta y sostenible. MagasIN se encuentra con el diseñador para conocer cómo es el día a día en su trabajo como diseñador.

Ha trabajado mano a mano en Maison Margiela bajo la dirección de su director Creativo, John Galliano. También tuvo la oportunidad de codearse de otros referentes en el mundo de la moda como Oliver Rousteing, el joven director artístico de Balmain, ¿qué le ha aportado esta experiencia previa?

Yo soy profesor de moda en Madrid y a mis alumnos siempre les digo que deben trabajar en empresas de fuera, porque al final es lo que realmente enseña la verdad del asunto, de la industria de la moda. Al final, en las escuelas de moda, se enseña muy bien a diseñar, a crear historias, a crear contenidos, pero no nos enseñan a funcionar dentro una empresa de moda. Entonces, yo al haber trabajo en estas empresas, aprendí tanto de John Galliano en la parte creativa como en la parte del arte y el saber hacer, el saber fallar, porque él le daba mucha importancia al fallo.

Al final, los seres humanos no son máquinas y él veía lo bello del fallo. Esto es una cosa que yo después he ido aplicado también a mis diseños. No hay que descuidar lo emocional que te da el hecho a mano y la tradición, las raíces en la artesanía, la sostenibilidad que ello implica. Yo me acuerdo que John Galliano intentaba siempre utilizar o beber de todas esas referencias nuevas que se iban trayendo de la moda digital, del tema de los emojis, de cómo nos comunicamos hoy en día, y llevarlo a la tradición y a las raíces por las que la casa es conocida.

En ese año y medio que está trabajando con John Galliano, ellos le ofrecen quedarse, pero sin embargo vuelve a Pilas para crear la firma, ¿por qué tomó esa decisión? 

Yo siempre he querido probar suerte y tantear un poco a ver qué pasaba con lo mío. Es cierto que, tanto por el estrés extremo que se vive en París en ese tipo de casas como por la rapidez, dedicas toda tu vida a esa casa. Yo veía un poco como que necesitaba algo más, quería probar realmente ese sueño que tenía desde pequeñito. John Galliano no quería que me fuese porque trabajaba muy bien con él y yo la verdad que adoraba al equipo, y sigo en contacto con el equipo.

Cuando estuve estudiando en Londres, en la Central Saint Martins, siempre me decían que yo era diseñador español y yo decía "bueno, vale, soy español, pero ¿por qué no puedo estar aquí?" Era como tener siempre esa etiqueta. Yo, al principio, renegaba mucho de dónde venía, yo era andaluz y yo no era un andaluz típico, no era el claro prototipo: lo de los lunares no me gustaba, no me gustaba el chiste... Y entonces, cuando fui a Londres quería como quitarme esa etiqueta, pero después me di cuenta de que esa etiqueta era muy valiosa y que según cómo se usase podía ir en contra o a favor mía.

Entonces cuando me fui a mi pueblo, contraté a las costureras con las que yo empecé a hacer patronaje antes incluso de irme a Londres. Son las que me enseñaron a hacer patronaje [...] Hicimos muy buen equipo y hemos avanzado muchísimo y ahora, yo creo que el consumidor aprecia muchísimo que el producto salga de España. 

¿Entonces, con qué concepto o con qué idea inicial nace la firma? 

La primera colección que hice de Ernesto Naranjo fue una colección que trasladaba la idea de familia o comunidad. Nosotros somos una familia grande, muy andaluza. En mi marca queremos trasladar eso, en el sentido de crear un grupo de personas con la que yo me sintiese cómodo trabajando y que fuéramos una comunidad en la que estuviésemos todos representados, no solamente el diseñador jefe, el que pone la cara, sino todo el equipo.

Parte de esa primera cuestión nace del lado más maternal de mi familia: mi madre, mi tía, mi abuela, han sido un poco toda la inspiración que tomé. Eran mujeres que no eran las típicas mujeres andaluzas, en contra de lo que la mujer andaluza ha representado siempre como esa mujer que ha cuidado del marido y que no trabajaba, que iba al campo. En mi familia yo no he visto eso. Todo es inspiración de mujeres artistas. Yo quería dar a conocer esas mujeres artistas o esas mujeres que fueron muy potentes en el siglo XX y que no se les conoció porque eran mujeres básicamente.

"El color para mí es esa vivacidad, esa jovialidad, esa idea de querer vivir y pasarlo bien del sentir andaluz"

¿Qué significa Andalucía o Sevilla para su firma?

En mis colecciones vas a ver flecos, vas a ver madroños, vas a ver color, que yo siempre lo represento. El color para mí es esa vivacidad, esa jovialidad, esa idea de querer vivir y pasarlo bien del sentir andaluz. Realmente no traduzco Andalucía con lunares y volantes en trajes de flamenca, el toreo y las fiestas. No, no lo hago así porque creo que ese es el cliché que al final utiliza todo el mundo. Yo te cuento la parte sentimental y de cómo somos los andaluces a la hora de pasarlo bien y disfrutar de la vida. Y eso lo trabajo con el color, que es bastante importante en mí, en mi trabajo. Así que bueno, es el color y después la parte de materiales y de técnicas artesanales. 

Ese es otro valor principal su firma, el llamado slow fashion. ¿Cómo lo aplica día a día en la empresa?

Para nosotros es un concepto nuevo, muy bonito y muy estupendo que suena muy bien, pero que al final, en España, casi todo somos slow fashion. Quitando Inditex, que ya se nos va de olla, los demás hacemos casi todo a medida y hacemos made to order, que es bajo pedido. Yo no fabrico 100 piezas y a ver las que se venden, no, yo fabrico según lo que el cliente pide.

También utilizo todo el tema de la reutilización de tejido de empresas grandes que utilizan tejidos sobrantes. Al final, intento utilizar el material que ya existe. Es cierto que muchos son materiales que a lo mejor no son sostenibles de primera mano porque claro, no tuvieron esa intención de ser sostenibles, pero yo los hago sostenibles porque los sigo utilizando, es decir, no los tiro a la basura. Después, también hacemos una cosa que es utilizar prendas de colecciones antiguas y las reutilizamos o las rehacemos en una.

Es muy importante porque si el consumidor ve que las prendas no cambian constantemente, sino que sigue la misma prenda ahí y las reutilizamos y las movemos, solamente le cambiamos el look, poco a poco el consumidor va a ir cambiando y comprando menos.

Para presentar su última colección, decidió grabar un vídeo en vez de hacer un desfile en la MBFWM, ¿por qué?

Mi compradora normalmente no es española, es internacional. Entonces, al no poder venir esa compradora internacional por el tema del coronavirus y demás, no es necesario hacer un desfile. El desfile al final creo que es necesario cuando la compradora asiste al desfile, pero si no está no tiene sentido hacerlo. Al final creo que es un gasto innecesario. Creo que no es sostenible hacer un desfile cuando todavía no hay compradores internacionales aquí.

"Me gusta que la gente se divierta, que se lo pase bien y que no se tome la moda demasiado en serio"

¿Y qué es lo que quería transmitir con esta colección?

La inspiración de la colección viene de una conexión con la anterior, con la de verano de 2022, en la que que creamos una fiesta inspirada en Peggy Guggenheim. En esta última colección, llega la hora del afterparty. Yo dentro de toda esa idea de artesanía y de cosas sostenibles, me gusta que la gente se divierta, que se lo pase bien y que no se tome la moda demasiado en serio.

De cara al futuro, ¿qué próximos proyectos tiene en mente?

Desarrollar accesorios. Creemos que el producto prenda está ya muy claro. El accesorio es algo que siempre me han pedido muchísimo, pero que no se ha desarrollado para venta. Estamos intentando exactamente hacer zapatos y bolsos. Quiero apostar por el calzado sobre todo, que es algo que siempre me han ido pidiendo mucho. Yo al final, como diseñador y como empresario, intento seguir un poquito lo que me va diciendo el consumidor y lo que va pidiendo.