Lola Prieto, viuda, en el programa de Sonsoles Ónega.

Lola Prieto, viuda, en el programa de Sonsoles Ónega. Y ahora Sonsoles

Estilo de vida

Lola Prieto, 89 años, no se corta: "No me vuelvo a casar porque perdería la pensión de viudedad de mi marido"

La historia de esta pensionista refleja la realidad económica a la que se tienen que enfrentar casi tres millones de viudas en nuestro país. 

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Según un estudio realizado por la aseguradora Mapfre, en España hay cerca de 2,3 millones de mujeres viudas, lo que representa cerca del 80% de personas cuyas parejas han fallecido, siendo la gran mayoría mayor de 70 años. 

Lola Prieto es una de ellas. Con 89 años, y una lucidez envidiable, enviudó hace más de 50 años, habiendo sido su vida todo un ejemplo de trabajo y superación.

Así se lo contaba la protagonista a Sonsoles Ónega, recordando cuál ha sido la decisión más difícil de su vida amorosa: no casarse con el hombre con el que compartió su vida durante muchos años, tras enviudar. 

El motivo no es la falta de amor ni de compromiso, sino algo mucho más práctico: la pensión de viudedad que cobra desde que enviudó hace más de medio siglo.

"Cobro 870 euros de pensión de viudedad, pero gracias a que yo he cosido durante muchos años y sigo cosiendo, he podido salir adelante", confesaba.

La vida tras enviudar

La historia de Lola refleja una realidad que viven muchas mujeres mayores en España y es la necesidad de elegir entre el amor y la seguridad económica.

"La pensión me salvó para sacar adelante a mis hijos", afirma. Lola enviudó muy joven, quedándose sola con unos ingresos mínimos y dos hijos pequeños a los que mantener.

Aquella pensión de viudedad, aunque pequeña, fue clave para garantizar techo, comida y estabilidad en una época en la que ser mujer viuda, sin estudios superiores y con una profesión como costurera, era casi sinónimo de vulnerabilidad.

Poco después rehizo su vida. Conoció a un hombre con el que ha compartido tres décadas de convivencia, risas y proyectos. Pero nunca pasó por el altar con él.

Amor o pensión

Lola lo cuenta sin tapujos: "Me pidió un montón de veces matrimonio y me llamaba 'egoísta'. Pero tengo que asegurar lo mío". Su pareja, con quien mantiene un vínculo sólido y de confianza, soñaba con casarse.

Ella, sin embargo, siempre tuvo claro que esa decisión implicaba renunciar a los 870 euros mensuales que la sostienen desde hace medio siglo.

En su caso, el matrimonio suponía perder la pensión de viudedad, ya que la normativa española establece que, en determinados supuestos, el derecho a cobrarla se extingue si se vuelve a contraer matrimonio o se constituye una pareja de hecho con carácter oficial.

"Yo le quería, pero también tenía que mirar por mis hijos y por mí. La pensión me daba un poquito de seguridad, y sin ella no sé qué hubiera pasado", reconoce.

La pensión de viudedad en España

La situación de Lola genera muchas dudas en quienes se encuentran en circunstancias similares. Y es que las pensiones de viudedad en España no son siempre vitalicias e intocables. Existen condiciones que pueden hacer que se pierdan.

En algunos casos, una persona puede mantener la pensión aunque se vuelva a casar, siempre que no se superen determinados umbrales de renta o que se cumplan criterios como tener cierta edad o ser económicamente dependiente.

No obstante, en muchos otros, como el de Lola, el miedo a perder ese ingreso fijo hace que las personas renuncien a formalizar nuevas uniones.

Lejos de sonar arrepentida, Lola habla con serenidad sobre su elección. Para ella, asegurar la estabilidad de su familia pesaba más que el acto simbólico del matrimonio.

La historia de Lola no es un caso aislado. Miles de viudas en España han tenido que elegir entre rehacer su vida con todas las formalidades o proteger la única fuente de ingresos que les garantizaba autonomía.

Se trata de mujeres que crecieron en un país donde el mercado laboral no les ofrecía grandes oportunidades. Muchas, como Lola, trabajaron en oficios invisibles (costura, cuidado del hogar, negocios familiares)sin apenas cotizar. Por eso, la pensión de viudedad se convirtió en su salvavidas económico.