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Belleza

Jose López, maquillador: "Nunca utilices un corrector más claro que tu tono de piel si tienes las ojeras muy oscuras"

En lugar de neutralizar el color oscuro, un corrector más clarito resalta el área con un tono que no corrige, sino que ilumina sin cubrir.

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El corrector de ojeras es una herramienta poderosa en el mundo del maquillaje que, cuando se aplica correctamente, tiene la capacidad de transformar por completo la apariencia del rostro.

A pesar de todos sus beneficios, como iluminar zonas estratégicas, neutralizar ciertas imperfecciones o, incluso, rejuvenecer y agrandar la mirada, la función más famosa del corrector es neutralizar las ojeras.

Aplicar corrector devuelve luz y vitalidad al área ocular. Sin embargo, la gran mayoría comete un gran error en este paso. Y es que, según el maquillador Jose López, nunca deberíamos recurrir a los correctores muy claritos si tenemos la ojera muy pronunciada.

El corrector: un arma de doble filo

Elegir el corrector perfecto es una tarea complicada. Son muchas las características que debemos tener en cuenta, como el acabado, la cobertura, el tono y el subtono.

En estas dos últimas se da el error, ya que tendemos a elegir los más claritos para tapar las ojeras oscuras. Sin embargo, lo que hacemos es acentuarla más.

En lugar de neutralizar el color oscuro, un corrector más clarito resalta el área con un tono que no corrige, sino que ilumina sin cubrir. Esto hace que el contraste entre la ojera y el resto del rostro se vuelva más evidente, dando un efecto grisáceo o cenizo

Por ello, si el corrector que elegimos es demasiado clarito, puede quedar un efecto grisáceo, marcar más las bolsas y resultar en un "efecto oso panda", explica López. Además, puede ser mucho más difícil de difuminar.

Siempre hay excepciones, si nuestro tono de piel es muy clarito, obviamente tenemos que optar por un color que se asemeje. Sin embargo, si tenemos ojeras muy marcadas, el experto aconseja optar por un tono parecido al de tu piel o por un pre-corrector.

Como su propio nombre indica, el pre-corrector es un producto de maquillaje de textura más densa, que nos ayuda a cubrir ojeras muy marcadas neutralizando su color.

"El truco está en usar primero un pre-corrector para neutralizar el tono oscuro, y luego aplicar un corrector lo más parecido posible a tu tono de piel", explica el maquillador.

Aplicando pre-corrector y luego un tono de nuestra piel, evitamos iluminar una zona que realmente queremos esconder, y lo que hacemos es fundirlo como una parte más de nuestro rostro.

No debemos pasarnos con la cantidad de corrector o pre-corrector que apliquemos, ni en las ojeras ni en otras partes del rostro. Si nos excedemos, es posible que acabe a parches y terminaremos eliminando la parte "natural".

Si el pre-corrector no es nuestro producto favorito, simplemente podemos optar por tonos que se asemejen a nuestro color de piel. Si la ojera es muy marcada y azulada, lo ideal es elegir un corrector que tienda a color salmón.

En cambio, si la ojera tiene un subtono morado o violeta, es preferible un corrector que tienda a un tono amarillo o beige o, por último, si tiene un tono gris o apagado, es recomendable un tono rosáceo.