Un galga gris.

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Mascotario

Cielo, una galga rescatada, ciega y desnutrida que recuperó la vista: "Le costó entender que ya nadie quiere hacerle daño"

Claudio y Tatiana rescataron a Cielo en medio de la carretera y, con mucho amor y mucha paciencia, la ayudaron a sanar todas sus heridas.

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Era martes 4 de marzo de 2025, cuando Claudio y Tatiana vieron algo moverse entre la basura. "Una noche la vimos buscando algo para llenar su pancita", cuenta el joven en un vídeo de YouTube. Era una galga gris, asustada, que intentaba comer de los restos.

"En ese mismo momento intentamos atraparla sin éxito". En cuanto los vio acercarse, la perra se asustó y escapó. Huyó lejos y los chicos no pudieron atraparla. Desde entonces, pasaron delante del mismo sitio todos los días.

Casi 3 meses después, pasó lo insólito: volvió a aparecer. "Clavamos los frenos y ni lo pensamos". Se bajaron del coche a por ella. "Esta vez, no había margen de error para atraparla, ya que se encontraba en una ruta llena de autos".

Abrazar es resistir

Claudio la cogió con fuerza por los laterales y mientras la perra se meneaba e intentaba morderle, tuvo que hacer resistencia. "La abracé con todas mis fuerzas".

Fue una lucha feroz pero lo consiguió. La perra estaba en estado de grave desnutrición, con las costillas sobresalientes y los ojos blancos: estaba ciega. La subieron al coche y se la llevaron directamente al refugio.

Le dieron de comer y ella empezó a alimentarse como si nunca lo hubiera hecho antes. Sin embargo, no quería contacto humano ni socializar. "Fue difícil ganar su confianza, solo quería morder". Pero, según ellos, todo se puede lograr con amor y paciencia.

El miedo y el frío

"Quién sabe cuántas noches de oscuridad pasó en soledad. Quién sabe cuánta hambre tuvo que soportar. Le costó mucho tiempo entender que hoy nadie quiere hacerle daño y que su vida vale".

Claudio y Tatiana estuvieron allí para acompañarla, paso a paso, en su proceso de sanación. Ella luchó con todas sus fuerzas para sobrevivir. Asustada, al principio no se acercaba a nadie que no tuviese comida.

En esos momentos consiguieron ponerle un arnés y subirla al coche para llevarla al veterinario. Temblaba de miedo y frío. Le hicieron un chequeo general y además de su ceguera, tenía una vieja cicatriz de quemaduras en la espalda. Empezaron a darle una dieta importante para recuperar peso, con sentido y con paciencia. "Su nutricionista nos ayudó mucho".

En las varias analíticas que le hicieron, le detectaron ehrlichiosis. Por esto, necesitaba tomar un medicamento diario para tratar la enfermedad. "Esto es lo que le causó la capa encima de sus ojos y que la dejó ciega".

Un amor que sana

Al pasar los días, la confianza iba mejorando. Se dejaba acariciar un poquito más todos los días y dejó de temblar tanto. Claudio y Tatiana siguieron estudiando su caso, sin despegarse de ella día y noche. "El amor es lo único que puede sanar".

El martes 1 de julio de 2025, una semana después de su rescate, volvieron al veterinario. Su tratamiento iba haciendo efecto. La capa blanca que le cubría la vista empezó a desaparecer lentamente. Poco a poco, pudo volver a ver el cielo.

Sus ojos dejaron de ser blancos y volvieron a mostrar su color marrón natural. Los colores, las formas, esos seres que le salvaron la vida, la pequeña galga ahora podía mirar el mundo.

Siete días después la bañaron por primera vez. "Costó tiempo hacerle entender que el agua no la iba a dañar". Pero ya estaba en paz. "Jamás hay que apurar los procesos", afirma Claudio. "Cada uno tiene su tiempo".

Cielo

Esa galga perdida, ciega y desnutrida, ahora se llama Cielo. Con el tiempo, consiguió ganar peso y confianza. La vista le permitió ser consciente del mundo que la rodeaba y aceptar el amor que se le ofrecía. Su hermano Pumba cuidó de ella todo el tiempo.

Ahora, ama las caricias y las formas que tiene este nuevo mundo. Siente el calor de un hogar que la quiere. Cuando ya estuvo más preparada, conoció a todos los demás perros rescatados como ella que alberga la casa.

El lunes 27 de octubre de 2025 Cielo corre y mueve su cola como un helicóptero. Tiene un abrigo de flores, duerme en los sillones y está rodeada del amor de su nueva familia adoptiva. "Está disfrutando de la vida que siempre mereció".