Sergio añadió que en muchos casos el riesgo se multiplica porque el vehículo pertenece a un concesionario o a una compraventa.

Sergio añadió que en muchos casos el riesgo se multiplica porque el vehículo pertenece a un concesionario o a una compraventa.

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Sergio es dueño de una flota de camiones de transporte ligero y se moja como pocos: “Transportar Ferraris da billetes”

El experto añadió que la gente no busca compensación económica en caso de un fallo, solo desea que su vehículo llegue en perfecto estado.

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El transporte ligero especializado se ha convertido en un terreno cada vez más complejo, marcado por el aumento de costes, la presión normativa y una competencia que no siempre juega con las mismas reglas. En ese contexto se encuadra la experiencia de Sergio, propietario de una flota dedicada al transporte de vehículos y cargas de alto valor, quien compartió su visión del sector durante una charla en el canal Rutas de Éxito, donde habló sin filtros sobre rentabilidad, riesgos y la realidad diaria del oficio.

“Al cliente no le importa el dinero, quiere su coche”

Sergio no presentó el transporte de coches de alto valor como un trabajo sencillo ni exento de riesgos. “Transportar Ferraris da billetes”, afirmó durante la charla, aunque subrayó que el margen económico va ligado a una responsabilidad mucho mayor que en otros servicios.

Según explicó, cuando se trabaja con vehículos exclusivos o clásicos, el cliente no busca una compensación económica en caso de problema, sino que su coche llegue en perfecto estado. “Al cliente le da igual el dinero, lo que quiere es su coche”, comentó, poniendo como ejemplo vehículos con alto valor sentimental o difíciles de sustituir.

Además, añadió que en muchos casos el riesgo se multiplica porque el vehículo pertenece a un concesionario o a una compraventa, lo que obliga a dar explicaciones a varias partes si algo sale mal. “No son mercancías que se fabriquen en serie, no es coger otro y seguir”, señaló.

Mantenimiento preventivo y control absoluto de la flota

Uno de los ejes centrales de su modelo de negocio, según explicó, es el mantenimiento adelantado de los vehículos. Sergio señaló que en su empresa no se siguen al pie de la letra los intervalos del fabricante, sino que se prioriza la prevención. “Apuntamos absolutamente todo, hasta si una rueda pincha. Tener una base de datos buena nos ha ayudado muchísimo”, afirmó.

También criticó los intervalos de mantenimiento cada vez más largos que imponen algunas marcas. “Te dicen que a los 50.000 kilómetros. A mí eso me parece una locura. Ya le cambias motor directamente”, ironizó durante la charla.

Renting frente a compra: “La furgoneta no era nuestra”

Sergio fue especialmente contundente al hablar del renting, una fórmula que utilizó en el pasado. Relató que, tras hacer números, terminó pagando cerca de 60.000 euros en tres años por una furgoneta que tuvo que devolver. “Pagas todo y al final no es tuya”, resumió.

Frente a eso, defendió la compra directa del vehículo, incluso asumiendo revisiones, ruedas, seguros e impuestos. Según explicó, el coste final es similar, pero con una diferencia clave: el activo sigue siendo de la empresa y puede seguir trabajando o venderse más adelante.

Competencia desleal y precios que no cuadran

Otro de los puntos más críticos de su intervención fue la competencia irregular dentro del sector. Sergio denunció que existen operadores que trabajan sin seguros, sin tarjetas de transporte o cobrando ayudas mientras ofrecen servicios. “Así pueden dar precios imposibles”, señaló.

Según explicó, esa situación acaba perjudicando a quienes trabajan de forma legal y genera una percepción errónea en el cliente. “Si tú cobras lo que toca y otro cobra la mitad, el cliente piensa que le estás engañando”, lamentó.

Sueldos, tacógrafo y visión a largo plazo

Sobre las condiciones laborales, Sergio comentó que encontrar chóferes comprometidos es cada vez más difícil. “En cuanto les dices que duermen fuera de casa, muchos ya no quieren”, afirmó. Aun así, consideró que un sueldo en torno a los 2.000 o 2.200 euros mensuales, con gastos cubiertos, es razonable para un conductor internacional de furgoneta.

También defendió el uso del tacógrafo, aunque reconoció que podría mejorarse. “No es sano conducir 15 o 20 horas seguidas. Si los números no salen haciendo las cosas bien, dedícate a otra cosa”, sentenció.

Su reflexión final apuntó a la necesidad de pensar a largo plazo. “Vale más comprar una vez bien que tres veces mal”, concluyó, insistiendo en que el transporte no es un negocio rápido, sino uno que exige planificación, disciplina y profesionalidad constante.