Aviso para conductores: esta es la multa que puede llegarte sin avisar y así puedes evitarla

Cumplir con la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) es una obligación que muchos conductores olvidan o aplazan. Lo que no todos saben es que circular sin la ITV en vigor puede acarrear una multa que llega sin previo aviso, semanas o incluso meses después de haber incumplido el plazo.

La sanción puede superar los 200 euros y no solo afecta al bolsillo: también pone en riesgo la seguridad vial y puede derivar en la inmovilización del coche si es detectado por las autoridades. Según la normativa vigente, los vehículos deben pasar la ITV en los plazos establecidos según su tipo y antigüedad.

En el caso de los turismos particulares, la primera revisión debe realizarse a los cuatro años desde la fecha de matriculación. A partir de ahí, cada dos años hasta que el coche cumple diez, momento a partir del cual la inspección pasa a ser anual.

Una multa que puede llegar sin que te detengan

Muchos conductores creen que solo recibirán una multa por la ITV si los paran en un control. Pero no es así. Gracias al cruce de datos automatizado entre la Dirección General de Tráfico (DGT) y las estaciones de inspección, es posible identificar vehículos que no han pasado la ITV sin necesidad de contacto físico con el conductor. A través de las cámaras OCR o lectores de matrículas, se detectan infracciones en tiempo real y la multa se notifica por correo postal días después.

Esta sanción, que asciende a 200 euros si el vehículo circula sin ITV —y a 500 si lo hace tras haber obtenido un resultado desfavorable—, no tiene reducción por pronto pago si el coche presenta defectos graves. Además, en caso de ser detectado en un control de tráfico, el vehículo puede ser inmovilizado y obligado a trasladarse en grúa hasta una estación ITV para ser inspeccionado.

Cómo evitar la sanción

Pero la solución es simple: marcar en el calendario la fecha límite para renovar la ITV y pedir cita con antelación. Las estaciones permiten adelantar la revisión hasta 30 días antes del vencimiento sin modificar la próxima fecha.

Esto permite evitar retrasos, especialmente en épocas con alta demanda como el verano o las campañas de vacaciones. Además, hay aplicaciones y servicios que permiten recibir recordatorios automáticos sobre la caducidad de la ITV, lo que facilita mantener el cumplimiento al día sin depender solo de la memoria.