Flori añadió que entre descansos y pausa, el otro conductor realiza otras tareas como cocinas o revisar ciertos procesos.

Flori añadió que entre descansos y pausa, el otro conductor realiza otras tareas como cocinas o revisar ciertos procesos.

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Flori y Gabi, camioneros de animales vivos, sobre cómo es conducir 21 horas en dobles

Los transportistas relataron cómo suelen abordar viajes de esta naturaleza donde uno conduce mientras otro descansa hasta llegar a su destino.

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El día a día en el transporte de animales vivos exige tiempos precisos, turnos encadenados y una coordinación que apenas deja margen para el descanso. En ese escenario se mueven Flori y Gabi, una pareja de transportistas que comparte cabina, rutas internacionales y jornadas que pueden extenderse hasta las 21 horas cuando conducen en modalidad de relevos o dobles, una dinámica habitual en este sector.

Un ritmo marcado por paradas, duchas y cambios de tarjeta

En su última ruta, grabada desde Francia, explicaron que las pausas se aprovechan para ducharse, reorganizar la cabina y revisar los servicios de las áreas de descanso, esenciales para quienes pasan días enteros en carretera. Relataron que en ocasiones estos espacios están saturados o son de pago, especialmente en países como Luxemburgo, Bélgica o Alemania, lo que obliga a improvisar soluciones si no se llevan monedas encima.

En modalidad de dobles, todo gira alrededor del tacógrafo. Flori comentó que, cuando la tarjeta de Gabi marca el final de su jornada, ella sube al asiento y continúa el trayecto sin detener más de lo estrictamente necesario. Es una mecánica que, según describieron, permite avanzar cientos de kilómetros seguidos, pero también exige organización, alimentación en marcha y un reparto muy medido de las horas de sueño.

Controles, descargas y maniobras en plena madrugada

Otra parte del viaje la marcó el paso hacia Alemania, donde explicaron que en los últimos meses se colocan controles casi permanentes en la entrada del país. Contaron que la disposición de los conos llega a ser tan estrecha que algunos camiones apenas pasan sin rozar, algo que, según dijeron, les obliga a avanzar con una concentración extrema para evitar daños.

Ya en la zona de descarga, Flori describió cómo entregó la documentación mientras Gabi descansaba para poder retomar la conducción más tarde. Después iniciaron el proceso de mover palés, una tarea que, según relataron, a veces se alarga hasta la madrugada, especialmente cuando deben preparar el remolque para la siguiente carga. Tras ello, llega una breve pausa para dormir antes de continuar con nuevos tramos de la ruta.

La pareja mostró también los momentos más cotidianos, como cocinar entre turnos o tomar café antes de arrancar, que permiten sobrellevar las largas distancias. Una vez reorganizados y con el camión listo, retomaron la marcha rumbo a su siguiente destino, todavía con cientos de kilómetros por delante.

Así se vive una jornada de 21 horas a relevos

Aunque en el vídeo no se detienen a teorizar sobre la modalidad de dobles, su rutina diaria deja ver cómo funciona en la práctica: cada uno conduce mientras el otro descansa, comen a distintas horas, realizan maniobras por separado y alternan responsabilidades para mantener el camión en movimiento sin exceder los tiempos legales.