Las nuevas normativas europeas cada vez más estrictas y la enorme inversión necesaria para electrificar gamas completas han ocasionado la subida de precios.
Un experto en automoción habla alto y claro sobre el precio de los coches: “No son más caros ahora que antes”
Máximo señaló que la subida de precios está marcada por el tipo de vehículo y no por un aumento homogéneo del mercado.
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Muchos conductores sienten que comprar un coche nuevo se ha convertido en una misión imposible. Sin embargo, el divulgador de automoción Máximo, creador del canal Garaje Hermético, desmontó esta percepción al afirmar que, en realidad, “los coches no son más caros ahora que antes, al menos no todos”.
Los datos que cuestionan la subida real de precios
El experto explicó que comparar precios actuales con los de hace décadas sin ajustar por inflación ofrece una imagen distorsionada. Para ilustrarlo, analizó modelos equivalentes en “euros constantes” y también el esfuerzo salarial necesario para adquirirlos.
Con ese enfoque mostró que, en muchos casos, la diferencia es mínima y que parte del encarecimiento percibido responde más al tipo de vehículo que elegimos hoy que a una subida homogénea del mercado.
Máximo citó como ejemplo el Volkswagen Golf 1.6 FSI Trendline de 2005, que ajustado a su valor actual costaría 30.510 euros. El equivalente moderno asciende a 31.070 euros, apenas 560 euros de diferencia. Incluso midiendo el esfuerzo salarial, la variación fue reducida: pasó de 1,07 a 1,13 salarios anuales medios. “Es más caro, sí, pero muy poco más”, comentó, antes de subrayar que el modelo actual incorpora una cantidad de tecnología y seguridad que en 2005 no existía siquiera como opción.
El divulgador recordó además que entre principios de los 2000 y mediados de los 2010 la industria vivió un periodo de “deflación tecnológica”. Explicó que la estandarización de componentes permitió añadir sistemas de seguridad y equipamiento avanzado sin que los precios se disparasen. Describió ese momento como una “época dorada” que, a su juicio, ya quedó atrás.
El papel de los SUV y la ruptura del equilibrio
Otro de los factores clave, según el experto, fue la popularización de los SUV. Señaló que el mercado cambió por completo cuando estos modelos sustituyeron a los familiares tradicionales y lo hicieron con precios notablemente superiores.
Recordó que un Seat León familiar de 2015 costaría hoy unos 24.000 euros, mientras que su equivalente actual se sitúa en torno a 27.000. El problema es que, en la práctica, el modelo que se vende es el SUV, el Seat Ateca, cuyo precio de partida supera los 30.700 euros.
La comparativa con Toyota fue aún más contundente. El Corolla Touring Sports, un familiar híbrido bien equipado, arranca en 27.400 euros, mientras que su alternativa SUV, el Corolla Cross, sube hasta casi 38.000. Máximo insistió en que, pese a su popularidad, estos vehículos suelen consumir más, cuestan más y, en ocasiones, ofrecen menos capacidad real. “Por tener un SUV, se paga más o mucho más”, declaró.
La tormenta perfecta desde 2020
El experto también analizó los motivos que han empujado al alza los precios desde 2020. Explicó que la crisis de microchips obligó a las marcas a priorizar la fabricación de modelos caros, lo que disparó su rentabilidad. A esto se sumaron nuevas normativas europeas cada vez más estrictas y la enorme inversión necesaria para electrificar gamas completas. Recordó que todo ello “terminó repercutiendo en el comprador final”, que además asumió que comprar un coche de combustión podía ser arriesgado ante los objetivos regulatorios de 2035.
Este conjunto de factores derivó, según Máximo, en un mercado más caro, más complejo y con menos opciones asequibles. “Antes te comprabas un coche con ilusión. Ahora mucha gente está despistada y siente que elegir coche es una pesadilla”, señaló.
La desaparición del coche asequible y el hueco que dejan las marcas tradicionales
Máximo afirmó que el mayor impacto de esta transformación es la desaparición progresiva de los coches pequeños y económicos, que durante décadas fueron la puerta de entrada para jóvenes y familias. Como ejemplo, mencionó que un Renault Clio de 2015 costaría hoy unos 19.500 euros ajustado a inflación, mientras que su “sustituto” eléctrico, el Renault 5, arranca en 25.000 euros. “Esos modelos accesibles son los que empiezo a echar de menos”, indicó.
También apuntó que este vacío está siendo aprovechado por marcas como Dacia, cuyo Sandero lidera ventas en España, y por fabricantes chinos que han entrado con propuestas muy competitivas tanto en eléctricos como en SUV de gasolina.
Al cerrar su análisis, Máximo reconoció que los coches han subido de precio por encima de la inflación, pero insistió en que la respuesta corta no refleja el trasfondo real. “La llegada de los SUV, de los eléctricos, las crisis y los cambios normativos han complicado todo el mercado”, declaró.