Virginia Cosme y la portada de su libro

Virginia Cosme y la portada de su libro

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"Cupido y yo rompimos. Y no fue por falta de amor": la historia de Virginia Cosme

Virginia Cosme
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Cuando empecé a escribir este libro, no sabía que estaba escribiendo mi propia liberación. Sólo sabía que tenía muchas emociones enredadas dentro, pidiendo salir desde hacía mucho tiempo.

Durante años, creí que el amor todo lo podía. Que si me esforzaba lo suficiente, me querrían como yo soñaba.

Pero amar así, sin condiciones para el otro y con demasiadas exigencias para mí, terminó por dejarme agotada. Emocionalmente vacía. Desconectada de mí.

Después de una serie de relaciones fallidas, tuve que reconocer algo que me dolió: no sabía quererme sin mirarme en el otro. Me costaba estar sola conmigo misma.

Y entonces decidí hacer lo que nunca me habían enseñado: darme de baja sentimental, parar, mirar hacia adentro y reescribir mi forma de amar. Empezando por mí.

La mujer que dejó descansar a Cupido nació de ese momento de lucidez… y de hartazgo. Y también de mucha introspección.

Lo escribí con el corazón en la garganta y los pies en la tierra. No quería un libro teórico ni un compendio de frases bonitas.

Quería un libro que acompañara. Que dijera la verdad, pero con amor. Sin juicios. Sin hacerte daño.

Por eso tiene dos partes. La primera es profundamente personal: mi biografía amorosa contada sin filtros, atravesando creencias ineficaces y mitos sobre el amor.

La segunda es una guía práctica con herramientas reales para salir del desgaste emocional, aceptar el pasado y mirar al futuro con confianza.

No es autoayuda para encontrar pareja, sino para encontrarte primero a ti. Para dejar de necesitar una relación para sentirte valiosa.

Este libro es original porque tiene algo de novela, algo de ensayo, y porque no lo escribí desde la teoría ni desde los casos de mis pacientes, sino desde mi experiencia.

Porque yo también fui una "yonqui" del amor. Y sé lo que es mendigar migajas y llamar banquete a cualquier afecto a medias.

La idea de escribirlo nació en plena pandemia. Tenía un bebé de dos meses, acababa de ser madre a los 44 años, con las hormonas revolucionadas, las ojeras tatuadas y el corazón en carne viva.

Mientras mis amigas ya estaban en plena adolescencia con sus hijos, yo aprendía a calmar cólicos y sobrevivía con una mano libre… cuando la había.

No tenía tiempo para velas, incienso ni tazas de té. Escribía cuando podía, entre siestas, clases en la universidad, visitas al pediatra y polvo de obra, porque también estábamos restaurando una casa.

Y aun así, había algo dentro de mí que no podía callar más. Durante años, muchas mujeres que llegaban a mis sesiones me decían lo mismo: “No sé por qué no consigo ser feliz.”

Mujeres increíbles, pero perdidas en relaciones que las desgastaban, frustradas por estar en pareja, por no tenerla, por seguir esperando un amor que las salvara.

Y también estaban mis amigas: solteras, casadas o divorciadas, que con cuarenta y tantos aún creían que sin pareja no estaban completas.

Entonces quise ponerme a escribir.Un día me miré al espejo y decidí soltarlo todo.

Porque las mujeres de hoy no necesitamos un novio, lo que precisamos es parar, respirar y volver a casa.

 La mujer que dejó descansar a Cupido no es un libro de autoayuda al uso. Es un diario emocional que te invita a escribir el tuyo. A reflexionar sin fórmulas mágicas ni promesas, pero con mucho humor. Hay historias, caídas y verdad.

Es como si Carrie Bradshaw hubiese roto con Cupido, se hubiese convertido en terapeuta emocional y, entre pañales y clases, te contara lo que ha aprendido sobre lo que es el amor propio.

Porque sí, Cupido y yo rompimos. Pero no fue por falta de amor. Fue porque entendí que el amor más importante es el que me debía a mí misma.

Porque un día comprendí que no era el amor lo que me hacía sufrir, sino la forma en que lo entendía.

Menos Cosmopolitan y más conciencia emocional. Menos idealizar y más elegir con los ojos bien abiertos.

Y sobre todo, más volver a casa. A una casa en ruinas, quizás, pero propia.

Donde reconstruirte y volver a empezar. Porque hoy… es el momento perfecto para hacerlo.