Una casa en una finca.

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Interiorismo

Un arquitecto advierte sin rodeos: "Nunca orientes tu vivienda al oeste, salvo que tengas vistas espectaculares"

La orientación de una vivienda influye en el confort, la eficiencia energética y el diseño. Un arquitecto explica por qué el oeste puede ser la peor elección.

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Elegir la orientación de una vivienda no es solo una cuestión estética, sino decisiva para el confort térmico, el consumo energético y la calidad de vida interior. Jodi Martí, arquitecto técnico, no duda en afirmar a través de su cuenta de YouTube que, orientar una casa hacia el oeste es "una de las peores alternativas": recibe sol directo por la tarde, lo que puede convertir los atardeceres en momentos insoportables.

En climas mediterráneos, como el español, las tardes son las horas más calurosas del día. Si la fachada expuesta al oeste no cuenta con protecciones solares (voladizos, toldos, vegetación...), las paredes y ventanas se calientan excesivamente.

Esto no sólo genera incomodidad, sino también un uso intensivo del aire acondicionado, con el consiguiente gasto energético. En consecuencia, Martí recomienda preferir la orientación sur como la más equilibrada: en invierno permite capturar bien la radiación solar cuando el sol está bajo, mientras que en verano puede protegerse mediante elementos arquitectónicos pasivos.

¿Es un error orientar las casas a sur?

En cualquier caso, este o norte ofrecen ventajas específicas según el uso de los espacios, especialmente para luz suave constante o para evitar recalentamientos intensos. Sin embargo, la mejor opción sería al sur.

¿Cuáles son los riesgos reales de orientar al oeste sin compensaciones? En primer lugar, la sobrecarga térmica por la tarde, en tanto que el sol poniendo incide con intensidad cuando el aire ya está caliente. Las superficies exteriores se calientan y liberan calor hacia el interior, haciendo muy difícil mantener una temperatura interior confortable.

En segundo lugar, el mayor consumo energético: con fachadas al oeste sin sombras, la necesidad de aire acondicionado en horas vespertinas se dispara, incrementándose la factura eléctrica y la huella de carbono.

También cabe destacar que el confort interior se puede ver comprometido: las estancias principales que quedan orientadas al oeste (salones, dormitorios...) pueden resultar incómodas para su uso durante la tarde y la noche. La luz solar directa también puede generar deslumbramientos, calor acumulado en muebles, objetos personales, suelos, etc.

¿Cuándo podría ser aceptable orientar al oeste? Si realmente hay unas vistas espectaculares, que compensen los inconvenientes estéticos y funcionales. Jordi Martí lo resume así: "o tienes unas vistas espectaculares, o estás haciendo la casa de tu peor enemigo".

En el caso de que pongas buenas protecciones solares, es decir, se pueden incorporar voladizos, toldos, lamas, vegetación (árboles de hoja caduca) que bloqueen el sol alto de verano y permitan la entrada en invierno.

Además, si el proyecto incorpora medidas pasivas (aislamientos, masa térmica, ventilación cruzada, envolventes eficientes...) se puede mitigar parte del exceso de calor.

En conclusión, ¿qué orientación elegir si planeas tu vivienda? Optar por orientar una vivienda hacia el oeste tiene implicaciones negativas importantes: calor acumulado, consumos altos, incomodidad... A no ser que cuentes con unas vistas realmente excepcionales o que puedas integrar medidas compensatorias eficaces, es mejor evitar el oeste.

Las orientaciones sur y este suelen ofrecer un mejor equilibrio entre luz, calor y confort. El norte también puede ser útil en determinadas estancias o climas cálidos si lo que se busca es luz suave difusa y mantener la frescura interior. Tener claro esto desde el inicio puede suponer un gran ahorro de energía, salud y bienestar a largo plazo.

La orientación no solo afecta al día a día de los propietarios, también puede influir en el valor de la vivienda en el mercado inmobiliario. Los compradores cada vez son más conscientes de la importancia de la eficiencia energética y el confort, por lo que un piso orientado al oeste puede resultar menos atractivo.