Charlotte York junto al personaje de Carrie Bradshaw en uno de los capítulos de la serie.

Charlotte York junto al personaje de Carrie Bradshaw en uno de los capítulos de la serie. HBO

Estilo de vida

Manifestar metas para alcanzarlas: la creencia viral en redes que ya siguió Charlotte en 'Sexo en Nueva York'

La tendencia acumula seguidores en las plataformas y los expertos se ponen de acuerdo en los mitos y realidades al respecto.

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Con el paso de los años, las personas han ido depositando su fe en diferentes creencias. Debido a los cambios sociales y avances científicos, ahora la gente no solo se aferra a la religión. El abanico de posibilidades es mucho más amplio. 

En redes sociales, hay usuarios que siguen los perfiles relacionados con el horóscopo como si aquello que ofrecen fuese la verdad absoluta. Por otro lado, están también los que siguen creyendo en el destino. Sin embargo, desde hace un tiempo hay un concepto que toma posición en este contexto: el del poder de la manifestación

¿En qué consiste este fenómeno? Se trata de la idea de que el planteamiento de ciertos pensamientos aspiracionales logra que se alcancen una serie de objetivos. El proceso parte de identificar de manera clara aquello que se desea, visualizarlo y sentir que ya se ha conseguido a la par que se actúa en esa dirección.

No obstante, y a pesar de que en Instagram los hashtags #manifestyourlife y #manifestyourdreams acumulan números de uno y de más de dos millones de publicaciones respectivamente, no es algo nuevo.

Ya en 2002, en un capítulo de la mítica serie Sexo en Nueva York, se hablaba de algo similar: las afirmaciones. En el segundo episodio de la quinta temporada, Pecado no original, Charlotte comienza a seguir una especie de guía de una coach al respecto con la finalidad de encontrar el amor. 

En la propuesta de HBO la experiencia no acaba del todo bien, aunque más adelante la galerista acabe encontrando en Harry su pareja ideal. En la vida real, las cosas cambian.

"Tras tener un accidente, me concentré en manifestar una resolución positiva y también el coche que siempre había soñado. Me visualicé recuperándome y disfrutando y poco después se dieron ambas cosas. Esa experiencia me hizo creer en el poder de enfocarme y mantener una intención clara", confiesa Cristina Mena, que ya lleva unos años poniendo en práctica estos métodos. 

Las influencias

En 2024, la palabra del año de acuerdo al Diccionario de Cambridge fue manifest. La decisión se tomó después de comprobar que se buscó un total de 130.000 veces en sus páginas virtuales. 

Conceptos como este se han ido transformando con el paso del tiempo. De hecho, las influencias que lo moldean son, en parte, religiosas. Es sencillo encontrar similitudes entre las bases de este fenómeno y la de algunas creencias ancestrales.

Hinduismo

En esta fe hay un término concreto que encaja con el de la manifestación: el karma. Es decir, la relación entre acciones y deseos y las consecuencias futuras. 

Los antiguos textos sánscritos ya hacían este tipo de vinculaciones. Por otro lado, determinados rezos también funcionan de la misma forma. 

Cristianismo

Quizás este sea el caso más evidente para el lector por una cuestión cultural. Aquí aparece el poder de la fe y de la oración. Hay versículos que lo dejan claro en las Sagradas Escrituras:

Todo lo que pidan en oración, crean que lo han recibido, y lo obtendrán.

Marcos 11:24

Budismo

Una de las bases de esta religión es que los pensamientos y deseos le dan forma a la experiencia vital. De hecho, el Dharma, término esencial tanto del budismo como el hinduismo, representa el orden universal, la ley moral y la conducta correcta. Por supuesto, para alcanzar este punto hay que seguir una serie de pautas. Estas enseñanzas ayudan a llegar a la comprensión y el gozo.

La ciencia

Tras haber hecho una recapitulación de las influencias religiosas que pueden sostener el acto de la manifestación, la siguiente cuestión sería saber qué piensa la ciencia al respecto. ¿Tiene algún sentido esta actividad desde este punto de vista? 

Quizás una de las personalidades que han defendido que sí con más vehemencia durante estos años fue el neurocirujano y neurocientífico de la Universidad de Stanford, James R. Doty, que además publicó Mind Magic, The Neuroscience of Manifestation and How It Changes Everything

En un artículo para el medio SELF, comentó lo siguiente: "Manifestar, desde una perspectiva de la neurociencia, consiste en reconfigurar tu cerebro para que esté preparado y busque de manera subconsciente aquello que deseas o los pasos que necesitas dar para alcanzarlo". 

Una de las actividades que se relaciona con la manifestación es la del 'journaling'.

Una de las actividades que se relaciona con la manifestación es la del 'journaling'. Foto de Content Pixie en Unsplash

Sobre esa reprogramación del cerebro se pronuncia el investigador Manuel Martín-Loeches, catedrático de Psicobiología y responsable de la sección de Neurociencia Cognitiva del Centro Mixto UCM-ISCIII de Evolución y Comportamiento Humanos. En concreto, el experto habla sobre los procesos cerebrales que podría involucrar la manifestación:

"Aquí solo podemos especular desde lo que ya conocemos del órgano, pues no se han hecho estudios específicos. Recuerdo uno de hace unos años que decía que si no encontrabas tu coche en el aparcamiento de un centro comercial, te repitieras 'coche' de forma insistente, ya que así podrías saber dónde lo dejaste con más agilidad mental", ejemplifica.

De lo que se trata es de no desviar la atención y focalizar los esfuerzos en una cosa, priorizándola. "Así, las regiones prefrontales del cerebro empezarían a dirigir el proceso: concentran la atención y eliminan las distracciones". 

En cuanto a la visualización o manifestación, comenta que si el ejercicio se repite de forma persistente y durante un tiempo, se consigue entrenar al cerebro para que sea más receptivo a elementos e informaciones que tengan que ver con la meta a alcanzar. "Ocurriría en diversas zonas de la corteza cerebral de asociación, relacionada con el conocimiento más profundo e integral".

Respecto a esto, Cristina Mena, la joven que pone en práctica la manifestación, comenta algo en la línea, ya que dice que para llevar a cabo este método lo que hace es "enfocarme en lo que quiero lograr y ponerle intención y energía".

A propósito de esta fundamentación, también aflora el concepto de neuroplasticidad, es decir, la capacidad de las neuronas y sus redes de cambiar sus conexiones y funciones cuando reciben nuevos estímulos. 

"Esas modificaciones que mencionaba antes, que hacen al cerebro más 'despierto', implican transformaciones a ese nivel, reforzando ciertos contactos y axones para que la información fluya por ellos de manera más eficiente, robusta y rápida. Por eso es necesario un trabajo de semanas o meses, pues estos cambios necesitan su tiempo", comenta el catedrático.

El psicobiólogo confirma además que aunque no existen estudios que demuestren cambios en la estructura cerebral tras poner en práctica la manifestación, "sí que es cierto que se puede extrapolar a multitud de situaciones similares, o parcialmente parecidas, que dan pistas de lo que debe estar ocuriendo".

Otro término que sale a relucir en este punto es el de dopamina, que últimamente no para de colarse en conversaciones de café. Ante la anticipación de recompensas, esta se libera, "especialmente cuando se espera que vaya a haber éxito". Martín-Loeches especifica además que este neurotransmisor es fundamental para el aprendizaje. 

En línea con esto, los pensamientos positivos también reman a favor de la consecución de las metas, ya que facilitan el cambio de hábitos mediante nuevas conexiones neuronales. "Esta es una lección para la vida en general". 

Uno de los elementos presentes en la manifestación son los 'vision boards'.

Uno de los elementos presentes en la manifestación son los 'vision boards'. Montaje de Cristina Sobrino

Cristina Mena destaca además que ella, aunque no llegue al objetivo que se había propuesto, aprende disciplina, claridad y gratitud. "Aunque no se cumpla exactamente lo que esperas, mantener la intención y trabajar hacia ello te ayuda a estar más atento a oportunidades y a valorar los avances".

Y es que, como dice el psicobiólogo, todos los procesos están entrelazados: desde la motivación, hasta la planificación y el establecimiento de metas.

Apuntes psicológicos

"No es magia, es psicología", comenta María Blanco, psicóloga especializada en alto rendimiento. "No existe evidencia científica de que el universo 'conspire' para darnos lo que pedimos. Pero sí hay procesos muy estudiados que explican por qué la manifestación puede parecer tan efectiva".

Al igual que Martín-Loeches, la experta comenta que cuando se cree con fuerza en un objetivo, la mente empieza a enfocarse en él. "Esa atención especial cambia la forma en la que pensamos, en cómo percibimos lo que nos rodea y en las decisiones que tomamos". 

Por otro lado, en cuanto a este campo, hay una serie de corrientes de esta materia, así como de la filosofía, con las que el acto de la manifestación conecta. 

  • La psicología cognitivo-conductual. Explica cómo los pensamientos influyen en las emociones y conductas.
  • La psicología positiva. Promueve la visualización y el optimismo como motores de bienestar.
  • El estoicismo. Defiende la claridad de intención y el centrarse en lo que depende de uno mismo. 

Ante esto, Blanco aclara que se podría considerar que este fenómeno no se trata de un invento moderno, sino de "un conjunto de ideas antiguas que se han adaptado al lenguaje actual".

En cuanto al valor positivo de anticipar una situación, también se pronuncia la psicóloga: "Ayuda a ganar confianza, reduce la ansiedad y prepara mejor las acciones necesarias. Es como ensayar mentalmente. Se entrena para actuar de forma más eficaz".

Una vez más, esta declaración con base científica se alinea con la sensación de Cristina Mena: "Suelo hacerlo enfocándome en lo que quiero, sintiendo que ya lo tengo, que es mi ahora, mi presente. Lo hago cuando siento que necesido claridad o quiero atraer algo específico".

Cristina Mena en una foto de su perfil de Instagram.

Cristina Mena en una foto de su perfil de Instagram. Cedida

No obstante, a los ojos de la experta no todo es luz y claridad sobre este hábito, sino que también tiene una parte oscura. 

"Si se interpreta de manera literal, se puede caer en la frustración, en el autoengaño o en la pasividad. Pensar que basta con desear algo sin actuar para ello, es peligroso porque nos deja a la deriva".

Además, ella habla también de la culpa: "cuando no se consigue lo deseado, la persona puede sentirse responsable de no haberlo 'manifestado bien'. Esto es injusto y dañino, porque deja de lado factores externos como la falta de recursos, las desigualdades o el azar".

A esta ecuación, se le añade la presión social por demostrar el triunfo de forma pública. La búsqueda de validación.

"El auge de este tipo de ideas también se explica por el papel de las redes sociales. Hoy en día no basta con lograr algo, hay que mostrarlo. La presión por aparentar éxito inmediato y constante alimenta la popularidad de estas prácticas: se presentan como atajos sencillos y atractivos para alcanzar lo que queremos y luego poder enseñarlo al mundo".

Entre las claves del repunte de esta tendencia, hay otros factores como el de la falta de referentes sólidos que inspiren desde la constancia y el esfuerzo, un cultura de la inmediatez y un cambio de valores sociales. Ahora la paciencia y la disciplina han perdido peso frente a la gratificación instantánea, tal y como comenta Blanco.

¿Y qué sentido tiene la manifestación en 2025? Para la psicóloga, hay que entender el concepto, y la práctica, como una metáfora o herramienta motivacional. "Da la sensación de tener algo de control en un mundo que a menudo resulta incierto".

Además, recuerda que la clave está en no confundir el símbolo con la realidad: "El pensamiento positivo puede abrir caminos, pero sin acciones no hay resultados". 

Una vez más, la experta, con base científica, coincide con la practicante, algo que no se da muy a menudo en otros terrenos. Cristina Mena declara lo siguiente: "No se trata solo de magia, sino de entrenar tu mente, mantenerla enfocada, positiva. La ciencia no lo contradice. Se puede ver como una herramienta personal para motivarte y organizarte mejor". 

Como dice Blanco, la manifestación no mueve al universo, pero sí puede movernos a nosotros. Creer en lo que deseamos, visualizarlo y trabajar con constancia puede acercarnos a nuestras metas. Cuando la mente y la conducta caminan en la misma dirección, aumentan las probabilidades de éxito.