Dua Lipa con Dexter.

Dua Lipa con Dexter. Instagram: Dua Lupa

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Dua Lipa y su amor por los animales: adoptó 2 perros mestizos y regaló 2 cabras enanas a Anwar Hadid

La cantante, ya famosa, ha decidido involucrarse en la adopción y el cuidado de los animales, reivindicando que son más que compañía. 

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Angelica Rimini
Publicada

Dua Lipa ha convertido a sus perros y a los animales que la rodean en una extensión muy visible de su vida personal: de los cachorros de refugio que abraza en televisión a Dexter, Golo y las cabras Funky y Bam Bam, sus mascotas representan una parte importante de su vida.

A través de ellos, dibuja una imagen coherente de alguien que encuentra calma, rutina y sentido de hogar en la compañía animal.​​

En sus primeras entrevistas, Dua Lipa contaba que durante años no podía tener perro por los continuos cambios de ciudad y el ritmo incierto de una artista emergente. Los viajes continuos y el ritmo de vida frenético no le permitía cumplir con ese sueño.

La cantante decidió, responsablemente, no hacerse cargo de un animal, aunque ya se le iluminaba la cara cada vez que tenía un cachorro cerca, como se ve en el vídeo en el que se deja cubrir por varios perros en un festival de radio.​

Dexter, el comienzo de su reino animal

Ese deseo aplazado explica en parte la intensidad con la que, ya famosa y con una vida más asentada, se ha volcado en la adopción y el cuidado de animales, pasando de "fan de los perros de los demás" a construir su propio pequeño "reino animal".​​

El gran punto de inflexión fue la llegada de Dexter, el perro mestizo de refugio que adoptó junto a Anwar Hadid a través de una protectora de Los Ángeles en 2020. Desde entonces aparece de forma habitual en reportajes y fotos paseando con ella por Nueva York.​

En redes, Dexter se convirtió en una especie de coprotagonista de su día a día: la acompaña en coche, se cuela en selfies y celebra cumpleaños con tarta canina, reforzando la idea de que para ella no es un accesorio de celebrity, sino un miembro más de la familia.​

Las cabras que la llevaron al campo

Su relación con los animales no se limita a los perros: en una entrevista radiofónica de Hit Network reveló que regaló a su entonces pareja, Anwar Hadid, dos cabras enanas, Funky y Bam Bam, que viven en la granja familiar de la madre de él, en plena naturaleza.​​

Las imágenes de la pareja con las cabras y un caballo, compartidas en una publicación que ella misma llamó "animal kingdom", muestran a Dua en un entorno casi rural, en botas y ropa cómoda, más pendiente de dar de comer y acariciar que de posar para la cámara.​

El compañero de su nueva etapa

En su relación actual con el actor Callum Turner, el vínculo animal se ha reconfigurado alrededor de Golo, un mestizo de rottweiler y labrador que empezó siendo "el perro de él" y que hoy la prensa ya describe como el perro de la pareja.​

En British Vogue ha explicado que salir a pasear con Golo por el parque cada mañana se ha convertido en uno de sus momentos favoritos del día. Es una rutina doméstica que equilibra giras, estrenos y alfombras rojas y que la ayuda a proyectarse en un futuro de hogar, hijos y, según bromean sus amigos, "una docena de perros".​

Más allá de sus propias mascotas, la cantante ha prestado su imagen a iniciativas a favor de la adopción, como el segmento "Rescue Dog Rescue" en televisión, en el que se sienta en el suelo rodeada de perros sin hogar para ayudar a encontrarles familia.​

En Heart, se la oye describir el cariño hacia su perro como "la mejor sensación del mundo" y hablar de lo especial que es cuidar de un animal, mensajes sencillos que, sin grandes discursos, normalizan la adopción responsable ante millones de seguidores.​

Una vida que gira en torno a ellos

Dexter, Golo, las cabras Funky y Bam Bam y los perros de refugio con los que se cruza en platós y festivales no son solo mascotas. Dua Lipa los integra en su narrativa pública: no aparecen solo en momentos puntuales, sino también en rutinas, decisiones de viaje y planes de futuro.​​

Su trayectoria sugiere que, para ella, las mascotas son más que compañía: son anclas emocionales en una vida hiperexpuesta, y una forma de recordar que, detrás de los focos, sigue habiendo alguien que encuentra su mayor alegría en ponerse ropa cómoda, agarrar la correa y salir a caminar con su perro.​​