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Estilo de vida

Lo tienes en casa: el fertilizante casero conocido como 'oro blanco' para revivir y hacer crecer tus plantas

Esta opción casera, además de ser menos agresiva, actúa como fungicida natural, corrige la acidez del suelo y repele plagas.

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Los fertilizantes son sustancias, orgánicas o inorgánicas, que aportan nutrientes esenciales al suelo para complementar la nutrición de las plantas, promoviendo su crecimiento, salud y desarrollo. Son la opción más sencilla de cuidar nuestro jardín; sin embargo, no es la favorita.

A pesar de su eficacia, los fertilizantes del mercado tienen una serie de inconvenientes. Pueden ser perjudiciales por la degradación del suelo, la contaminación del agua y el aire, y la intoxicación en humanos y animales y, además, un uso excesivo puede deshidratar las plantas y dañar las raíces. 

Es por este motivo que cada vez más personas optan por los remedios caseros para cuidar de sus plantas, como el bicarbonato de sodio. Esta opción, además de ser menos agresiva, actúa como fungicida natural, corrige la acidez del suelo y repele plagas.

Los beneficios del bicarbonato de sodio en las plantas 

El bicarbonato de sodio es un compuesto químico alcalino (básico) con la fórmula NaHCO3, una sal que se encuentra de forma natural como el mineral nahcolita y se produce sintéticamente.

Este polvo blanco, soluble en agua, cuenta con un montón de usos: antiácido, leudante en cocina, limpiador del hogar, y en otras aplicaciones industriales y médicas. En la jardinería, es uno de los remedios caseros más populares.

Uno de los principales beneficios del bicarbonato de sodio en las plantas es su capacidad para actuar como un antifúngico natural. Muchos hongos que afectan a las plantas, como el oídio, prosperan en ambientes con niveles específicos de pH y condiciones de humedad que les favorecen.

Al aplicar bicarbonato en forma de solución acuosa, se altera el equilibrio del medio y se crea una superficie menos favorable para el desarrollo de estos organismos.

El cambio de pH que se produce en la superficie de las hojas dificulta la proliferación de las esporas, reduciendo así el riesgo de que las infecciones se extiendan o se agraven.

Además de su función antifúngica, el bicarbonato de sodio también puede contribuir al control de ciertas plagas. Cuando se combina con otros ingredientes como el aceite vegetal o el jabón potásico, puede crear soluciones que resultan incómodas para algunos insectos como pulgones o ácaros.

Bicarbonato de sodio.

Bicarbonato de sodio.

Otra de las ventajas del bicarbonato es que puede mejorar el equilibrio del suelo en algunos casos. Su naturaleza alcalina puede servir para neutralizar la acidez excesiva del sustrato, lo que a veces resulta beneficioso en suelos demasiado ácidos.

No obstante, este uso requiere de prudencia, ya que una alteración drástica del pH podría afectar negativamente a la absorción de nutrientes esenciales. Hay que usarlo en pequeñas dosis y de manera localizada.

Una aplicación ligera de bicarbonato puede otorgar a la planta un aspecto más saludable, con una mejor conservación de las hojas y flores. Esto también repercute en su capacidad de realizar mejor la fotosíntesis, al mantener sus hojas despejadas de microorganismos que obstaculicen la captación de luz.

Cómo usar bicarbonato en las plantas

Para poder disfrutar de estos y otros beneficios, es necesario aplicar el bicarbonato de sodio de la manera adecuada, existiendo principalmente tres maneras diferentes de hacerlo de una forma segura y eficaz, que son las siguientes:

  • Spray antifúngico: para preparar un spray antifúngico, se debe disolver una cucharadita de bicarbonato de sodio en un litro de agua, para luego añadir una gota de detergente neutro. A continuación, se pulveriza sobre las hojas afectadas, una vez por semana y preferiblemente en aquellas horas del día en las que no hay incidencia solar directa.
  • Enjuague para macetas: se puede usar para lavar las macetas vacías antes de volver a plantar en ellas, logrando de esta forma deshacerse de posibles residuos dañinos para las plantas que puedan aparecer en ellas.
  • Espolvorear sobre la tierra: con solo colocar una pequeña cantidad de bicarbonato de sodio sobre el sustrato, alrededor del tallo, se consigue prevenir que aparezcan hongos en la base de la planta.

A pesar de que el bicarbonato de sodio es natural y seguro, su uso excesivo puede llegar a provocar alteraciones en el equilibrio del suelo o incluso provocar quemaduras leves en las hojas.

Es por este motivo que se recomienda no aplicar más de una vez por semana, evitar el contacto directo con brotes o flores muy jóvenes y probar primero en una pequeña parte de la planta antes de aplicarla de forma general.