Alberto Chicote en su cocina.

Alberto Chicote en su cocina.

Interiorismo

La cocina de Alberto Chicote (56): los electrodomésticos de lujo que usa y que no encontrarás en cualquier casa

El chef madrileño abre las puertas de su hogar y muestra una cocina equipada con electrodomésticos profesionales poco habituales.

Más información: Karlos Arguiñano (77) presume de impresionante su cocina frente al Cantábrico: “Como en casa, en ningún lado”

Publicada
Actualizada

Alberto Chicote (56 años) es uno de los cocineros más reconocidos de la televisión española. Desde 2012 ha acompañado a los espectadores cada Nochevieja, primero en La Sexta y después en Antena 3, donde junto a Cristina Pedroche se ha convertido en la cara habitual de las Campanadas.

Pero más allá de los focos, Chicote cultiva su verdadera pasión en casa: la cocina. En su canal de YouTube ha mostrado cómo es la estancia donde pasa más tiempo, un espacio que refleja su estilo y personalidad, y en el que combina funcionalidad, recuerdos familiares y tecnología culinaria.

El chef confiesa "estar super contento" con esta parte de su hogar, porque allí no solo prepara platos para familiares y amigos, sino también graba vídeos para sus seguidores. Se trata de una cocina amplia, moderna y con un toque especial que la convierte en un lugar único.

NUEVA COCINA PARA MI CANAL DE YOUTUBE ALBERTO CHICOTE

La estancia está diseñada con muebles de madera clara en tono pino, que aportan calidez, y con encimeras gruesas de mármol negro, un contraste intencionado con la tendencia actual de las cocinas luminosas. El propio Chicote reconoce que quería un espacio que transmitiera robustez y un aire ligeramente industrial.

En cuanto al almacenamiento, el problema no existe: numerosos armarios y cajones permiten guardar sin dificultad utensilios y menaje. También destaca el orden con que el chef organiza sus herramientas, algo que siempre recalca en televisión y que aplica en su propia casa.

El toque personal lo ponen los regalos de sus padres: un soporte de cuchillos regalado por su madre y un salero de cerámica que le entregó su padre. Para Chicote, son piezas cargadas de valor emocional que convierten su cocina en un lugar aún más especial.

Lo que realmente diferencia la cocina de Alberto Chicote son sus electrodomésticos profesionales, difíciles de encontrar en un hogar común. Uno de sus caprichos ha sido instalar dos tipos de fuegos: una placa de inducción que le permite trabajar con rapidez y un gran fuego de gas, imprescindible para cocinar con barro y hierro.

A esto se suma un horno de vapor, una herramienta típica en la alta cocina, perfecta para mantener la textura y jugosidad de los alimentos. Chicote también cuenta con una envasadora al vacío, un electrodoméstico que permite conservar y cocinar con técnicas de vanguardia sin salir de casa.

Los electrodomésticos, todos en aluminio y con un acabado metalizado, refuerzan la estética moderna e industrial que buscaba el chef. Se trata de piezas duraderas y de alto rendimiento que le permiten trabajar en su cocina doméstica como si estuviese en su restaurante.

La cocina de Chicote no se entiende sin su huerto urbano junto a la ventana. Allí cultiva hierbas frescas como perejil, cebollino, romero o cilantro, ingredientes que utiliza a diario en sus platos. "Me vuelve loco poder cortar mis propias hierbas", comenta en uno de sus vídeos.

El espacio no solo es un lugar de trabajo, también es un lugar de disfrute. Chicote se siente cómodo experimentado, improvisando y enseñando a través de sus redes sociales. Para él, cocinar en casa tiene un valor añadido: la cercanía, el cariño y la posibilidad de compartir lo que más le gusta con quienes quiere.

La cocina de Alberto Chicote es un reflejo de su vida: tradición y modernidad, recuerdos familiares y electrodomésticos de última generación. No es una estancia cualquiera, sino un taller gastronómico en el que conviven fuegos de gas, inducción, horno de vapor y una envasadora al vacío.

A sus 56 años, Chicote demuestra que su pasión por la cocina va mucho más allá de platós y restaurantes. En su hogar ha construido un espacio que no solo responde a sus exigencias profesionales, sino que también le hace feliz en lo personal. Una cocina pensada para cocinar, enseñar y, sobre todo, disfrutar.