Cósima Rámirez en el estudio de EL ESPAÑOL.

Cósima Rámirez en el estudio de EL ESPAÑOL. Esteban Palazuelos

Mascotario

Cósima Ramírez, sobre cómo elegir el nombre para nuestra mascota: "Proyectamos sobre ella parte de nuestra identidad"

Cósima conversa sobre la fórmula para integrar a tu mascota en el sistema familiar y recuerda los nombres de sus 23 perros como un mantra.

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"El nombramiento de tu mascota es un acto de integración en el sistema familiar o clan que formaliza el vínculo instintivo entre humano y animal", cuenta Cósima Ramírez en su segundo vídeo para Mascotario. La elección del nombre, dice, proyecta una parte de nosotros.

En España, cada vez más hogares lo viven así. Hoy hay más de 9,3 millones de perros registrados, según la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía (ANFAAC).

Y así como con los hijos, uno de los primeros actos de amor que realizamos es nombrar a nuestra mascota. Esta elección refleja un gesto importante, cargado de significado y con repercusiones tanto prácticas como emocionales en la relación entre el humano y el animal.

Las hormonas del placer

Cósima Ramírez arroja luz sobre esta cuestión en su pieza de la semana de Mascotario. Como afirma, muchos estudios demuestran que llamar por su nombre a la mascota libera dopamina y oxitocina, tanto en el dueño como en la mascota.

Estas hormonas están asociadas al placer, la recompensa y los vínculos emocionales positivos, reforzando la relación entre ambos. Los perros muestran un aumento significativo de estas emociones al interactuar con sus dueños y viceversa.

"Al nombrar un animal nos sentimos más responsables de ellos, ya que una parte de nuestra propia identidad es proyectada sobre la mascota". Según Cósima, el nombre en sí dice mucho de nosotros y de nuestro contexto sociológico.

Diferentes tradiciones, modas y tendencias predominan en distintas partes del mundo e influyen en el nombramiento de nuestros seres queridos. "Aunque es un acto cosmológico individualista", comenta.

Simba, Rex y Tupac

Entre risas, es capaz de recordar el nombre de su primer perro, Simba. "Imagino que no seré la única de mi generación que quiso apropiarse de las resonancias heroicas del Rey León", confiesa.

Sin embargo, ha tenido otros animales a su cargo: Rex, Punto, Coma, Tupac, Clinton, Gordon Brown, Gucci, Miss Sixty, Jimmy Choo, Lana, Coco y mucho más.

Sus nombres son como una especie de mantra identitario donde refleja su esencia, sus gustos y sus pasiones a lo largo de su vida. En cada uno de ellos, se esconde un trocito del alma de Cósima. "Pase lo que pase en la vida: estos fueron mis amigos perros".

Reglas o nombres prohibidos

Cósima recuerda a cada uno con amor y respeto y en esta conversación sigue reflexionando sobre lo que implica este gesto. "¿Existen reglas o nombres prohibidos?", pregunta al final del vídeo.

El debate queda abierto y nos invita a compartir experiencias y teorías, reforzando la idea de que el acto de nombrar a tu mascota es mucho más que un capricho. Es una puerta al vínculo y al autoconocimiento.