El CEO de Porsche, Oliver Blume

El CEO de Porsche, Oliver Blume

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Oliver Blume, CEO de Porsche, no se corta y admite su error: "Nos equivocamos con el Macan"

El directivo reconoce fallos estratégicos y perfila el enorme plan de inversión con el que Volkswagen intenta recuperar el pulso del mercado.

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El CEO de Porsche y, desde 2022, líder del Grupo Volkswagen, ha vuelto a colocarse en el centro del debate empresarial tras una extensa entrevista concedida al diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung. Oliver Blume, que dejará la dirección de Porsche el 1 de enero para concentrarse de lleno en el grupo automovilístico, habló sin rodeos sobre los problemas que atraviesa la industria, los fallos cometidos y el futuro inmediato de las marcas que dirige.

Una transición eléctrica más lenta y un error con el Macan

Blume no esquivó la realidad: las ventas de coches eléctricos no avanzan al ritmo previsto, y la situación se ha agravado por los aranceles en Estados Unidos y el enfriamiento del mercado chino. Esta combinación ha golpeado con fuerza a Porsche, que ha visto cómo sus beneficios se desplomaban más de un 95%.

En este contexto, el directivo reconoció que determinadas decisiones pasadas han resultado equivocadas. “No estructuramos nuestra cartera de productos con la suficiente flexibilidad hace unos años […]. Nos equivocamos con el Macan [al fabricarlo solo como eléctrico en su nueva generación]”, admitió. Aun así, defendió que la hoja de ruta eléctrica de la marca sigue en pie: “La electromovilidad funciona en Porsche”.

Un plan de inversión gigantesco para estabilizar el Grupo Volkswagen

Pese a los rumores que apuntan a un escenario complicado dentro del grupo, Blume aseguró que la compañía está preparada para afrontar una etapa exigente. Volkswagen destinará 160.000 millones de euros hasta 2030.

El reto ahora será mantener esa inversión mientras el grupo ajusta su producción, que se situará alrededor de 730.000 vehículos anuales, y reorganiza parte del empleo en Volkswagen, Audi y Porsche.

Estamos destinando enormes sumas a inversión”, señaló Blume, recordando que el grupo mantiene su compromiso con Alemania como sede industrial: “Asumimos la responsabilidad en Alemania como [nuestro] centro industrial y no podemos simplemente cerrarlo todo”.

Europa, las baterías y la carrera tecnológica

El grueso de las inversiones previstas se concentrará en Alemania y en otros países europeos. El objetivo es reforzar al grupo como un fabricante competitivo, tecnológicamente puntero y capaz de ofrecer productos realmente innovadores. Esto incluye nuevas plataformas, plantas modernizadas y mejoras profundas en la infraestructura industrial.

Uno de los puntos clave de esa estrategia son las baterías, el corazón de la movilidad eléctrica. Blume insistió en que Europa debe reducir su dependencia exterior: “Considero esencial que desarrollemos y fabriquemos celdas de batería nosotros mismos en Europa. No podemos seguir dependiendo completamente de proveedores asiáticos para esta tecnología crucial”.

Por ahora, Volkswagen continúa recurriendo a suministradores chinos.