Woody Allen y una joya modernista.
Woody Allen, 89 años, amplía su patrimonio de 140 millones con una casa modernista en el corazón de Barcelona
Woody Allen no pensaba que la ciudad de Barcelona, al filmar en 2007 'Vicky Cristina Barcelona', se volvería parte de su historia personal.
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El legendario cineasta Woody Allen ha adquirido una joya del modernismo catalán: una mansión de 1.100 metros cuadrados construidos ubicada en una parcela de 1.600 metros cuadrados en el barrio de Gràcia, en Barcelona.
Lejos del bullicio de Manhattan, Allen ha encontrado en Gràcia un refugio urbano lleno de luz, cultura y energía creativa. "Es una ciudad genial", confesó el cineasta al hablar de Barcelona, ciudad que le inspira por su arquitectura, su ritmo mediterráneo y su vida callejera.
A pesar de que no se conocen imágenes del interior, todo sugiere que la casa conserva una estética fiel al modernismo catalán, adecuándose a las comodidades modernas. Una casa diseñada para la calma, el arte y la inspiración: exactamente lo que Allen siempre ha buscado en cada ciudad a la que ama.
El vínculo de Woody Allen con Barcelona es de larga data. Ya en 2007, el cineasta rodó aquí Vicky Cristina Barcelona, una de sus películas más aclamadas. Desde entonces, la ciudad se ha convertido en un escenario recurrente de su vida profesional y personal. Con esta compra, Allen consolida su conexión emocional con Cataluña.
El cineasta habría quedado fascinado con el entorno de Gràcia, un barrio donde conviven talleres de artistas, cafés literarios y plazas llenas de vida, ideales para su estilo de vida discreto y reflexivo. La ubicación, además, ofrece vistas a la ciudad y un acceso rápido a zonas como el Park Güell o el Paseo de Gràcia.
Anteriormente, el director de cine halló otra obra maestra del arquitecto Enric Sagnier en el barrio El Putxet mientras filmaba Vicky Cristina Barcelona. La mansión que fue construida en 1917, además de ser uno de los lugares más identificables del filme, sirvió también como residencia temporal durante la producción.
Esta primera vivienda, la de El Putxet, fue el primer enamoramiento con el estilo estético que distingue tanto a esta ciudad. Ahora, la actual, en Gràcia, es el retorno a una pasión que jamás se extinguió.
Una joya modernista.
Allen no solo se siente atraído por la arquitectura de Barcelona, sino por su "energía creativa y cultural". En varias entrevistas ha reconocido que pocas ciudades del mundo combinan tan bien arte, música, gastronomía y calidez humana. Gràcia, con su espíritu bohemio, encaja a la perfección con esa visión.
En su nueva residencia, el director encuentra el equilibrio entre privacidad y estímulo cultural. Lejos del ruido mediático, puede pasar por sus calles empedradas, disfrutar de un café en la Plaça del Sol o inspirarse en las fachadas modernistas que llenan cada esquina del barrio.
Barrio de Gràcia.
Con esta adquisición, Woody Allen se suma a la lista de personalidades internacionales que han elegido Barcelona como su hogar. Pero su caso va más allá del lujo: su mansión modernista es una declaración de amor a la ciudad que le sirvió de musa.
A sus 89, el cineasta estadounidense ha encontrado en Gràcia un escenario ideal para seguir escribiendo, reflexionando y disfrutando del arte de vivir. Su casa, es mucho más que una propiedad: es una pieza de historia que perpetúa la relación entre el cine, la arquitectura y la belleza de Barcelona.