Helena Rodero, farmacéutica.
Helena Rodero, farmacéutica: "Si al lavarte el pelo tu champú no hace espuma, significa que tu cuero cabelludo está sucio"
Un cuero cabelludo sano y equilibrado es sinónimo de una melena fuerte y nutrida.
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Lo queramos o no, nuestro pelo es un aspecto fundamental en nuestro día a día y de él depende —la mayor parte de las veces— el qué tan alta esté nuestra autoestima. Sin embargo, su cuidado y mantenimiento no es fácil.
Sin embargo, tener una melena bonita y cuidada no solo depende del corte de pelo o los productos que se usen para moldearla, sino que cada vez más expertos inciden en que la clave para lucir un pelo saludable está en el cuero cabelludo.
Por eso, a la hora de lavárnoslo, no solo debemos prestar atención a la melena, sino que es fundamental prestar atención al cuero cabelludo. Según la farmacéutica Helena Rodero, hay un truco para saber si está limpio: la cantidad de espuma que hace nuestro champú.
El efecto de la espuma en el cuero cabelludo
Llamamos cuero cabelludo a la parte de la piel que cubre el cráneo, un revestimiento continuo, flexible y resistente donde se encuentran los cabellos queratinosos.
Su papel es crucial para la salud del cabello porque es la base donde nace y crece, además de actuar como barrera protectora. Un cuero cabelludo sano permite que el cabello crezca fuerte, brillante y saludable.
Por este motivo, a la hora de lavarnos el pelo, es fundamental prestar atención a nuestro cuero cabelludo y, sobre todo, a su correcta limpieza.
Según la farmacéutica Helena Rodero, para saber si nuestro cuero cabelludo está limpio debemos prestar atención a la espuma que produce el champú.
La gran mayoría de las veces asociamos la espuma con limpieza, cuanto más burbujas hace un producto, más eficaz es; sin embargo, la realidad es diferente.
Lo que realmente arrastra la suciedad del cuero cabelludo son los tensioactivos, unos ingredientes del champú que tienen la capacidad de disolver grasa, residuos y partículas adheridas a la piel y al pelo.
La espuma, en cambio, es simplemente un efecto cosmético que se crea cuando un líquido, generalmente con agentes espumantes como jabón o detergente, se mezcla con aire o gas
Cuando aplicas champú sobre una superficie limpia, como unas manos, se genera una abundante espuma. Eso ocurre porque los tensioactivos están libres: no tienen suciedad que atrapar, así que se mezclan con el agua y el aire, creando el efecto cosmético.
En cambio, si lo aplicas sobre un cuero cabelludo sucio, con acumulación de grasa, sudor o restos de productos, los tensioactivos se ocupan primero de romper y arrastrar esa suciedad.
Por este motivo, según la experta, si al aplicarte el champú notas que apenas hace espuma, es probable que tu cuero cabelludo aún no está del todo limpio.
"Si el champú genera poca espuma en el cuero cabelludo, es porque está eliminando suciedad y no queda suficiente detergente libre para formar espuma", indica Rodero.
Esto es especialmente útil para saber cuántas veces tenemos que lavar nuestra cabeza o por qué hay veces que está estéticamente más limpio.
De acuerdo con la farmacéutica, una buena referencia para saber cuánta espuma debería hacer tu champú es observar cuánta se genera cuando lo frotas entre las manos limpias.
Si al aplicarlo sobre el cuero cabelludo no ves esa misma cantidad de espuma, probablemente aún no esté limpio del todo. Y en ese caso, lo ideal es repetir la aplicación.
