Una niña con una mascarilla en la calle.

Una niña con una mascarilla en la calle. iStock

Actualidad Dimito como madre

¿Niños enmascarados? La polémica vuelta al cole que deja a Madrid en el limbo

Madrid, junto con País Vasco y Cataluña, son las tres regiones que no han firmado el borrador para el inicio del nuevo curso presencial. Ayuso quiere más niños en las aulas.

12 junio, 2020 02:21

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Las madres y padres llevamos gritando desde hace semanas que hay que abrir los colegios, que los niños quieren volver a las clases y que necesitan estar con sus amigos, socializar, volver a su "nueva normalidad".

Nosotros también. De hecho, las imágenes de decenas de grupos de jóvenes, mayores, más mayores (adultos, en una palabra) reunidos en las terrazas en cuanto pudieron juntarse, han sido lo más visto tanto en redes como en las calles desde que se inició la fase 1 en cada una de las regiones de España.

Sin embargo, esa nueva normalidad se había diseñado para todos menos para los niños, que han contado en este confinamiento menos que las mascotas a la hora de ir permitiendo nuevas aperturas. Tenemos bares, centros comerciales, parques, se puede hacer deporte en grupos de 15, las playas, la montaña, las tiendas... pero ni columpios ni escuela.

Las madres y los padres llevamos semanas pidiendo un debate en la administración sobre cómo volver al colegio mientras que cada comunidad retrasaba la decisión o asumía aperturas por su lado en un caos de 17 opiniones diferentes que generaban más dudas que seguridades. Hasta que la ministra Celáa, el pasado miércoles, dio la orden más clara: los niños tenían que volver al colegio en septiembre presencialmente. Gracias señora Celáa. Gracias por mi hijo y por todos sus compañeros. Gracias por mí y por todas mis compañeras. 

Pero la alegría en los chats de padres duró unas pocas horas, las que ha tardado la Comunidad de Madrid en caerse del acuerdo junto con el País Vasco y Cataluña. Aunque por diferentes razones: vascos y catalanes hablan de temas competenciales pero están de acuerdo con el contenido. Madrid es la única que rechaza el borrado sin, para mí lo más grave, dar una alternativa. No a todo. 

De esta forma, los niños de toda España saben que el arranque del próximo curso va a ser presencial menos los madrileños, que todavía no sabemos nada. Además, las declaraciones del consejero de Educación de Madrid, Enrique Ossorio, son muy reveladoras de que el problema de la vuelta al cole en la región son dos y ninguno tiene que ver con los niños: dinero y batalla política.

Madrid quiere 23 niños

Ossorio ha asegurado que "la cifra de un máximo de 20 alumnos por aula [que plantea Celáa] es letal para una vuelta normal" y uno podría pensar que se refiere a perjudicial para los niños pero no, lo que él pide es que se eleve ese número hasta 23.

"Este nuevo texto es más perjudicial, porque, por ejemplo, en Primaria con la distancia de 1,5 metros era factible hacer grupos de alumnos de 23 alumnos, y este nuevo borrador reduce esos grupos a 15 alumnos y como máximo 20", aclara el consejero madrileño.

Entonces ¿Madrid será diferente al resto de España en septiembre? ¿Se independizará de una escuela presencial? ¿No cambiaremos nunca de fase en este aspecto?

Por cierto, nada ha dicho Ossorio de la polémica que ocupa y preocupa mucho a gran parte de la comunidad educativa: no es que faltan profesores, no es que qué espacios se pueden ocupar en la ampliación de clases, no es si hay que eliminar algunas asignaturas para reubicar a esos docentes... No, ahora la polémica es si "niños enmascarados sí" o "niños enmascarados no".

La medida del Gobierno establece que se crearán "grupos estables" de hasta 20 alumnos (que no se mezclarán con otros para tenerlos controlado en caso de brote) y que hasta 4º de Primaria, es decir hasta los 10 años, no será obligatorio el uso de la mascarilla en clase... Se armó el lío en Twitter. Y yo, unpopular opinion, no "nos" entiendo.

Mascarilla, ¿sí o no?

No voy a mencionar, porque se presupone, que todos los padres queremos que nuestros hijos estén en ambientes sanos y que el miedo es libre. Pero si podemos juntarnos en una terraza, en una casa, en una cancha, sin distancia de seguridad y sin mascarilla 15 personas, ¿por qué ellos no pueden juntarse en su clase con 14 amigos? Seguimos creyéndonos los adultos más importantes que los niños.

El Ministerio de Educación justifica la medida asegurando que un mínimo porcentaje de los enfermos de coronavirus son niños y muchos padres y profesores se quejan de que aunque no sufran las enfermedad en el mismo número y virulencia que los adultos sí son transmisores.

Hasta ahora los menores de 6 años no estaban obligados a llevarlas por lo que la polémica se centraría en los cursos de primero a cuarto de Primaria. Los niños han demostrado ser mucho más disciplinados que los adultos y si se les explica la necesidad de ser unos héroes enmascarados durante unos meses, lo entenderán y lo harán mejor que nosotros.

Pero por favor, no centremos toda la vuelta al cole en un elemento que no evita la transmisión al 100% (aunque es obligatorio hasta que no se diga lo contrario) y más si somos conscientes de que todos, niños y adultos, nos tocamos 300 veces al día los ojos y 200 la nariz, después de coger el pomo de la puerta, la pelota, tocar el banco del parque, la leche del supermercado, la barra del autobús... 

Las escuelas tienen que ser espacios seguros y se deben crear protocolos para ello como puede ser tomar la temperatura, lavarse las manos, los llamados grupos de seguridad... Pero también tenemos que ser conscientes de que los niños son niños y necesitan recuperar el contacto con profesores y compañeros para ayudar a un desarrollo educativo global, no sólo de contenidos.

Además, también los padres los exponemos a ellos cuando salimos a nuestros puestos de trabajo, viajamos en metro o en autobús, nos juntamos con amigos en los bares, vamos a reuniones laborales o sociales de menos de 15 personas, seguimos con nuestras clases de pádel, vamos a un centro comercial, a un supermercado o salimos de vacaciones. Y ellos no se quejan.

Si yo fuera gallega, castellanoleonesa, valenciana, andaluza, aragonesa, castellanomanchega, extremeña, balear, murciana, canaria, ceutí, melillense, asturiana, cántabra, navarra o riojana respiraría mejor sabiendo que, por lo menos, en septiembre (dentro de dos meses, no nos olvidemos) mi hijo va a vivir esa nueva normalidad que nosotros, los adultos, ya tenemos desde hace unas semanas. Hasta si fuera catalana y vasca, porque esas dos comunidades han apostado por llevar esas medidas como recomendación.

Como vivo en Madrid, sigo esperando a que haya un plan. Ojalá que Ayuso apruebe esta asignatura en junio y no tengamos que ir a septiembre. Ojalá que no nos quedemos al margen, independientes, de ese nuevo curso escolar y los niños, enmascarados o sin enmascarar, vuelvan a su clase y con sus amigos.

Pd. Y espero que en cuanto haya un rebrote (que los está habiendo ya, por cierto, la mayoría por fiestas de adultos) no sean ellos los primeros en pagarlo volviendo al encierro. Tiene que haber un 'plan B', pero 'B' de bueno, por favor.