Un bichón maltés.

Un bichón maltés.

Mascotario

Fernando Reina, el veterinario que salvó a un perro con una enfermedad rara: "Tenía 6 meses cuando fue ingresado"

El pequeño tenía seis meses cuando fue ingresado en una clínica veterinaria de urgencia. Su malformación acumulaba sustancias tóxicas en el organismo.

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Cuando Coco llegó a la clínica, su situación era crítica. Era un bichón maltés de seis meses cuando empezó a presentar signos neurológicos. El pequeño tenía venas malformadas que hacían que su sangre no pasaba por el hígado como debía.

Normalmente, la sangre que viene del intestino va al hígado para limpiarse de toxinas antes de circular por el resto del cuerpo. Pero Coco nació con una conexión anormal entre las venas.

Parte de su sangre se desviaba directamente hacia otras venas grandes (la ácigos y la cava caudal) sin pasar por el hígado. Como resultado, las sustancias tóxicas se acumulaban en su organismo, especialmente en el cerebro, lo que le causaba síntomas como confusión, temblores o convulsiones.

Además, podía tener problemas digestivos y se sentía más cansado o desorientado después de comer. Empezaron a controlarlo con medicación, pero no fue suficiente.

Una intervención de urgencia

El día en que empezó a presentar signos más peligrosos fue remitido de urgencia a AniCura Bahía de Málaga. Durante la evaluación previa a la cirugía, una ecografía encontró el vaso anómalo que desviaba la sangre de la vena porta directamente hacia la vena ácigos, evitando el paso por el hígado.

Esto implicaba que la sangre no se limpiaba correctamente, acumulando toxinas. Sin embargo, la verdadera complejidad del caso se reveló en la cirugía, cuando se descubrió una segunda rama que drenaba hacia la vena cava caudal.

Un caso complejo

"La presencia de dos vasos anómalos lo convertía en un caso poco común y de gran complejidad, tanto para el diagnóstico como para el tratamiento", explica el veterinario Fernando Reina, especialista europeo en cirugía de pequeños animales de AniCura Bahía de Málaga.

Para confirmar y localizar ambos vasos, se empleó ecografía intraoperatoria con inyección transesplénica de microburbujas, permitiendo observar en tiempo real la circulación anómala.

"Se disecaron los dos vasos y se colocaron anillos ameroides en cada uno, con el fin de lograr una oclusión progresiva y controlada". Además, se llevó a cabo la castración, aprovechando la anestesia.

"La planificación adecuada y el uso de técnicas avanzadas fueron clave para resolver un cuadro tan excepcional", añade Fernando Reina.

Un pronóstico favorable

Tras la cirugía, Coco fue hospitalizado con monitorización intensiva, fluidoterapia y analgesia multimodal. Fue dado de alta 24 horas después sin complicaciones. Ahora, Coco sigue con tratamiento médico y acude a todas las revisiones periódicas necesarias.

Los veterinarios y el equipo del hospital comprueban la oclusión de ambos vasos y ajustan o retiran la medicación según su evolución. Después de tanto tiempo, su pronóstico es muy favorable y puede llevar una vida normal.

"Cuando cada especialista aporta su conocimiento y experiencia, los resultados para los pacientes son extraordinarios", señala el veterinario. La rareza de este caso y la dificultad para diagnosticarlo desde el inicio ponen de relieve la necesidad de avance científico.

Este caso demuestra no solo la complejidad de diagnosticar y tratar malformaciones vasculares, sino también cómo la colaboración entre distintas especialidades y el uso de técnicas innovadoras pueden cambiar vidas.

"Gracias a la combinación de herramientas avanzadas y al trabajo en equipo, hoy podemos ofrecer soluciones que hace pocos años eran impensables en medicina veterinaria", concluye Reina.