Imagen de ilustración de una japonesa.

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Estilo de vida

Una japonesa de 94 años confiesa el hábito que ha contribuido a su longevidad: "Lo hago antes de la cena"

La alimentación es un pilar básico en la cultura japonesa. Según distintos estudios, ha influido de forma determinante en su longevidad.

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Las mujeres japonesas son las personas más longevas del mundo. En 2025, se espera que su esperanza de vida alcance los 87,14 años, mientras que la de los hombres se sitúe alrededor de los 81,09 años.

Debido a este increíble dato, son muchas las mujeres japonesas que sirven como ejemplo alrededor del mundo y que, además, comparten algunos de sus hábitos cotidianos que han podido contribuir a tal longevidad.

Mika Takishima es una de ellas. La japonesa, con 94 años, es la entrenadora más longeva del país y afirma tener dos secretos clave en su edad y su forma física. El primero, desayunar natto y el segundo, tomar una copa de vino antes de preparar la cena.

Una copa de vino antes de la cena

Según el medio Nippon, Takishima empezó a hacer ejercicio a los 65 años y se convirtió en instructora de fitness a los 87. Su vida encarna su filosofía de que la edad es solo un número y con ello trata de demostrar que nunca es tarde para tener una vida activa.

La japonesa confesó que, además de que el natto nunca falla en su desayuno, también hay otra cosa que siempre hace y es tomar una copa de vino "antes de preparar la cena".

Aunque resulte sorprendente, esta costumbre es algo que ya descubrió el periodista Dan Buettner, quien investigó y viajó a las zonas con más centenarios del mundo, afirmando que beber entre una y dos copas de vino tinto al día puede tener efectos sorprendentes en la longevidad.

En muchos de estos lugares, es habitual el consumo diario de vino tinto. Según Buettner, el vino tinto, al ser una bebida rica en polifenoles, actúa como un potente antioxidante que ayuda a eliminar los radicales libres del cuerpo, reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas.

Sin embargo, Takishima no se centra en solo una bebida y confiesa que le gusta "tanto el vino tinto como el blanco".

Si bien el vino tinto es ligeramente más saludable que el blanco, el vino de color más claro generalmente tiene menos calorías, y cuando se consume con moderación, puede tener beneficios para el corazón.

El vino tinto es conocido por su alto contenido de resveratrol, un compuesto que tiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Este compuesto ha sido vinculado a una serie de beneficios para la salud, como la reducción de la inflamación, la protección cardiovascular y la mejora de la salud cerebral.

Según diversos estudios, el consumo moderado de vino tinto puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, uno de los principales factores de mortalidad en todo el mundo. En particular, el vino tinto aumenta el colesterol HDL (el colesterol "bueno") y disminuye el LDL (colesterol "malo"), lo que favorece la circulación sanguínea y protege los vasos sanguíneos.

Además, se ha demostrado que el resveratrol ayuda a prevenir la formación de coágulos sanguíneos y mejora la flexibilidad de los vasos sanguíneos, lo que a su vez puede reducir el riesgo de sufrir un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.

Es importante señalar que no todos los vinos tintos son iguales. Para obtener los beneficios de los polifenoles, Buettner recomienda beber vino de alta calidad y evitar aquellos que contienen aditivos o un contenido de azúcar elevado. Un vino tinto puro, bien fermentado y producido de forma artesanal, será más efectivo en cuanto a sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.