María Sánchez Marín (@mariaferjol), maquilladora.

María Sánchez Marín (@mariaferjol), maquilladora.

Belleza

María Sánchez, maquilladora (51): "Si quieres restarte 10 años, solo necesitas un corrector más claro que tu base"

La reconocida profesional tiene claro que sabiendo cómo potenciar tus rasgos, puedes rejuvenecer el rostro al instante. 

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El maquillaje tiene el enorme poder de ser tu gran aliado para realzar tu belleza natural y, cuando se aplica con la técnica adecuada; pero también puede conseguir un efecto rejuvenecedor inmediato.

No se trata de ocultar arrugas o disimular imperfecciones, sino de jugar con la luz y las sombras para levantar los rasgos y devolver frescura al rostro.

En este aspecto, la maquilladora profesional María Sánchez, con una amplia trayectoria en el sector, ha compartido un truco que ya circula por redes sociales y que promete convertirse en uno de los más comentados de la temporada.

Según explica la experta, aplicando un bronceador en crema bajo el pómulo y un corrector ligeramente más claro en la parte alta, se consigue un "efecto lifting" óptico capaz de restar hasta 10 años en cuestión de minutos.

El maquillaje no tiene por qué ser complicado ni requerir un neceser lleno de productos. A veces, como demuestra @mariaferjol, basta con dos básicos bien aplicados para conseguir un resultado impactante.

Menos productos, mejor resultado

Uno de los mensajes que más repiten los maquilladores actualmente es que no hace falta acumular decenas de productos para conseguir un buen resultado.

Lo realmente importante es cómo se aplican. En este caso, Sánchez defiende que con solo dos básicos presentes en cualquier neceser (un bronceador y un corrector) es posible transformar el rostro.

"El secreto está en entender dónde colocar las sombras y la luz", explica en uno de sus tutoriales. "Si creamos un contraste natural en la zona de los pómulos, conseguimos elevarlos visualmente y esculpir el óvalo facial sin necesidad de grandes artificios".

Bronceador en crema

El primero de los dos pasos es utilizar un bronceador en crema. A diferencia de los polvos, que pueden marcar arrugas o resecar la piel madura, las texturas en crema se funden mejor y logran un acabado más fresco.

Sánchez recomienda aplicarlo justo debajo de la zona alta del pómulo, es decir, en el área que solemos hundir de forma natural al hacer el gesto de "chupar mejillas".

Ese trazo, difuminado siempre hacia arriba, crea una sombra estratégica que estiliza el rostro y potencia la firmeza.

"Con este gesto ya estamos quitando años, porque el rostro gana definición y se ve más recogido", asegura la maquilladora.

La luz del corrector

El segundo paso es igual de importante: trazar una línea de corrector medio tono más claro que la base de maquillaje justo encima del pómulo, en la parte que queremos resaltar.

El contraste con la sombra creada por el bronceador genera un efecto óptico inmediato: los pómulos parecen más altos, la piel se ve más luminosa y la flacidez pierde protagonismo.

Para reforzar el resultado, Sánchez aconseja llevar el corrector hasta la cola del ojo, difuminando hacia la sien. De esta manera, también se consigue abrir la mirada y levantar los rasgos.

"La clave es integrar muy bien los productos", advierte. "No buscamos cortes ni rayas visibles, sino un acabado natural que parezca parte de la piel".

Rejuvenece y adelgaza

Con el paso de los años, la piel pierde colágeno y elastina, lo que provoca una caída natural en la zona de los pómulos.

Al trabajar con sombras y luces, se consigue recrear la estructura facial de la juventud, cuando el rostro era más firme y los rasgos estaban más elevados.

Este tipo de técnicas, inspiradas en el contouring, triunfan porque no transforman las facciones, sino que las potencian. El resultado no es un maquillaje pesado ni artificial, sino un aspecto descansado y fresco que puede quitar de encima una década en cuestión de minutos.

Paso a paso

La ventaja de este truco es que se adapta a cualquier rutina, ya que solo necesita dos productos y un par de minutos. La recomendación de Sánchez es seguir siempre este orden:

  • Preparar la piel con hidratante y, si lo deseas, una base ligera.
  • Aplicar el bronceador en crema bajo el pómulo, difuminando hacia arriba.
  • Dibujar la línea de corrector sobre el pómulo y llevarla hasta la cola del ojo.
  • Fundir ambos productos con una brocha o esponja hasta que no queden cortes.
  • Rematar con colorete en tonos melocotón o rosados, que devuelven vitalidad.

Este sencillo gesto puede convertirse en la clave de cualquier maquillaje, tanto de diario como de ocasiones especiales.

Aunque está especialmente recomendado para mujeres a partir de los 40 o 50, lo cierto es que este truco puede aplicarse en cualquier edad.

En pieles jóvenes ayuda a definir el óvalo facial, mientras que en pieles maduras se convierte en una herramienta poderosa para recuperar luz y firmeza.

Quizá por eso se ha hecho viral en redes, porque es fácil de aplicar, no requiere conocimientos avanzados y funciona en todos los tipos de rostro.