Cósima Ramírez.

Cósima Ramírez. Esteban Palazuelos

Mascotario

Cósima Ramírez se incorpora a Mascotario: "Me encantaba 'Perrojota', la mascota de mi padre que inauguró El Español"

A través de vídeos semanales, contará sus experiencias y su amor por los animales.

Más información: Ben Leonberg, director de la primera película de terror con un perro como protagonista: "Filmamos durante 3 años"

Publicada

Simba se llamaba el primer animal que marcó su infancia. "Ese bóxer no fue solo una mascota, sino que se convirtió en casi una figura paternal para mí", cuenta Cósima Ramírez (Madrid, 1990).

Cósima Ramírez inaugura un nuevo espacio en Mascotario con entusiasmo y afecto. Cada semana publicará un vídeo en nuestra web y en redes sociales donde hablará del cuidado, el respeto y el amor por diferentes animales. Contará anécdotas, explicará trucos, romperá mitos, siempre con el tono divertido que la caracteriza. 

Desde aquella experiencia con su bóxer, Cósima tiene una "obsesión" por los animales. Lo confiesa riendo, pero también con la ilusión de quien ha encontrado una gran pasión en la vida.

Recuerda claramente la llegada de esa pequeña criatura a su vida: "Yo quería una montaña de Barbies", cuenta. En lugar de eso, recibió un cachorro que había pedido su hermano Tristán.

Casi veinte años después, entiende que no comprendía lo que significaba tener un perro "hasta que lo tuvo". Simba permaneció a su lado en los momentos más difíciles y en los más luminosos de su vida, acompañándola en su descubrimiento del mundo.

La mascota de EL ESPAÑOL

En su familia siempre ha habido perros. "Mi padre ha sido un gran santo por la infinita tolerancia que tuvo con todos los animales que le hemos traído a casa". Aunque cuenta que en 2015, para la inauguración de EL ESPAÑOL, algunos redactores le regalaron un perro al director.

Perrojota no era solo un Chow Chow: era la mascota no oficial del periódico. "Me encantaba ese perro, era un gran personaje y un excéntrico en todo el sentido de la palabra".

Cósima Ramírez.

Cósima Ramírez. Esteban Palazuelos

Contradiciendo la fama de agresividad de su raza, Perrojota era muy sensible. Se escondía debajo de la cama cuando llegaban visitas y nunca obedecía, como si él mismo crease sus propias leyes. "Era muy raro, como si fuese más bien un gato".

Vivió durante siete años con el director del periódico. Era un animal muy feliz, pero tuvo muchos problemas de salud: sufría constantemente de cadera, de alergias y tuvo que ser operado de los ojos.

"Muchas veces se crían perros de raza como objetos decorativos o casi fetiche, y es una pena", afirma tristemente. Más allá de Simba y Perrojota, la familia Ramírez llegó a tener muchísimos perros en el campo.

"Cuando llegamos a los 13, dijimos 'nunca más'. Desde entonces siempre intentamos tener menos de ese número". Reconoce que cada animal es un mundo, una historia y una personalidad.

'Tupac'

Ahora, Cósima vive en Londres y lamenta que la presencia de animales en su día a día sea insuficiente. Su perro actual, Tupac, vive en el campo en Madrid, a muchas millas de distancia, y se niega a reemplazarlo.

"No le quiero poner los cuernos. Sé que puede sonar absurdo, pero es como un gran amor para mí y sentiría que lo estoy traicionando". Por eso, solo se limita a mirar a las mascotas de tamaño urbano con recelo.

Cósima Ramírez.

Cósima Ramírez. Esteban Palazuelos

"Hago stalking a los perros del parque de aquí al lado. Es una relación obsesiva a distancia", confiesa riéndose. "Es un gran momento de felicidad y escape".

Las cosas reales de la vida

A pesar de que la idea de una nueva mascota ha surgido, por ahora no es el momento. Con los animales, su vida se simplifica: la ayudan a ser más feliz, más consciente de su entorno y de las cosas más auténticas, reales.

Transforman su comprensión del amor y el cuidado. "El cariño es una cosa muy simple, instintiva. Un animal te lo da sin palabras y sin construcciones intelectuales".

Sin embargo, le entristece la vida de los grandes perros en las ciudades. "Me da mucha pena ver a los gatos encerrados en casa". Aboga por dar más libertad a los animales, incluso en las urbes.

Un nuevo vínculo

Recuerda con afecto su experiencia viviendo en Milán con Tupac. A pesar de que resulta difícil criar a un perro en la ciudad, el parque Sempione cuenta con espacios especialmente pensados para ellos, algo que echa de menos en Londres.

"El Retiro tampoco tiene zonas habilitadas y es una pena. No poder soltar a tu perro también es una gran contradicción de las leyes de la naturaleza". Cósima sueña con sus perros en el campo, libres. 

Aunque se considera fanática de los canes, se ha hecho amiga recientemente de un gato que la dejó fascinada. "Este nuevo vínculo me ha enseñado que la amistad con los felinos también puede ser profunda".

A pesar de los desafíos, se siente muy afortunada de haber desarrollado esa relación. En todos los lugares del mundo en los que ha estado, siempre ha llevado consigo el recuerdo de sus peludos.

"Vivo un poco como en una novela de Durrell", concluye, sonriendo, mientras imagina un futuro rodeado de luz, de campo y de ese amor sencillo y salvaje que solo un animal puede enseñar. Desde Mascotario estamos deseosos de disfrutar de su nueva colaboración con la sección.