Johannes Kückens, físico alemán.
Esta es la simple razón por la que tu coche eléctrico visitará menos al mecánico, según un especialista alemán
El físico Johannes Kückens explica en Der Standard que los coches eléctricos requieren menos mantenimiento porque su motor utiliza unas 250 piezas, frente a las 1500 de un vehículo de combustión. El experto alemán asegura que la simplicidad mecánica y la alta eficiencia energética convierten a la tecnología eléctrica en la opción superior frente a los motores tradicionales.
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Mientras en España el debate se centra en precios o autonomía, un físico alemán puso sobre la mesa en Der Standard el dato técnico definitivo.
Johannes Kückens explica que la diferencia abismal en la cantidad de piezas móviles convierte a los viejos motores en máquinas propensas a romperse, mientras que los coches eléctricos ganan por pura simplicidad estructural.
La aplastante diferencia entre un motor eléctrico y un motor de combustión
La razón por la que visitarás menos el taller es simple, basada en un análisis puramente numérico y estructural. Kückens detalla que la unidad de propulsión de un vehículo a batería necesita alrededor de 250 piezas para funcionar.
En cambio, en un motor a gasolina o diésel, esa cifra suele ascender hasta las 1500 partes.
Esta complejidad mecánica del sistema de combustión aumenta las probabilidades de desgaste y averías que deben resolverse en el taller mecánico, mientras que la simplicidad del sistema eléctrico garantiza una mayor fiabilidad a largo plazo.
El especialista destaca además que el potencial del diseño eléctrico radica en su construcción sencilla. Al tener menos componentes móviles que rozan o vibran, el riesgo de fallos mecánicos disminuye drásticamente en comparación con la tecnología tradicional.
Eficiencia real y un motor ineficiente
Kückens es contundente al señalar que el motor térmico tiene sus días contados por leyes naturales. Considera una mentira técnica creer que los combustibles sintéticos salvarán al parque automotor actual.
Según el experto, echar ese recurso costoso en un motor ineficiente es un desperdicio, ya que la mayor parte de la energía se pierde como calor.
Mientras el combustible diésel apenas logra un 25 % de eficiencia en tráfico real, los coches eléctricos alcanzan cerca del 70 %. El físico concluye en Der Standard que la tecnología eléctrica es "la superior en todos los aspectos" y que los límites de los motores de combustión ya están agotados.